Performar el museo

A modo de coreografía hemos pensado este espacio, como una composición de piezas de diversas disciplinas artísticas, entre ellas el teatro y la danza. No reconocidas hasta hace bien poco por el museo. Piezas híbridas por su naturaleza, por el ámbito en la que se ha situado a quien las crea, por estar descontextualizadas, pero con algo siempre en común, el cuerpo y el gesto performativo como materia prima. El cuerpo interviene para transformar la materia, como el campo de acción y batalla, como obra sometida al gesto.

Ponemos el foco en las fricciones al relacionar las artes escénicas y los museos evidenciando una artificialidad ante las ausencias de las denominadas artes vivas, y cuyas fronteras con otras manifestaciones artísticas no son tan claras.

Bajo un mismo espacio expositivo se integran piezas materiales e inmateriales, voces y gestos, restos de acciones, pero también piezas escénicas y fílmicas, así como los cuerpos de los intérpretes -archivos de la memoria- junto a los propios movimientos de los visitantes que activan las obras.