Basada en un tweet, viral en 2016, cuenta la historia de un padre que, tras el divorcio, se ve obligado a preparar diariamente el bento para que su hija lo lleve al instituto. Pronto observa que para las escolares, el bento, y su apariencia, es una indicación del estatus social. Después de meteduras de pata y ciertas observaciones de su hija, el padre se involucra de lleno en su preparación, desde la compra de los ingredientes hasta la disposición del contenido, acercándose finalmente a su hija.