Apuntes políticos de la semana

Sánchez tiene que "tomar medidas" para levantar al partido y el proyecto para acabar la legislatura

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La mera presencia de Pedro Sánchez en la sala de prensa del PSOE ya reflejaba la magnitud del momento. Como presidente del Gobierno, nunca antes había comparecido allí. Desde que en 2018 anunció la moción de censura contra Mariano Rajoy. .

Con semblante serio y marcando su “enfado” y “desilusión” por la situación, pidió “perdón” a la ciudadanía y a la militancia del PSOE. Volvía a pasarle lo mismo, por segunda vez le fallaba la persona que él había elegido para la Secretaría de Organización. Estableció cortafuegos, pero no asumió responsabilidades.

En su intervención desde el atril, Sánchez siguió un esquema “calcado” al que su día empleó Rajoy para marcar distancia con Luis Bárcenas cuando saltó todo el caso de las cuentas del Partido Popular. Así lo apuntaba algún socialista de entre los cientos que estuvieron pendientes de las palabras de su secretario general.

El presidente compareció ante una sala atestada de periodistas, pero sin ningún dirigente del PSOE. Solo le acompañaban dos personas de su más estrecho círculo de La Moncloa, de las que van con él a todos los sitios y todos los días.

Sánchez está “dolido”, también en lo personal. Y eso lo hace "todavía más impredecible", apuntan dirigentes socialistas. “Es que lo personal es muy duro, es una decepción profundísima”, compartía un líder territorial. Porque de ser cierto todo lo que se dice en el informe de la UCO -de la que ya no reniegan en las filas socialistas porque ahí están los audios publicados, que lo prueban, “estábamos engañados”, apuntan en el círculo próximo de Cerdán, a quienes todavía les cuesta creer lo que ha pasado. “Te da mucha impotencia creer todo esto”, admitía un socialista miembro del Consejo de Ministros, porque te preguntas “¿cómo nunca sospeché nada?”.

No obstante, sí hubo algunas sospechas sobre las relaciones turbias de Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. Entonces se cortaron con la remodelación de Gobierno (julio 2021) que alejó a Ábalos del Gobierno y del PSOE y, más adelante, la que terminó llevándose por delante a Adriana Lastra (julio 2022) como vicesecretaria general del partido. Pero se enmarcaron en vendettas políticas por cuotas de poder. Y, precisamente, Cerdán fue el que acaparó todo el poder del partido cuando Sánchez pensó que la mayoría de las piezas principales que le acompañaron para recuperar en 2017 la Secretaría General del PSOE le habían traicionado la confianza y solo el político navarro seguía de fiel escudero. Es más, después ratificó su respaldo en el último congreso federal celebrado este pasado diciembre en Sevilla.

Cerdán era percibido como “honesto”, “ejemplar” y “referente” político, según algunos dirigentes. Ahora mismo, se sienten “afectados” e incluso “asqueados” por lo revelado. “Hay que ser miserable”, resumía un líder territorial; “qué asco de conversaciones y comportamientos”, le secundaba otro. “Es de mentes enfermas”, sostenía otro dirigente destacado.

Pero, como apuntó un miembro del Ejecutivo, “la decepción no puede marcarnos”: es momento de asumir errores, pedir perdón y, sobre todo, “tomar medidas” de calado si Sánchez quiere acabar la legislatura y seguir al frente del PSOE, primero debe “levantar” el ánimo de la militancia, su principal base.

En mitad del berenjenal en el PSOE, la estación de Chamartin fue el escenario de una nueva situación caótica de las redes ferroviarias. Una avería -falta de tensión eléctrica- dejó más de una hora sin servicio la estación. Más de 34.000 pasajeros afectados.

La imagen perfecta para reforzar la idea de “caos” y ahondar en la sensación de “fin de ciclo” de la era Sánchez que pregonan desde la oposición y que el PSOE y el Gobierno no saben contrarrestar.

Pese a los ingredientes, el presidente del Partido Popular ha quemado todas las naves y, por ahora, solo le queda poner el foco en los socios del Ejecutivo para que le quiten el apoyo a Sánchez.

Por más que Alberto Núñez Feijóo los llama “cómplices” de la corrupción del PSOE, por ahora los ‘socios parlamentarios’ del Ejecutivo mantienen respaldo mientras, dicen, el presidente siga dando muestras de que toma medidas para cortar la herida y no hay “sentencia”, como remarca el PNV, que condene de algún modo al Gobierno; y se garantice la “viabilidad” de la legislatura, como apunta Junts. Aunque no el relato, la pelota sí está en el tejado de Sánchez y sus movimientos marcarán el devenir del PSOE y del Gobierno. 

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