El pasado diciembre, la revista británica Sight and Sound daba a conocer las cien mejores películas de la historia según la prestigiosa lista que publica cada diez años. El número 1 era 'Jeanne Dielman 23, quai du Commerce 1080 Bruxelles', de la belga Chantal Akerman. La película desbancaba a 'Vértigo' (1958), se convertía en la primera película de una mujer que encabezaba la lista en sus 70 años de historia y abría varias líneas de conversación. Líneas que se amplificaban por otros cambios importantes en la lista, como un aumento significativo del número de películas de directoras, la incorporación de títulos muy recientes y una mayor representación de la diversidad.

La mejor película de la historia

¿Es 'Jeanne Dielman' la mejor película de la historia? ¿Qué ha pasado para qué un filme que estaba en el puesto 72 en 2002 y en el 36 en 2012 tome la primera posición? ¿Puede ser la mejor película de la historia desconocida para el gran público? ¿Deja de tener sentido una lista que ha crecido tanto en número de votantes (1.639 especialistas)? ¿Los votos responden a cuestiones cinematográficas o coyunturales? ¿Es posible un cambio radical del canon? Estas cuestiones han secuestrado la conversación cinéfila y han generado opiniones estimulantes y encontradas. Y seguirán generándolas.

En realidad, lo único que está claro es que 'Jeanne Dielman' ha llamado la atención de quienes no la conocían y hecho volver a ella a los que sí. Todos tienen ahora la oportunidad de ver o volver a ver esta película sobre el día a día de un ama de casa (Delphine Seyrig). A partir de este viernes, Filmin dedica un ciclo a Akerman de doce títulos, entre ellos 'Jeanne Dielman, News from Home' (1976) y 'No Home Movie' (2015). Las películas de la cineasta, además, podrán verse en cines a partir de marzo. Tal vez sea el momento de preguntarse qué espacio ocupa Akerman en la historia y cómo se abordan su filmografía y su legado.

La famosa lista de Sight and Sound

“Tanto en el terreno académico como crítico o de la cinefilia, es una directora que ya tenía su espacio antes de esa lista –cuenta la crítica de cine, doctora en Comunicación y docente Violeta Kovacsics–. Su irrupción en el número 1 no es más que la consecuencia. En el caso concreto de la academia, es una cineasta de la que se habla bastante en clase, y eso ya era así antes”.

Para Kovacsics, a pesar de la sorpresa generalizada (para bien y para mal) ante el número 1 de película de Akerman en la poll del Sight and Sound, las cosas han cambiando en los últimos años en lo que a revisión de la historia del cine se refiere.“En gran medida porque los alumnos y las alumnas lo piden, la universidad se ha puesto las pilas en pensar la historia de otra manera, en plantear una historia del cine en la que no sean todo nombres masculinos. En ese sentido, Akerman ocupa un lugar bastante central, y su reivindicación está ligada a una generación de estudiantes que tienen la necesidad de que les expliquen cosas que antes ocupaban un lugar marginal”, cuenta.

El crítico y doctor en comunicación social Endika Rey, por su parte, considera que Akerman “ha sido una cineasta más central en el mundo académico que en el de la crítica más divulgativa”, pero coincide con Kovacsics en que las preocupaciones del presente han arrojado más luz sobre ella: “En los últimos años su filmografía se está reivindicando desde lugares más plurales. Pienso en la serie de HBO 'Mrs. America' [2020], que finaliza con una secuencia que es un homenaje directo a Jeanne Dielman. Y eso tiene que ver con el aumento de los discursos feministas entorno a la representación, el impulso en la aplicación de la perspectiva de género a los estudios fílmicos y culturales o la llegada de una nueva crítica más diversa, instalada en internet, que la ha tomado como clara referente. Que 'Jeanne Dielman' haya alcanzado el primer puesto en la encuesta de Sight and Sound tiene mucho que ver con eso”.

