Para que haya fiesta tiene que danzar el bosque, un proyecto comisariado por Michy Marxuach en colaboración con múltiples voces transhemisféricas.

Esta exposición contiene una capa sonora de múltiples piezas a las que puede accederse a través de los móviles. Recomendamos que la visiten con sus auriculares.

Una conversación con lxs artistxs: Carla Zacagnini, Cecilia Vicuña, Chris Marker y Alain Resnais, Dominique Ratton, Grupo Ensayo (Christy Gast, Camila Marambio, Rosario Ureta, Alejandra Figueroa, Hemany, Carolina León Valdebenito, Gabriela Mataloni, Nicole Püschel, Antonieta Eguren, Adriana Urciuolo, Bárbara Saavedra, Carolina Saquel, Caitlin Franzmann, Hema’ny Molina, Carla Macchiavello, Denise Milstein, Randi Nygård ), Florian Dombois, Jochi Melero, Mónica Rodríguez, Onda Corta (Néstor Delgado y Maria Laura Benavente) y Transhemisférica (Jonatan Habib Engqvist, Luis Berríos-Negrón, Maria Kamilla Larsen,Taru Elfving y Michy Marxuach).

Con los portales de: Adrián Flores, Ernesto Pujol, Daniasa Curbelo, Jenny Perlin, Runo Largomarsino, Ramiro Chaves, Chaveli Sifre, Nikolina Ställborn, Gala Berger, Band of weeds, Diego del Pozo Barriuso, Alia Farid, Karla Claudio-Betancourt, Nesta, MitiMiti, Lotta Petronela, Eliana Otta, Kristine Strømberg, Alana Iturralde, TVGOV, Mai Ulrikka Sydendal, Sarah Hamilton, Blockadia Tiesfee, Galas Porras Kim, IC-98, FRAUD, Ela Spalding, Mai Ulrikka Sydendal, Ensayos y otrxs que seguirán uniéndose durante el transcurso de la exposición.

Con obra de la colección de TEA Tenerife Espacio de las Ar tes Andreu Alfaro, José Ramón Anda, María Belén Morales, Joaquín Rubio Camín, Martín Chirino, Esperanza D’Ors, José Luis Fajardo, Jorge González, José Herrera, Walter Marchietti, Aurelia Muñoz, Stipo Pranyko y Eusebio Sempere.

Esta muestra ofrece una reflexión que pretende desentrañar cómo en un mundo homogeneizado y disperso geográficamente, voluntades y estructuras de apoyo nos pueden ayudar a combinar experiencias, objetos, ideas, subjetividades, referencias y técnicas. Responde a la urgencia de nuestro presente, pero también a dedicar compromisos y a la posibilidad del encuentro que se ve cada vez más amenazado. Este tóxico desencuentro no es solo de hoy, sino que ha sido parte de una estrategia de fragmentación dentro del sistema capitalista en el que vivimos. Uno de los ejes de este proyecto es formar algunas nociones de cómo se juntan las cosas y conversar sobre qué es lo que estamos haciendo para encaminar formas de vida que compartan espacios de salud y de regeneración en vez de destrucción. De fondo, resuena la pregunta: ¿Cómo surge la generosidad y la complicidad entre la multiplicidad de procesos, entre seres conocidxs o por conocerse para poder entonar juntxs urgencias y encaminarnos a la celebración? ¿Qué compartimos, cómo nos preparamos y nutrimos? Nos transformamos para escuchar las señales y seguir abriendo portales, conectores para una conversación con el bosque y, de este modo, aprender juntxs maneras para una transición de solidaridad planetaria y de protección de la vida.