Su monólogo más directo y a la yugular que no dejará indiferente al espectador que lo presencie.

Un texto sin censura, que se atreve y arriesga, desde su personaje grotesco, a denunciar utilizando la comedia como herramienta y las risas como excusa con el único fin de lanzar la verdad. Su verdad.

En un mundo en el que se ocultan palabras por el miedo a la libertad de expresión, sacudiremos las mentes para que el escándalo sea la bandera de la revolución.