Chopin y Franchomme, el crepúsculo de los dioses

Auditorio de Tenerife ofrece, dentro de su Ciclo de Cámara, el concierto À mon ami. Chopin y Franchomme, el crepúsculo de los dioses, con la violonchelista Camille Thomas y el pianista Julien Brocal.

"Je t'aime et voilà tout ce que je peux te dire car je tombe de sommeil et de faiblesse" ("Te quiero y eso es todo lo que puedo decir porque me estoy cayendo de sueño y de debilidad"). La última carta que Chopin escribió en vida fue a Franchomme y esas fueron sus últimas palabras...

En el ocaso de su vida, Frederic Chopin compuso su sonata para violonchelo y piano dedicada a su querido amigo y violonchelista Auguste-Joseph Franchomme. Este fue el último trabajo que se publicó durante su vida.

El día antes de morir, Chopin pidió escucharla y Franchomme, junto a su cama en un salón del Place Vendôme, tocó el segundo y el tercer movimiento… Como el testamento de una vida que termina en pleno apogeo, cada nota de la sonata refleja la inmensa amistad humana y artística que unió a ambos hombres. Se volvieron inmortales a través de la música con una transparente separación entre sus corazones y el corazón del mundo.

Esta eternidad vibra aún hoy a través del violonchelo de Auguste Franchomme, un Stradivarius de 1730 conocido hoy por el nombre de Stradivarius Feuermann, un violonchelo mítico que he tenido el inmenso honor de tocar durante algunos años.

La última carta que Chopin escribió fue para Franchomme a quien confesó que “su instrumento favorito es el violonchelo”. Compondrá fuera del piano casi exclusivamente para dicho instrumento, e incluso dirá que no encuentra inconveniente en que sus piezas para piano solo se transcriban para otros instrumentos, siempre que se arreglen con gusto. No fue necesario preguntar a Franchomme. Por mi parte, estoy encantada de dar vida al trabajo de estos dos hombres a través de este programa.