Hubo un tiempo en el que los viajes de las personas mayores estaban asociados a las visitas guiadas a golpe de silbato y a los 'packs' de todo incluido. Pero esto ya no es así, más bien todo lo contrario. El segmento de edad comprendido entre los 55 años y hasta los 70 años –incluso a veces más– está formado por consumidores con altas expectativas de vida, que gozan de salud, que tienen unos ingresos asegurados, activos, digitales… y que buscan soluciones personalizadas para satisfacer, entre otros aspectos, sus ganas de viajar. Son los llamados turistas 'silver', que ya no se conforman con cualquier cosa y mucho menos con los tópicos.

La Organización Mundial de Turismo (OMT) calcula que la población de 60 años en adelante llegará a representar más de 2.000 millones de viajes internacionales en 2050. Y serán cada vez más activos, exigentes y buscarán lo mismo que otras franjas de edad con similar poder adquisitivo: turismo activo, contacto con la naturaleza, oferta cultural y gastronómica, viajes personalizados, interés en patrimonio… Además, tienen muchas más posibilidades de viajar fuera de las temporadas altas, optan por largas estancias porque tienen más tiempo y sus decisiones no se basan solo en el precio. En este sentido, un estudio de la Fundación Mapfre revela que “el 82% de los consumidores sénior viaja, optando por destinos culturales, de naturaleza o históricos, eligiéndolos por encima de aquellos baratos y cercanos”.

Sin masificación

Y es que, en la actualidad, los mayores de 55 años con un cierto poder adquisitivo viajan de forma distinta a lo que lo hacían sus generaciones precedentes. Algo que todavía se ha hecho más evidente tras el confinamiento y las restricciones por la pandemia: este segmento tiene más ganas de propuestas de viaje menos masificadas y con experiencias memorables y diferentes. Un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (GIE-CSIC) ayuda a definir a los 'silver': son consumidores de productos generadores de actividades, están dotados de autonomía personal y empoderamiento social, suelen disponer de recursos económicos suficientes y facilitan la movilización de recursos para atender a sus necesidades básicas y de ocio.

Aparte, se encuentran en un momento de su vida en el que van despojándose de ciertas responsabilidades (los hijos ya vuelan solos), cargas económicas (hipotecas) y también van desligándose de sus obligaciones laborales. Es el momento, por lo tanto, de romper rutinas, probar cosas nuevas e incluso de plantearse pasar una temporada fuera de su lugar de residencia habitual.

Islas Canarias, un destino muy valorado

En base a todas estas características, se puede llegar a la conclusión de que los turistas 'silver' reclaman propuestas pensadas para sacar el máximo provecho a sus viajes, sobre todo teniendo en cuenta que pueden viajar en cualquier momento del año. Por ello, las Islas Canarias se han convertido en un destino especialmente apreciado por este colectivo, que encuentra en el archipiélago todo lo que busca en unas vacaciones; un lugar ideal para reconectar con ellos mismos y estar en contacto con la naturaleza. Su suave clima durante todo el año hace que sean ideales para visitar en cualquier momento, sobre todo fuera de los periodos vacacionales. Además, la posibilidad de moverse entre las diferentes islas para complementar su viaje encaja muy bien con sus gustos, ya que aprecian su diversidad, así como su oferta cultural, de ocio y bienestar.

Aparte, hay que tener en cuenta otros aspectos más funcionales que son muy valorados, desde la conectividad aérea con las principales ciudades españolas y europeas, además de unos buenos estándares sanitarios, de seguridad y accesibilidad a espacios de perfil adulto. El turista 'silver' tiene las cosas claras y, sin duda, sabe apreciar los destinos que realmente piensan en ellos.