Audios contra la UCO

Leire Díez se presenta como garante de la "democracia", se desvincula del PSOE y acaba siendo increpada por Víctor de Aldama

La controvertida exmilitante socialista, que el martes presentó su baja del partido, protagoniza una insólita comparecencia

Víctor de Aldama a Leire Díez: "¿Qué tenías tú contra mí? ¿Me lo explicas?"

SARA FERNÁNDEZ GARCÍA | FOTO: JOSÉ LUIS ROCA

Madrid

Leire Díez, hasta el martes la militante sin cargos más famosa del PSOE en los últimos tiempos, dice que ahora puede hablar. Como afiliada, sostiene, se veía atada por los estatutos del partido, que le impedían intervenir en los medios sin el visto bueno de la dirección socialista. Por eso, según su versión, presentó su baja, tras ser interrogada en Ferraz durante dos horas por un responsable del equipo jurídico, entregarle un pendrive con documentación y mantener un breve encuentro con el secretario de Organización, Santos Cerdán. Pero lo que dijo este miércoles, en una comparecencia sin preguntas celebrada en un hotel de Madrid donde se vivieron escenas surrealistas, como un final en el que ha sido increpada por Víctor de Aldama, presunto cabecilla de la ‘trama Koldo’, no es muy distinto a lo que venía explicando desde que estalló el escándalo

Presentándose como “periodista y socialista”, Díaz ha insistido en que lleva a cabo un trabajo de investigación sobre la llamada "policía patriótica" y la corrupción en el sector de los hidrocarburos. De ahí sus encuentros para obtener información sensible sobre la UCO. “Una democracia no puede mirar hacia otro lado”, señaló Díez. “Deseo dejar claro que mi trabajo no lo he hecho en representación de nadie. No soy empleada pública ni tengo ningún cargo en el PSOE. No soy una fontanera, ni una cobarde. Ni me van a intimidar, ni voy a renunciar a mis convicciones”, continuó. 

Pero todo acabó de forma abrupta al aparecer De Aldama, acercarse a los micrófonos situados delante de Díez y comenzar a increparla. “¡Esta señora es una sinvergüenza y una mentirosa! ¡Que dé la cara, que no la ha dado! ¡Se ha ido en cuanto me ha visto!”, gritó el presunto comisionista en el caso que también afecta a José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE. La dirección socialista vio aquí la mano del PP, después de que Aldama, a la salida del hotel, cuando todo había terminado, pidiera a Alberto Núñez Feijóo que “saque” a España del "caos”.  

Al mismo tiempo, en su estrategia de marcar distancia de Díez, el PSOE llevará a la Fiscalía el pendrive que le entregó el martes la exmilitante, donde según su versión se encuentra toda la documentación obtenida durante la investigación que ha llevado a cabo. Los socialistas aseguran no haber abierto el dispositivo.

Díez, en cualquier caso, no había aportado minutos antes información nueva sobre su reunión el pasado febrero con el empresario Alejandro Hamlyn, acusado de un fraude fiscal de 154 millones de euros, en la que según los audios publicados a principios de la semana pasada por ‘El Confidencial’ le ofreció beneficios judiciales a cambio de información sensible en contra de un alto mando de la UCO, la unidad de la Guardia Civil que protagoniza las investigaciones que afectan al PSOE y a la familia de Pedro Sánchez. Tampoco sobre su presunto intento de mercadear con un vídeo de contenido sexual del fiscal anticorrupción José Grinda, vinculado a la llamada ‘Operación Catalunya’. Sobre la primera cita se limitó a decir que las conversaciones difundidas están “prefabricadas”, porque el encuentro duró “mucho más tiempo”, y que abrió la puerta a tratos de favor ante los tribunales porque esa es una “posibilidad” que recoge el “ordenamiento jurídico” para los confidentes. En el supuesto chantaje al fiscal Grinda no se detuvo. 

Las consecuencias para Sánchez

“He estado años trabajando en esta investigación, antes de que saltaran a la luz los presuntos escándalos que afectan al PSOE, que también he abordado. Mentiría si no dijese que, afectando al PSOE, lo hice con entusiasmo”, señaló Díez, cuyos oscuros tratos, que según su relato y el del PSOE llevaba a cabo sin autorización ni conocimiento de la dirección del partido, han provocado un nueva tormenta política sobre el Gobierno. Alberto Núñez Feijóo pide apoyos para una moción de censura, por el momento imposible ante el rechazo que provoca el líder del PP en todos los grupos salvo Vox, y ha convocado una manifestación en contra de Sánchez que tendrá lugar este domingo en Madrid. Pero algunos socios parlamentarios del Ejecutivo, como Junts, ERC y Podemos, han decidido unirse a los conservadores y exigir al presidente que rinda cuentas sobre este caso en el Congreso. Sánchez no tendrá más remedio que comparecer.

Dando muestras de su gusto por las cámaras y de que no tiene ninguna voluntad de esconderse, la exmilitantellegó al recinto casi media hora antes de la hora fijada. Impasible, se sentó frente a una mesa totalmente ocupada por decenas de micrófonos. "No necesito explicar quién soy", dijo justo a las 10. Asistiéndola estaba otro rostro conocido: Javier Pérez Dolset, un empresario también investigado que participó junto a Díez en la controvertida reunión de febrero. Dolset acabó empujando a Aldama cuando este increpaba a Díez. “Me he puesto en medio para separarle de Leire -dijo después-. Aldama sabrá por qué no quiere que ella hable”. 

En un final coherente con todo lo que había ocurrido justo antes, el personal del hotel terminó llamando a la Policía. Díez anunció que denunciará a Aldama.

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