Un mundo raro, un cuento chiquito es un racimo de historias en la memoria de un niño curioso, aventurero y asombrado. Muchas de estos cuentos nacieron a partir de lo que escuché en aquel patio donde crecí. Un mundo raro brota de golpe en lo cotidiano —lo cotidiano no es solo la repetición de la rutina sino también la posibilidad de que lo sutil nos sorprenda o lo fabuloso suceda—. En estos cuentos la humanidad de los personajes frente a la vida del día a día ayuda a comprender que merece la pena el encuentro, vernos, reconocernos y aprender a estar juntos a pesar de las circunstan- cias y las diferencias, aunque sea para escuchar una buena historia que nos embelese y nos haga olvidar el infinito —hay quién diga que contamos historias porque tenemos miedo al infinito—. La historia de Coralia la niña ciega que se quedó muda de golpe cuando cayó aquel desparpajo del cielo que vino a iluminar la cúpula celeste que cubría la tierra en aque- lla parte o cuando se quedó el llano encarnado.