La Federación Tinerfeña de Bandas de Música celebra en el Auditorio de Tenerife el Día de Canarias con un concierto de su banda insular.
En este concierto la cultura musical de la isla se fusiona con uno de los instrumentos fundamentales del folklore: el timple. Para ello, con la colaboración del timplista David Duque como solista y la bajo la batuta del director Juan Antonio Rancel, se plantea un repertorio centrado no solo en música folklórica adaptada a esta agrupación, sino en creaciones de compositores canarios: Agustín Ramos, José Manuel Encinoso y Benito Cabrera.
El programa comenzará con Izana, un pasodoble compuesto por el maestro Manuel Morales Martínez que se estrena en Canarias en este concierto.
Noches en el Valle es una obra compuesta por Miguel del Castillo y adaptada por Agustín Ramos. Se trata de música descriptiva dividida en tres movimientos: Crepúsculo, donde la música expone la puesta de sol vista desde la montaña de Izaña; Soñando, que traslada a los sueños de compositor con finísimas y delicadas melodías; y Amanecer.
A continuación sonará el concierto para timple y banda de música J. M. Encinoso, está estructurado con una forma clásica de tres movimientos. El autor utiliza tres temas completamente independientes para cada uno de ellos, intentando realzar al máximo las posibilidades técnicas de este instrumento. Un primer movimiento, con un sentido más serio, donde se reitera la tonalidad que da nombre a la obra, Re menor. Un segundo, con un estilo emotivo y entrañable, en éste cabe destacar una cadencia que cada timplista interpreta de una forma diferente, aportando así, su lado personal a la obra. Tercer tiempo, en el cual una polka nos recuerda esa característica festiva y popular del timple canario, llevándonos casi a una tradicional romería.
Suite para timple es una creación del maestro Benito Cabrera y adaptada por David Hernández. Este popurrí de temas tradicionales esta vez interpretados por David Duque, unifica música popular con banda de música.
El programa cierra con Gran Canaria, canción de Los Gofiones y adaptada para banda por Antón Alcalde, traslada las emociones que sienten sus habitantes por la tierra.
