Bernardo Barrera, el gran jefe de las hamburguesas en Canarias

Allá por el 2013, en la ciudad de La Laguna, un ilusionado emprendedor decidió convertir su pasión en negocio, sus viajes en empresa y su visión en bien común. El que escribe, si no recuerdo mal, fue uno de sus primeros clientes, encontrándose un local de impolutas paredes blancas, cervezas de medio mundo y una oferta de hamburguesas excitantemente nueva, rompedora, obligatoriamente tema central. No es La Laguna una plaza sencilla, ni la propuesta de Bernardo, o Ber, como lo llaman todos, una idea básica. Pero allí andaba él, abriendo y cerrando cada día su punto de venta, su sueño, su apuesta más seria, Beers La Laguna.

Hace no mucho regresé a esa casa, que había visitado con cierta regularidad, pero nunca con la calma de la barra, de la conversación con el emprendedor. Lo hice con Bernardo convertido en respetado empresario del sector, que más allá de las burgers extremas, de autor y de estilo americano, se ha convertido en la cara visible de ese gigante llamado Burger Fest Canarias, el festival de hamburguesas que arrasa allá por donde va, y ya presente en todas las islas (a excepción de La Graciosa, de momento). "Parece mentira la rapidez con la que pasa el tiempo. Todavía me acuerdo de nuestras conversaciones en la barra, cuando todo era incierto. Y míranos ahora...", me dice Barrera cuando entro para grabar la sección gastronómica de ¡Ponte al Día!, mientras enciende las luces del local en una lluviosa mañana lagunera.

Las paredes que antes eran vírgenes, hoy se han convertido en una especie de museo, donde los recuerdos de tantos viajes, regalos e historias cuelgan con la autoridad de quien forma parte indiscutible del negocio. Matrículas de medio mundo, objetos de colección, un aroma de Ruta 66 sin cursilerías ni tópicos, y la gran moto en mitad de la sala. "Esa fue mi primera moto. Todavía funciona con algunos trucos", comparte Bernardo, que ha convertido Beers La Laguna en su segunda casa, con esa necesaria nostalgia de quien se niega a dejar atrás todo lo vivido. Cuando él abrió, a nadie se le ocurría pagar lo que hoy se paga por una buena hamburguesa. Pero es que tampoco se valoraba el producto como merecía. "Tenemos carnes maduradas de primer nivel, los panes son únicos, la creatividad, la guarnición. Todo está pensado para sorprender".

Bernardo acaba de regresar de Nueva York, ciudad que visita con sorprendente regularidad, para inspirarse en el mundo burger, pero también para disfrutar. "Ahora nos vamos a ir a la América profunda, una ruta en moto donde vamos a estar comiendo hamburguesas, conociendo técnicas, conceptos, etc. Suelo viajar a Estados Unidos tres o cuatro veces al año", afirma. Le pido que en ese viaje próximo que relata, el de la América de Trump, por llamarla de alguna manera, convierta los días en páginas, que escriba y me pase los artículos. Se compromete, de manera seria. Así que si así es, usted, estimado lector, aquí lo leerá. Y así será.

Barrera no se conformó con ser pionero en la penetración de ese tipo de hamburguesas en el mercado local. Su actitud emprendedora le llevó al segundo nivel, al de los eventos. Música en directo, las mejores hamburguesas de cada isla reunidas en un mismo espacio, y una generosa variedad de cervezas. ¿Qué puede salir mal? Y así, tras muchos años exportando ese concepto a todo el archipiélago, ese formato es el que agota su creativa mente, pues no hay festival igual, a pesar de que esté más que consolidado. "Una de las mayores satisfacciones es ver cómo crece Burger Fest Canarias. Como nos vamos a islas no capitalinas, y comprobar que el amor y el fervor por las hamburguesas es el mismo que en las grandes", celebra el creador. Ahí no hay competencia, ni rivalidades. Y ese quizás sea el mayor logro de Barrera. Ha conseguido que las mejores hamburgueserías de Canarias se reúnan con regularidad en estos festivales, compitan de manera sana a ver quién se hace con la mejor burger (a juicio del jurado) y luego compartir la alegría con el pueblo, que asiste en masa.

Muchos vaticinaban que esto de las hamburguesas era una burbuja de poco recorrido, aunque la tendencia, tan estudiada, dice lo contrario: el crecimiento es imparable; la demanda, gigante. "Pronto te voy a poder contar lo que estamos a punto de firmar. Será un punto de inflexión en este mundillo, estoy realmente ilusionado", dice con sonrisa pícara. ¿Qué se le habrá ocurrido ahora?, pienso. Pronto saldremos de dudas.