MEMORIA DEMOCRÁTICA
El Gobierno saca a concurso el ‘Memorial de Cuelgamuros’ para transformar el Valle de los Caídos
La elección del proyecto ganador se conocerá en septiembre y el inicio de las obras está previsto en la recta final de la legislatura. El coste total superará los 30 millones de euros

Vista general del complejo monumental de Cuelgamuros, que se transformará en un espacio de memoria democrática. / Rafael Bastante / Europa Press
El ministerio de Vivienda ha publicado este lunes los pliegos del concurso internacional de ideas para reconvertir el monumento franquista del valle de Cuelgamuros, anteriormente denominado Valle de los Caídos, en un “centro de reinterpretación histórico, artístico y paisajístico”. Con la denominación de ‘Memorial de Cuelgamuros’, se busca resignificar este espacio para desarrollar el proyecto que mandata la ley de memoria democrática, aprobada en octubre de 2022. Según los pliegos del concurso, se “persigue la transformación del conjunto en un lugar de memoria, reconocimiento, conmemoración y homenaje, en consonancia con los principios de memoria democrática y de la mano de los Derechos Humanos y de la Justicia Universal”. Todo ello, con la finalidad de “generar un cambio en la percepción colectiva del lugar mediante la capacidad de impacto cultural, artístico, tecnológico o social de las propuestas, dirigidas, principalmente, a la reactivación funcional y social del entorno”.
La elección del proyecto ganador se conocerá en septiembre. Para la posterior redacción del proyecto de ejecución se darán otros ocho meses y la licitación de las obras está prevista para finales de 2026. El inicio de las obras está previsto así en la recta final de la legislatura. El presupuesto para el concurso y redacción del proyecto rondará los cuatro millones de euros, incluidos los premios de los diez finalistas a razón de 60.500 euros, mientras que la rehabilitación y construcción del conjunto monumental ascenderá a 26 millones. El coste total superará, por tanto, los 30 millones de euros.
Las propuestas deben incluir un total de cuatro proyectos de resignificación del conjunto monumental: diseño y construcción de un centro de interpretación, musealización, propuesta de restauración y adecuación arquitectónica de los elementos del conjunto monumental que vayan a ser utilizados. Desde el departamento que liderada Isabel Rodríguez remarcan que el presente concurso de ideas “está inspirado en intervenciones de referencia en el contexto internacional, como el Memorial al Holocausto de Berlín diseñado por Peter Eisenmann y Buro Happold”. Al igual que en el caso berlinés, explican, “la arquitectura se convierte aquí en una herramienta al servicio de la conciliación y la memoria colectiva, capaz de transformar lugares marcados por la historia en escenarios de aprendizaje, encuentro y proyección hacia el futuro”.
En esta primera vuelta, el jurado valorará las propuestas y seleccionará las diez mejores. Posteriormente, los equipos seleccionados en esta primera ronda pasarán a una segunda fase, donde nuevamente, en un plazo de dos meses, deberán desarrollar técnicamente sus propuestas, profundizando y desarrollándolas en mayor detalle con el objetivo de garantizar que el proyecto final ganador elegido por el jurado “sea el más adecuado y viable para la resignificación del espacio”.

Imagen de las bases del concurso para la resignificación de Cuelgamuros. / CEDIDA
Aunque la materialización de las propuestas es libre, en las bases se incide en “la asimilación de los elementos monumentales y de gran impacto perceptivo, la integración en el conjunto arquitectónico y el respeto hacia el patrimonio construido y natural existente”. También se pide garantizar “la sensibilidad, el respeto y la innovación, con un enfoque inclusivo y homologable a los proyectos de resignificación semejantes más avanzados a nivel europeo e internacional”, además de valorarse “la incorporación de soluciones novedosas y alejadas de planteamientos conmemorativos tradicionales ya superados”.
El museo de nueva construcción se ubicará en la explanada de acceso a la basílica, con la opción de que pueda ser subterráneo o semisoterrado. La resignificación busca definir una pauta conceptual, artística, arquitectónica y paisajística del conjunto, como elemento articulador de todas las actuaciones. Finalmente, la musealización se basa en completar el proceso de transformación con “un relato inclusivo, respetuoso y acorde con los valores democráticos actuales que se extenderá desde el centro de interpretación hasta el interior de la basílica”.
Además del Monumento al Holocausto de Berlín, el Gobierno se mira en el espejo de otros memoriales como el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile. No será totalmente de carácter civil, pues tras más de diez meses de negociación con el Vaticano, el Gobierno ha logrado que la Santa Sede desbloquease el proceso de resignificación, como adelantó esta redacción. Un acuerdo en el que se ha pactado la “convivencia” del nuevo espacio con la permanencia de los monjes benedictinos. Eso sí, tras la expulsión de su prior, Santiago Cantera. Un “nostálgico del franquismo”, como lo denominó el encargado de las relaciones con la Iglesia, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños.
La Iglesia formará parte del jurado
Además de los monjes, por tanto, el nuevo Cuelgamuros preservará su gran cruz característica y se permitirá que se continúen oficiando misas, por lo que no será totalmente civil. Si en un principio se contemplaba la expulsión de los monjes, el Gobierno ha defendido este acuerdo en aras de desbloquear el proyecto por el impedimento a tomar decisiones unilaterales en lugares de culto y bajo la máxima de convertirlo en un “proyecto de Estado, que perdure y lo más consensuado posible”.

Imagen de las bases del concurso para la resignificación de Cuelgamuros. / CEDIDA
El altar quedará al margen de la resignificación, pero sí se intervendrá en la cúpula. Asimismo, entre los miembros del jurado para la elección de proyecto se contará con un representante de la Iglesia, junto con vocales de los ministerios involucrados. El presidente será un representante del ministerio de Vivienda, y habría vocales en representación este departamento, de la Iglesia Católica, del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y del Ministerio de Cultura.
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