Igual que hay celebraciones navideñas para todos los gustos también hay decoración navideña para todos los bolsillos. Desde árboles valorados en 12 millones de euros, como el del Hotel Bahía Kempinski, de la localidad malagueña de Estepona, de tres metros y medio de altura y adornado con joyas y diamantes, a la vajilla Flora Danica, fabricada por la Royal Copenhagen para la Casa Real Danesa, que cuesta alrededor de 80.000 euros. A continuación, otras cinco delirantes piezas navideñas decorativas aptas únicamente para cuentas corrientes (muy) saneadas.

Huevo Fabergé de Rolls Royce

Rolls-Royce creó con la casa Fabergé en el año 2018 un inédito huevo de Pascua. Esta artesanía se transformó en un juguete preciado para los coleccionistas y un tributo a la ostentosa tradición de la casa real rusa, que solía encargar este tipo de obsequios a Fabergé para celebrar la Pascua.

En 1885, el emperador Alejandro III de Rusia quiso hacerle un regalo involdiable a la emperatriz María Fiódorovna. Se puso en contacto con la casa Fabergé, una joyería de San Petersburgo, para encargar el primer huevo imperial. Fue tal éxito que se convirtió en una tradición de Pascua para la realeza. Fabergé hizo otros nueve huevos para Alejandro III y unos 40 para su sucesor, el zar Nicolás II, que en su colección de autos tenía un Rolls-Royce Silver Ghost. Pero luego llegó la Revolución de 1917. La mayoría de estas joyas se perdieron y las pocas que han sobrevivido se han convertido ahora en objetos más preciados si cabe. En 2014, el huevo imperial de 1887 se vendió en Londres en una subasta por 33 millones de dólares. En 2018, Rolls-Royce y Fabergé aunaron esfuerzos para crear un nuevo huevo de Pascua que rindiera tributo al espíritu del Éxtasis. Destaca su estructura de oro blanco de 18 quilates, los brazos del huevo en oro rosa y los casi 10 quilates de diamantes blancos redondos que decoran el interior de la pieza. También resulta especialmente bello los 390 quilates de amatista natural en los extremos.

Nacimiento Swarovski

Los nacimientos pueden ir desde los clásicos y austeros a los bellamente decorados. Sin embargo, los diseñadores de este Belén de tres piezas, vendido por Bergdorf Goodman, llevaron esto aún más lejos. Se vendió por 3000 euros, lo que no es de extrañar considerando que estaba esculpido a mano, pintado en oro con cristales de Swarosky.

La primera tarjeta navideña

En 2001, la tarjeta navideña más cara de la historia se vendió en subasta por más de 24.000 euros. No solo está considerada como la tarjeta más cara, sino que además se considera que forma parte del primer juego de tarjetas navideñas de la historia. En 1843, John Calcott Horsley coloreó a mano el primer diseño para una tarjeta de Navidad de la historia. En aquella época se imprimieron y vendieron 1000 tarjetas, pero hoy en día solo se conservan 12. La tarjeta de felicitación vendida había sido enviada por el famoso hombre de negocios británico Sir Henry Cole a su abuela en 1843.

Adorno de navidad

El adorno de Navidad más caro de la historia se vendió en 2009, por la cantidad de 92.000 euros. Fue realizado por un joyero británico y contenía oro de 18 quilates y más de 1.500 diamantes. Este bello adorno, que se asemeja a un globo o planeta, tiene dos anillos orbitando sobre él que contienen 188 rubíes. Diseñar y crear esta increíble pieza llevó todo un año.

Corona navideña de diamantes

Un florista de Londres realizó la corona de Navidad más cara de la historia, que se vendió por 3,2 millones de euros. Estaba decorada con 16 rubíes y 32 diamantes. Un diamante es para siempre, pero las hojas no. El follaje, que provenía de la casa del diseñador Pasi Jokinin, en Finlandia, solo duró 12 días. Puede que esta corona no durara mucho tiempo, pero sin duda tuvo un impacto duradero y, sobre todo, generó un momento de lujoso placer a su propietario.