Cómo filmar el tiempo

Aunque la reivindicación de Akerman desde espacios menos minoritarios es evidente, también lo es que su cine no es ni mainstream ni fácil. En el caso concreto de 'Jeanne Dielman' y siendo muy reduccionista, sólo dos factores tan obvios como su duración (tres horas y 22 minutos) y su ritmo reposado pueden invitar al abandono. ¿Por qué hay que darle una oportunidad? “Cuando los espectadores piensan que no tienen tiempo para ver películas es aún más urgente darle un lugar a las de Akerman –reflexiona Shaila G. Catalán, doctora en Comunicación y docente. Y añade: ¿Qué nos lega? Ante todo, el cine como experiencia de otro tiempo. Y es paradójico porque su cine puede resultar incómodo, aburrido e incluso una pérdida de tiempo porque su tiempo se parece tanto al nuestro que, o se tilda de extraño, o se cree que debería quedar fuera del cine. Akerman no solo trabaja contra el cine como pasatiempo sino que demuestra que el único tiempo perdido es, precisamente, el tiempo elidido o recortado al espectador. Ella rescata trayectorias, transiciones, esperas y repeticiones para mostrar que eso no merece ser ahorrado sino sentido”.

Como G. Catalán, Rey también pone en valor el uso del tiempo en el cine de Akerman: “Para mí hay algo fundamental en 'Jeanne Dielman', es la obligatoriedad de sentarte a observar y hacer que tu cabeza acompañe el proceso, yéndose por ideas y reflexiones que no sucederían si nos quedásemos únicamente en la narrativa de la secuencia”. Kovacsics también destaca “la forma que tiene Akerman de retratar los tiempos muertos” y repasa otras razones que hacen valioso su cine: “Es una directora importante por su manera de trabajar la autorrepresentación y temas del feminismo, y por su forma de abordar la cuestión documental muy cercana al diario íntimo. A través de ella se pueden explicar muy bien ciertas ideas de la teoría fílmica feminista. Eso era así antes de lo de la Sight and Sound, pero quizá se vea reforzado con ese número 1. Y eso sirve para hablar de la necesidad de plantear finalmente otras maneras de entender el canon. Es evidente que no hay una mejor película de la historia, pero que haya salido 'Jeanne Dielman' la primera también sirve para explicar el momento actual”.

Autorrepresentación y feminismo

La manera en la que, como indica Kovacsics, Akerman trabaja la autorrepresentación y formula el diario íntimo, también es una de las cosas que destaca Gloria Vilches, coordinadora de Xcèntric, el programa de cine experimental del CCCB, para quien “Akerman fue la entrada al cine experimental, a un cine diferente”. Lo explica con una anécdota personal: “Acababa de venir de Nueva York de hacer una tesis sobre cine de Hollywood y, por casualidad, acabé en una exposición del CCCB, 'That’s not entertainment! El cine responde al cine', en Valencia. Entré por curiosidad y lo primero que vi fue una película de Akerman, 'News from Home'. Ella estudiando cine en Nueva York. Cámara plantada, planos fijos de la calle, del metro, de ella leyendo las cartas de su madre. Me atravesó porque era algo que había vivido, y me generó una curiosidad increíble: ¿Qué es esto? No es una película, no es un documental, ¡qué demonios es! Fue el clic que hizo que ahora esté donde estoy y defienda el cine que defiendo”.

Vilches explica que en el Archivo Xcèntric del CCCB (de consulta gratuita), además de contar con filmes de Akerman disponen de documentales sobre sus películas y de entrevistas, entre ellas a profesionales que trabajaron con ella (la directora de fotografía Babette Mangolte o la actriz Aurore Clément), a la propia Akerman y a su madre. “Una cosa que para mí es esencial y he visto en documentales sobre su trabajo, por ejemplo en 'Autor de Jeanne Dielman' [1975], sobre el rodaje de la película, es que se rodeaba de mujeres, trabajaba con equipos femeninos. Y eso supongo que era bastante radical en esa época”.