Valle Inclán es misterioso y extravagante, romántico y estético. Su alma me conmueve.

Durante el confinamiento me inspiró este hombre singular y de vida vibrante. Alivió mi melancolía y finalmente me curó de las drásticas circunstancias que estábamos viviendo. Viví con él la luminosa redención que confiere siempre a sus personajes. Y trabajé con el misterio sencillo de sus acotaciones en «Divinas Palabras». Ellas han sido para mí las palabras de aquellos ciegos que contaban historias señalando en un puntero las imágenes de un telón. Aquí las tienen con algo de la máscara de su vida en este teatro del mundo. Para todos ustedes: «El Alma de Valle Inclán»

Rafael Álvarez, EL BRUJO