Audiencia Nacional

Un juez propone juzgar a los responsables de una escuela de liderazgo y coaching por estafa piramidal

El magistrado considera que a través de Generación Zoe se han cometido delitos de organización criminal, estafa continuada y blanqueo de capitales

Edificio de la Audiencia Nacional

Edificio de la Audiencia Nacional / Eduardo Parra - Europa Press

Ángeles Vázquez

Ángeles Vázquez

Madrid

El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha propuesto juzgar por delitos de organización criminal, continuado de estafa y blanqueo de capitales a los hermanos Daniel y Camilo Paterna y a otras 16 personas por la captación de cuatro millones de euros de inversiones de clientes entre 2010 y 2011 a través de la empresa Generación ZOE, que presentaban como escuela de liderazgo y coaching, ontológica y financiera, que ofertaba una billetera o 'wallet' virtual sustentada en la supuesta realización de inversiones de altísima rentabilidad, negocios diversificados y uso de criptomonedas.

Los investigados prometían beneficios “desorbitados” por las inversiones, pero funcionaban como una estructura piramidal en la que lo que captaban sus responsables lo desviaban para su beneficio personal, a través de efectivo y la compra de inmuebles o coches de alta gama.

En el auto de transformación de las diligencias en procedimiento abreviado, equivalente al de procesamiento con el que el Juzgado Central de Instrucción número 4 da por terminada la instrucción, se calcula en más de un centenar el número de afectados por esta trama delictiva a través del “esquema básico de estafa piramidal”. La trama delictiva con la que trabajaba Generación Zoe España -sucursal de la empresa argentina del mismo nombre- captaba clientes por medio de redes sociales y el ofrecimiento de beneficios desorbitados a cambio de una inversión inicial de dinero.

Se trataba de "membresías" con una permanencia de, al menos, 3 años, y los que llamaba "robots-bots", consistentes en ofertas momentáneas que ofrecían los administradores en un grupo de whatsapp donde habían introducido previamente a los clientes una vez realizada la membresia. El dinero obtenido recogía en efectivo en las oficinas de la empresa.

“El entramado se basaba en captar el mayor número de nuevos clientes posible, ya que cada persona que introducía a otra nueva se llevaba un 20% más de beneficio respecto a la cantidad que este último ingresaba. De esta manera se incentivaba a los denunciantes a buscar más inversores y así las ganancias de los que estaban por encima, en la cúspide de la organización, seguían aumentando”, apunta el juez.

Los investigados, según Calama, crearon una organización estructurada y con reparto de tareas en cuya cúspide se situaron como presidente Daniel Paterna y como vicepresidente su hermano Camilo. Ambos se encargaban de difundir los mensajes oficiales de Generación Zoe a través de WhatsApp y Telegram a todos los inversores estafados.

Retribuciones

El juez destaca los "peculiares" modelos de contratación con los que eran captados los clientes, los compromisos de permanencia, los iniciales cumplimientos, la progresiva omisión de la retribución de las anómalas rentabilidades ofrecidas (unido a las peculiaridades de inversión mediante empleo de criptomonedas) y la final omisión de la restitución de las cantidades invertidas y los prometidos rendimientos. Todo ello propio de las estafas piramidales

“Lo que esta trama hizo realmente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos, lo cual generaba una gran confianza en ellos acerca de que su inversión era segura y muy rentable, de suerte tal que ellos mismos se incentivaban para invertir una mayor cantidad de dinero con la esperanza de obtener un beneficio aún mayor. Este esquema tipo piramidal no solamente se usaba para que los que habían invertido aportaran más dinero, sino para atraer a nuevas personas que invirtieran al ver los grandes beneficios casi inmediatos que percibían los anteriores inversores”, concluye.

El instructor explica que el artificio del engaño que desplegaron los investigados contaba con un aparato de publicidad eficaz y presencia en las redes sociales. “El éxito del negocio generó la imagen que cualquier burbuja especulativa precisa, la percepción de que el inversor siempre gana, y que las ganancias de la inversión siguen creciendo, lo que se convirtió en la mejor publicidad del producto. La sostenibilidad de la inversión se mantenía por los flujos de tesorería que se recibían gracias al incremento de los contratos, ya fueran renovaciones de clientes fieles, ya nuevos inversores. El dinero de los inversores permitía saldar las deudas con ellos contraídas, y era una partida en crecimiento sostenido. El negocio, pues, era una mera simulación”. Dentro de su estrategia de publicidad, expone el auto, se publicitó como reclamo en junio de 2021 que Generación Zoe España se había hecho con la gestión del Club Atlético Saguntino

De acuerdo con la resolución judicial, los investigados captaron fondos pero “en ningún caso se llevó a cabo ningún tipo de inversión para garantizar la devolución con intereses a sus aportantes”. Al contrario, se destinó principalmente a gastos de publicidad y marketing con los que poder captar más inversores, así como al beneficio patrimonial de sus líderes, a través de la adquisición de varios inmuebles y vehículos de alta gama, además de reintegros de efectivo y compras con tarjeta. Parte de los fondos se desviaron desde España a Andorra o Estonia, en algún caso tras conocer que se estaba llevando a cabo una investigación sobre su estructura delictiva.

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