GRIETA EN LA ULTRADERECHA

El PP cuenta con que los aranceles de Trump erosionen a Vox: “¿Cómo va a defenderlo Abascal”?

Los conservadores advierten de que Vox afronta su primera crisis discursiva de fondo: "No se puede avalar a un presidente extranjero si perjudica directamente a tus ciudadanos y decirte patriota"

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante un pleno en el Congreso de los Diputados.

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante un pleno en el Congreso de los Diputados. / EDUARDO PARRA

Madrid

El PP nota un estancamiento de Vox en las encuestas que manejan desde hace semanas, coincidiendo con la defensa pública de Donald Trump como principal aliado y referente internacional. Pero en la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo y en los territorios dan por hecho que ese debilitamiento irá a más con el anuncio formal de los aranceles que impactarán de lleno en el campo, la industria y todos los sectores productivos. Y que tendrán consecuencias inflacionistas para todos los ciudadanos. Un discurso que los populares ven “imposible” de defender. “¿Cómo lo va a hacer Santiago Abascal?”, se preguntan.

Vox es consciente del agujero que le hace la guerra comercial impulsada desde la Administración estadounidense, hasta el punto de que en las últimas dos semanas el líder de ultraderecha y el resto de dirigentes han evitado la reivindicación expresa del republicano que venía siendo tan habitual. Todo lo internacional ha quedado en un segundo plano. Hasta ahora el mensaje de Abascal era el de que Trump ponía por delante los intereses de los estadounidenses como ellos defienden para España. Pero desde ahora esas políticas arancelarias amenazan directamente la actividad de agricultores y ganaderos, un nicho electoral esencial para Vox. 

De ahí que el secretario general ultra, Ignacio Garriga, insistiera ayer en que “los aranceles son negativos siempre” y exigiera al Gobierno medidas para frenar el impacto que tendrá en la actividad económica. Un reajuste en el discurso que para el PP llega tarde porque Abascal ya se ha vinculado por completo con Trump y el resto de dirigentes de extrema derecha en medio mundo, como el argentino Javier Milei. 

En Génova, igual que en otras comunidades autónomas especialmente sensibles al mundo agrario e industrial, insisten en que “el rechazo social” a los anuncios del estadounidense “es generalizado”, también en las bases electorales de la derecha, que muestran su malestar por las bravuconadas del presidente republicano y el temor a las consecuencias en los precios y el frenazo económico.

Por eso Feijóo lleva semanas acusando a Vox de ser “cómplice” de las amenazas de Trump, culpando a los ultras de poner sus alianzas por delante de los intereses de España. Dirigentes de la cúpula hacen una reflexión de fondo al respecto: “Es la primera vez que Vox tiene un problema real de coherencia en su discurso. Ellos siempre defienden sus postulados hasta el final, con independencia de todo, en supuesta defensa de los españoles. Pero esto ataca directamente a la esencia de su discurso patriótico. No se puede defender al presidente de otro país mientras perjudica a tus propios ciudadanos”, zanjan. 

Con la llegada de Trump a la Casa Blanca, el PP navegó muchos días entre la prudencia y la crítica al Gobierno de Pedro Sánchez, preocupando incluso a las filas conservadoras ante la falta de posición. Lo segundo -las críticas- se mantiene. La creencia de Feijóo y sus principales colaboradores es la de que el presidente “ha abandonado la diplomacia”. El Ejecutivo, sin embargo, ha ido haciendo equilibrios como se volvió a ver ayer, con el ministro José Manuel Albares, celebrando la “conversación excelente” con su homólogo en ese país, Marco Rubio.

A pesar de pedir una respuesta contundente y proporcional desde Europa a los aranceles, en Génova siguen defendiendo el diálogo por encima de todo para tratar de revertir el impacto que tendrán las tarifas adicionales impuestas desde el otro lado del Atlántico. 

Sánchez explicará este jueves el plan de contingencia que lleva semanas diseñando y que ha ultimado en las últimas horas con sindicatos, patronal y con los sectores que se prevén más afectados por las novedades arancelarias. Justo unas horas antes Feijóo también pidió al presidente que para ese plan de respuesta cuente con las comunidades autónomas -la mayoría gobernadas por el PP- para implicar a su partido en las medidas, y reivindicando que desde los territorios es donde mejor se conoce el impacto que tendrá en los sectores económicos.

En el gabinete de Feijóo también están analizando la posibilidad de hacer una ronda de reuniones para abordar de primera mano cómo afectará a los sectores productivos y hasta qué punto se puede ver comprometida la viabilidad de negocios o la competitividad de los productores por estas medidas.

En otros momentos el líder de la oposición ha llevado a cabo este esquema ante la falta de interlocución directa con el presidente del Gobierno. La frustración de no estar informado -también le ocurrió durante la guerra de Ucrania o con los planes para aumentar el gasto en materia de defensa más recientemente- se traduce también en un reproche constante que trasladan en su núcleo duro: “Si Feijóo fuera presidente no actuaría así”.

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