Natural de La Higuerita, Borja Castro trabajaba como agente de aduanas, hasta que un buen día decidió poner rumbo a Inglaterra. Tras una experiencia de camarero regresó a la Isla, pero retornó como encargado de una pizzería. Desde el pasado mes de noviembre sirve los sabores de la Isla ya en su propia cafetería.

Borja Castro es natural del barrio lagunero de La Higuerita. Trabajó muchos años en agencias de aduanas de la Isla hasta que decidió cambiar de aires. Así, en 2011 puso rumbo a Liverpool. Eligió esta ciudad por su proximidad a campeonatos y carreras de quads, deporte del que es un profundo aficionado. Allí ofició de camarero, pero sólo aguantaría un año; decidió regresar a casa. En la Navidad de 2015, el también chicharrero Miguel Queipo lo convenció para volver a la urbe cuna de los Beatles, a la pizzería Amalia, y de nuevo dejó el curro de las aduanas por la aventura. All you need is love.

Tras casi siete años como encargado un buen día dejó de sentirse a gusto; «no era feliz», confiesa, y optó entonces por renunciar, convencido de que no volvería nunca más a trabajar en un sector tan sacrificado como el de la hostelería, un Yesterday. Cansado y desmotivado empezó a buscar empleo de custom broker –así se denomina en inglés al agente de aduanas–, pero al cabo de un mes y sin resultados, unos amigos le ofrecieron visitar un local. «Era un desastre total, tanto que me dieron ganas de quedármelo y hacerlo funcionar», afirma entre risas. Fue así cómo el 7 de noviembre de 2022 firmó el contrato de arrendamiento y tres semanas después, Castro’s Cafetería estaba lista para abrir sus puertas al público. Antes, se dio la última escapadita a la Isla, para ver a los suyos; no sabía cuándo podría colgar el cerrado por vacaciones y quería despedirse. The Long And Winding Road.

Lo del menú lo tuvo bastante claro. Borja quería ofrecer ese conjunto de sabores sencillos y gustosos que tanto echan de menos los canarios cuando están fuera: «nuestro particular barraquito en el desayuno; un bocata de pata, de mechada o de lomo y, por supuesto, el clásico de tortilla». Su novia, que es inglesa, mostraba cierta incredulidad y le dijo: «¡Pero si tú no sabes cocinar!». A lo que él respondió: «Tranquila, mi niña. Está todo controlado». She loves you.

Se hizo entonces con un puñado de recetas, entre otras la de la singular carne mechada, de su tía Dorita y «escrita de su puño y letra». También echó mano de los conocimientos culinarios de sus padres, de su abuela, ¡cómo no!, y un buen amigo, Antonio. Así, tras muchas llamadas y tras alguna que otra prueba, aquello arrancó. «A día de hoy, el bocadillo estrella de nuestra carta es, sin lugar a dudas, el de carne mechada con mojo picón», explica. En este particular ranking le siguen el de lomo adobado con queso y huevo frito y, últimamente, también está despuntando el de pata con guasacaca y queso ahumado, además del de serrano con queso manchego y tomate rallado. «Hay días en los que las tortillas de papas no me llegan ni a media mañana y, según afirman los clientes, las albóndigas también están riquísimas». ¡Oído, cocina!

En Castro’s no faltan las simbólicas papas arrugadas con mojo picón, toda una seña de identidad: «Algunos canarios que las han probado me aseguran que el mojo picón es igualito al que hacen sus madres». Un orgullo. Igual que el barraquito, «como si uno estuviera en el mismísimo Bar Imperial», y que ocupa un lugar privilegiado en la carta: «Procuro que todo el mundo lo pruebe. Aunque me pidan un cappuccino, siempre intento barrer para casa y animarlos a que lo descubran, y de verdad que quienes lo hacen, repiten».

El barraquito ocupa un lugar privilegiado en la carta, como si uno estuviera en el mismísimo Bar Imperial, y Borja le insiste a todo el mundo que lo pruebe.

El brexit se ha interpuesto en su camino, y de qué manera. Antes de que los británicos decidieran abandonar definitivamente la Unión Europea, Borja sostiene que con los contactos que mantenía entre los agentes de aduanas «todo me hubiera sido infinitamente más sencillo y habría podido disponer de muchísimos productos canarios». Por desgracia, ahora eso le resulta prácticamente imposible. «Se puede conseguir algún que otro vino, pero los quesos, los chorizos, etc.., sólo es posible traerlos como equipaje de mano o bien abonando unos gastos de envío desde Canarias que suponen algo tan complicado como una entrada para la final de murgas» (Ríe).

Borja sigue por redes a la figura de El Típico de Tenerife: «Me gustan mucho sus historietas y el diseño de sus prendas». Precisamente, ha tomado como referencia una de ellas, que es la que luce en la barra de su local, de nombre HOME, esa icónica imagen que divisamos los chicharreros con el rabillo del ojo al volver a casa: la espectacular silueta del Teide sobre las nubes a través de la ventanilla del avión, Here comes the sun. «Siempre me ha emocionado», dice.

Desde la distancia, Borja siente el cariño de la Isla, ese que le llega a través de los mensajes y comentarios en redes sociales, y «no te digo la ilusión que me hace recibir en mi local a gente de Canarias, como los que se pegaron una hora y media por carretera desde la ciudad de Leeds para comerse un bocata» o también el detalle de una familia conejera «que vino desde Stansted, al sur, un viaje de nada menos que 3 horas y 45 minutos para saborear nuestra carta». Come together.

Como nostálgico del Carnaval ha montado para este sábado, una fiesta en su local, con «cervezas, ron miel, pollo, mechada... y mucha alegría y diversión». Habrá hasta premios para los mejores disfraces. Revolution. Pues eso, para quienes piensen darse una escapadita por tierras británicas, anoten esta sabrosa dirección: Castro’s Cafetería, en 8A Hackins Hey, L2 2AW, Liverpool.