El Enófilo

Casa Althay: un sueño en la tierra volcánica de Lanzarote

Mi visita a Casa Althay comenzó en su moderna bodega ubicada en una nave industrial en Playa Honda

Casa Althay.

Casa Althay. / E.D.

Mulchand Chanrai

Mulchand Chanrai

Desde el primer momento, me sorprendió la amplitud y la meticulosa organización del espacio. Equipado con barricas de prestigiosas marcas como Stockinger y Tonnellerie Baron, el lugar no solo reflejaba un alto nivel de inversión, sino también la ambición de un proyecto que no deja ningún detalle al azar. Entre depósitos de acero inoxidable, ánforas de barro y barricas de roble, Enrique Spínola, uno de los hermanos que forma parte del proyecto, me recibió con entusiasmo y me invitó a conocer el corazón de esta aventura vinícola. Desde el principio nos deja claro que esto es un proyecto familiar, aunque él sea la cabeza visible.

El proyecto que nace de la pasión

Enrique Spínola, el alma de la bodega, inició esta aventura casi sin querer en 2018 cuando encontró una finca disponible en La Geria. Esta propiedad, con su casita tradicional y sus viñedos centenarios, se convirtió en el punto de partida de un proyecto que hoy está dando sus frutos.

Desde muy joven, Spínola pasaba tiempo en el campo ayudando a su abuelo con las viñas, y de ahí es donde le viene el interés por el campo y, ahora, por el mundo del vino. Comenzó esta andadura recuperando nueve hectáreas de viñedo en la Geria, un terreno difícil; las vides crecen en hoyos cavados en la ceniza volcánica para protegerse del viento y capturar la humedad. La recuperación de estos viñedos ha sido un trabajo arduo, pero fundamental para preservar la tradición vitivinícola de la Isla.

La filosofía: calidad y respeto por la tierra

Casa Althay apuesta por vinos con identidad propia, alejados de la industrialización y con una clara influencia del terroir volcánico. La producción se centra en variedades autóctonas como la Malvasía Volcánica y la Listán Negro, recuperando viñedos históricos y aplicando métodos tradicionales. La viticultura en hoyos, característica de Lanzarote, es una técnica clave en este proceso, asegurando que la uva crezca en las mejores condiciones posibles.

En la bodega, apoyado por el enólogo Juan Daniel Ramírez, se trabaja con diferentes técnicas de vinificación, combinando depósitos de acero inoxidable, barricas de roble y ánforas de barro. Uno de los proyectos más innovadores en este sentido es la elaboración de un Orange Wine a base de Moscatel, que fermenta con sus pieles en ánforas de barro, aportando una estructura y una complejidad singulares.

De la bodega a la magia de la Geria

Aunque la bodega en Playa Honda es donde se elaboran los vinos, el verdadero corazón del proyecto se encuentra en La Geria. En esta finca, además de los viñedos, se está restaurando la casa tradicional para convertirla en un espacio de enoturismo. La idea es ofrecer a los visitantes una experiencia completa, donde puedan conocer el proceso de elaboración del vino, disfrutar de catas y gastronomía de la isla y sumergirse en la historia vitivinícola de Lanzarote.

En paralelo, el proyecto contempla la construcción de seis villas con vistas espectaculares, uniendo la experiencia vinícola con el turismo premium. La intención no es masificar el lugar, sino ofrecer una propuesta exclusiva y auténtica que respete el entorno y ponga en valor el paisaje único de La Geria.

El futuro

Casa Althay no se detiene aquí, la familia sigue explorando nuevas parcelas y colaborando con viticultores locales para ampliar la producción sin perder su esencia. A nivel comercial, la bodega está dando sus primeros pasos en la distribución fuera de Canarias, con presencia en los próximos eventos de Madrid Fusión y la Barcelona Wine Week. El objetivo es posicionarse en restaurantes y vinotecas especializadas, donde se valore el trabajo detrás de cada botella.

La estrategia de crecimiento no se basa en la producción masiva, sino en mantener la exclusividad y la calidad. En La Geria, la finca se perfila como el punto de referencia para la venta directa, donde se podrán adquirir ediciones limitadas de los vinos más representativos del proyecto. La comercialización de los vinos se enfocará sobre todo en restaurantes gastronómicos, asegurando que lleguen a consumidores que aprecien su origen y particularidad.

Un proyecto con alma

Antes de despedirme, Enrique me regaló una caja de sus vinos, la cual he catado encontrando un resultado sorprendente. Vinos de carácter volcánico, frescos y minerales como su Casa Althay 2023 hasta la complejidad del Tinasoria. El rosado, en particular, está en plena tendencia y representa la versatilidad de la bodega en la creación de vinos modernos sin perder su esencia. 

Casa Althay no es solo una bodega, sino un sueño hecho realidad, fruto de la dedicación y la pasión de Enrique y su familia. En un mundo del vino cada vez más industrializado, proyectos como este recuerdan que la autenticidad y el respeto por la tierra siguen siendo los ingredientes más importantes para hacer vino.

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