Consumir leche de camella tiene múltiples beneficios. Aquí tienes un listado de las propiedades de la leche de camella:

‘Oro blanco’ contra la sequía.  A lo largo de siglos, la leche de camella ha sido un recurso indispensable en la alimentación de los habitantes y nómadas de las zonas más áridas del planeta, quienes han utilizado este oro blanco –que es así como la denominan en Kenia,– para nutrirse en sus largas travesías por el desierto. Tanto es así que en África estos mamíferos rumiantes se han convertido en una inversión segura contra los rigores de la sequía y la migración.

Ante el cambio climático. Son el animal del futuro. «Los camellos están muy bien adaptados al cambio climático y han evolucionado durante milenios para sobrevivir en climas secos y cálidos», tal y como afirma Piers Simpkin, coordinador principal del programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Kenia. 

Una leche maternal. Gerardo Caja, catedrático de Producción Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, señala que este lácteo «carece de una proteína que sí contiene la leche de vaca y que nos es totalmente extraña, la betalactoglobulina, que tampoco está presente en la leche materna. Es la proteína que hace que el recién nacido no puede tomar leche de vaca si no está maternizada. Además, la de camella tiene componentes positivos en cantidades muy elevadas, como la lactoferrina o la lisofima».

Más rica en vitaminas. La FAO defiende que la leche de camella tiene un contenido de vitamina C tres veces más rico que el de la leche de vaca, contribuyendo así a mantener la salud y la fortaleza del sistema inmune. También destaca el contenido en vitamina B1 y vitamina B2, con una mayor presencia de tiamina que la que hay en las leches de oveja, cabra o vaca. Además, la digestión de la leche de camella es mejor que la leche de vaca por el tipo de proteínas que tiene y por el tamaño de los glóbulos de grasa.

Mejor para la diabetes. Distintos Institutos Nacionales de Salud comparten la teoría de que la leche de camella también contiene otros ácidos esenciales positivos como el Omega 3 y es una buena fuente de grasas saludables, como los ácidos grasos de cadena larga, el ácido linoleico y los ácidos grasos insaturados que pueden apoyar la salud del cerebro y el corazón. La European Journal of Clinical Nutrition, por su parte, desveló en un estudio que los niños diabéticos que habían tomado leche de camella redujeron entre 9 y 13 unidades la aplicación de dosis de insulina diaria. Teniendo en cuenta que alrededor de unas 200.000 personas padecen diabetes en Canarias –según avanzó a finales del pasado año la Consejería de Sanidad del Gobierno regional–, la ingesta de leche de camella podría representar una opción de evidente mejora en su tratamiento.

Inmunoestimulante. Un estudio publicado en la revista International Journal of Health Science descubrió que la leche de camella estaba protegida contra la leucopenia (recuento bajo de glóbulos blancos) y otros efectos secundarios de la ciclofosfamida (un medicamento tóxico contra el cáncer), respaldando las propiedades inmunoestimulantes de la leche. El mismo medio también destaca que este lácteo puede tener propiedades antioxidantes que ayudan a combatir el daño de los radicales libres.

La más cara-. Lo cierto es que pese a las bondades que ofrece esta leche, la baja producción que representan las camellas en comparación con otros animales como la vaca, la cabra o la oveja hacen que se trate de la más cara del mercado, en torno a los 80 euros por litro. Con todo, Guacimara Cabrera, directora gerente de la primera granja camellar de España, Dromemilk Camel Bio Farm (Fuerteventura), no ceja en el empeño de enfrentarse, por un lado, al reto de ofrecerla a un precio asequible y, por otro, mostrar sus beneficios respecto a otras leches.