Las cervezas artesanas continúan subiendo como la espuma. Lejos de ser un boom pasajero, este fenómeno se ha ido consolidado año tras año, encontrando su propio espacio en un mercado complejo, pero creciente, y significándose además como marca diferenciada entre el nuevo segmento de consumidores, los más jóvenes, como un producto distinto, una alternativa y hasta un complemento a los tradicionales sellos industriales. Las diferencias entre unas y otras son muchas y básicamente se definen, de un lado, por el precio y la mayor penetración de estas últimas, dado su evidente peso específico, frente al carácter doméstico, personal y el proceso de elaboración manual de las pequeñas, una especialización que se agita como respuesta a un mundo globalizado.

Esa condición, acaso romántica, subyace en la mayor parte de las proyectos de unos emprendedores que responden al perfil de quienes se afanan con ilusión en levantar microcervecerías, ya sea desde un garaje o un pequeño cubículo, –movidos por un espíritu ciertamente aventurero–, y que, si bien nacieron como un hobby, desde la apuesta por la calidad y el cultivo de notas distintivas han acabado convirtiéndose en muchos casos en marcas demandadas, con una apreciable cuota de consumo, ligadas a un estilo de vida y que además responden a esos parámetros tan repetidos como son la cercanía y el kilómetro cero.

Los últimos censos hablan de la existencia de más de 500 microcervecerías en España, repartidas por las distintas comunidades autónomas, con presencia también en Canarias. De hecho, la edición de Plenilunio que organiza el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que arranca este viernes y se prolonga hasta el domingo, 2 de abril, incluye por primera vez en su programación la celebración de un Festival de Cervezas Artesanas y del Mundo, que tendrá como epicentro el recinto ubicado en la Alameda del Duque de Santa Elena –con entrada libre y gratuita–, maridado con una muestra gastronómica a cargo de cuatro foodtrucks y amenizado por una variada oferta musical.

Bernardo Barrera, propietario de las hamburgueserías Beers y promotor de esta iniciativa, considera que la capital «demandaba una actividad de estas características», que recuerda cuenta con el apoyo de la Compañía Cervecera de Canarias CCC (con referencias como Dorada, Tropical, Stella Artois, Guinnes, etc. y también la sidra Magners).

La cerveza artesanal canaria estará representada por una selección de marcas como la Ranilla (Puerto de la Cruz), Agüita (Santa Cruz de Tenerife), Tacoa (Tacoronte), La Desinquieta (Chimiche, Granadilla), Isla Verde (Tijarafe, La Palma), La Armada (Taganana), Jaira (Agüimes, Gran Canaria), Vagamundo (Radazul, Tenerife) y Chutney (La Laguna), acompañadas de las nacionales Gross (País Vasco), San Frutos (Segovia) y Garage (Barcelona), así como cervezas del mundo.

Los horarios, este viernes desde las 18:00 a las 00:02; el sábado de 12:00 a 02:00 y el domingo de 12:00 a 20:00, al son de Alacena (Tributo a Héroes del Silencio), Ni 1 Pelo de Tonto  y Calamaros en su tinta (Tributo a Los Rodríguez y Andrés Calamaro).