Bodega Piedra Fluida: vinos con estrella que cruzan fronteras
Sus vinos brillan en cartas como la del hotel Great Scotland Yard en Londres, del chef con estrella Michelin Niklas Ekstedt

Viñas centenarias, en los viñedos más altos de Europa. / El Día

En el mundo del vino, pocas bodegas logran equilibrar con maestría la tradición y la innovación, pero Bodega Piedra Fluida, ubicada en La Orotava, lo hace con una pasión que trasciende fronteras y que ha convertido a sus vinos en referentes de calidad y autenticidad.
Reconocidos en algunos de los escenarios más prestigiosos de la gastronomía mundial, sus vinos brillan en cartas exclusivas como la del Restaurante del hotel Great Scotland Yard en Londres, dirigido por el aclamado chef con estrella Michelin Niklas Ekstedt, o en el Madrona Bar y Tapas de Toronto, también premiado con este mismo galardón. Este reconocimiento internacional no es fruto de la casualidad, ni mucho menos.
Piedra Fluida ha construido su prestigio a partir de un profundo respeto por la tradición vitivinícola y una filosofía de trabajo basada en la excelencia, destacando el gran grupo humano que compone la empresa. En la Guía Peñín, una de las publicaciones más profesionales y completas sobre vinos en el ámbito hispanohablante y en el mundo en general, los vinos de Piedra Fluida superan regularmente los 90 puntos, un logro que refleja el nivel sobresaliente de calidad que caracteriza cada botella.
También brillan los vinos de la bodega en cartas tan prestigiosas y referentes como en el Madrona de Toronto
Pero detrás de estos logros no solo hay vinos, sino una historia única que entrelaza la dedicación al terruño y la visión de futuro. Piedra Fluida sigue firme en su misión de preservar una tradición vinícola que guarda siglos de historias por contar. Sus viñas, repartidas entre el norte y el sur de la isla, son un testimonio vivo de esta herencia, con parcelas que han sido recuperadas y cuidadas minuciosamente para devolverles su esplendor.
Uno de los mayores tesoros de la bodega son los viñedos situados a 1.687 metros sobre el nivel del mar, los más altos de Europa, que representan un desafío tanto técnico como emocional. Este tipo de cultivo, conocido como viticultura heroica, se desarrolla en condiciones extremas que, lejos de ser un obstáculo, potencian las características únicas de sus vinos. Las viñas centenarias que crecen en estos parajes producen uvas excepcionales, impregnadas de los matices del suelo volcánico y del clima singular de la región.
Los vinos de Bodega Piedra Fluida son un ejemplo brillante del prestigio que los vinos canarios han alcanzado a nivel mundial. Cada sorbo cuenta la historia de un trabajo bien hecho, destacando la riqueza del terruño isleño y la calidad excepcional que convierte a los vinos canarios en embajadores internacionales de un legado enológico único. n
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