Si piensas en la gastronomía de Oriente Medio, es fácil pensar en el humus. Es uno de sus platos más icónicos. Tiene siglos de historia (dicen que es cosa del antiguo Egipto), lo que supone la mejor prueba de su popularidad a lo largo de todas las épocas.

Precisamente por eso, hay tantas variaciones (a pesar de que la palabra 'hummus' viene del árabe y significa "garbanzo"). Existe el 'masabacha' (los garbanzos permanecen completos), el de Jerusalén (tiene un 'topping' de carne especiada), el turco (contiene mantequilla)... Con setas, en ensaladas, con encurtidos, con vegetales frescos... La variedad es enorme.

A continuación te ofrecemos dos recetas, una clásica y otra más colorida, y un restaurante donde mojar hasta el dedo en el bol.

Humus clásico

En Israel, es muy común encontrarse el humus clásico como el que se sirve en el restaurante Fayer: garbanzos cocidos, 'tahina', aceite de oliva virgen extra... Si quieres saber qué más lleva y cómo se elabora, aquí tienes la receta de humus clásico del chef de este restaurante de Madrid, Mariano Muñoz. Si te sobra, puedes guardarlo, bien tapadito con film, en la nevera durante tres o cuatro días.

Humus de remolacha con 'crudités'

El chef Martín Francioni da un paso más allá con los platos de filosofía 'slow food' que prepara en el restaurante Enriqueta (Enric Granados, 107), siempre divertidos y viajados. Un buen ejemplo de su trabajo es este humus de remolacha con 'crudités', más colorido que el de toda la vida. Aquí tienes la receta para sorprender a tus invitados.