Sin ánimo de polémica y sólo con el fin de enriquecer el debate y arrojar más de luz sobre la leyenda de la cueva de Bencomo, el mítico mencey de Taoro que venció a los conquistadores castellanos en Acentejo en 1494, el historiador Daniel García Pulido sostiene desde hace años en artículos y otras intervenciones que las referencias a la concavidad situada en frente del mirador de Humboldt no surgen en los años 40 del siglo XX, como defienden investigadores como Zebensuí López, sino que datan de mucho antes, como mínimo desde 1837, dada la inscripción en tiza roja que halló en una visita a la cueva en la que se alude al erudito portuense José Agustín Álvarez Rixo.

En esa inscripción, "realizada posiblemente en almagre, aún se lee J. A. Alvz 1837", afirma. Este historiador apunta que Rixo había compuesto en esa etapa un manuscrito sobre "la conocida, desde tiempo atrás, como Cueva de los Siete Palacios, en la ladera de Chichimany (hoy La Florida), con dibujo incluido. Creo que este manuscrito lo conservan los herederos de Julián Calzadilla, del Puerto, y fue publicado sin el dibujo en una revista de mediados del XIX bajo el seudónimo de El Guanche Tabengor. Rixo describe este conjunto de cuevas guanches, cuyo aspecto actual dista mucho del de entonces. Hoy, los cabreros han tapiado algunas y en otras colocaron apriscos y bebederos, cambiando con cemento su aspecto original, pero el conjunto pudo haber sido un auchón, voz prehispánica que significa conjunto de viviendas, graneros, corrales...".

García Pulido no descarta que esta cueva fuera usada por Bencomo, aunque tiene claro que ésa es precisamente la parte más difícil de demostrar. Lo que sí cree probado es la "filiación aborigen de este entramado de cuevas y su más que posible pertenencia a Bencomo por la tradición oral, refrendada en las datas o repartimientos de tierras entre los conquistadores y pobladores, en las que se mencionaban las cuevas o moradas del rey Benitomo". Eso sí, tiene claro que Benitomo (nombre que luego derivó en Bencomo), al igual que otros menceyes, gozaba de varias residencias: de verano, invierno, temporales... en diversas partes del territorio que gobernaba.

Este historiador lamenta que en Tenerife "no haya un yacimiento guanche visitable, lo que sí ocurre en el resto de Islas", y cree que la Cueva de Bencomo o de Siete Palacios podría jugar ese papel. Asimismo, insta a investigar otras referencias, "como la de un viajero inglés de finales del XIX al que le citan que el mencey vivió en unas cuevas próximas al ver el Valle".