«Cuando tenía tres o cuatro años había dos cosas que me encantaban. Una era ir de playa, sentarme y pasar horas jugando con la arena. La otra era inventarme historias de duendes y hadas…»

Una actriz recuerda su infancia. Recuerda a través de la palabra, de los sonidos del mar, de la arena escurriéndose por las manos y de las imágenes de sí misma que se verán proyectadas en una pantalla.

A partir de ahí comienza la historia que se inventaba la actriz cuando era pequeña. Construía castillos cn la arena y con elementos de la naturaleza creaba los personajes que se iba imaginando.

Su personaje preferido era Puck, un duende travieso, un poco atropellado, que confunde el azúcar con la sal, que hace y deshace historias de amor.

Un duende apasionado por la hada Telaraña y el amor como todos saben, hace que nos pongamos un poco más tontos todavía.