Golpe de la Policía Nacional
200 euros por colar indocumentados de Barcelona a Francia: así funcionaba el transporte exprés de migrantes

CNP
Las estaciones de tren eran su mercado, y Perpignan y otras localidades de Francia, el destino que ofrecían a personas recien llegadas y sin permiso de estancia en el espacio Schengen. La Policía Nacional ha difundido este sábado una operación contra una red de transporte de la inmigración ilegal entre España y Francia cuyo proceder es todo un cuadro de los negocios marginales de explotación de los inmigrantes irregulares en España.
La operación, bautizada Texaco por los agentes, se centra en el tramo final de los largos viajes a Europa en los que los llamados coyotes van desvalijando a los migrantes. Este golpe se ha saldado con 19 detenidos de diversas nacionalidades, de los que cuatro han caído en Barcelona, La Jonquera y Córdoba. En el desmantelamiento de la banda han trabajado unidades de investigación de las policías nacionales de España y Francia, con la colaboración de Europol.
Como en muchos otros casos, la distribución de tareas caracteriza a este grupo criminal. En esta actividad, la localización de migrantes, el cobro y el transporte tenían sus reglas clandestinas:
El ojeo
Las estaciones de Barcelona Sants, Almería y Alicante eran las primeras oficinas de los tratantes. En los vestíbulos, moviéndose entre el personal como otros viajeros más, los captadores hacían el ojeo de seres humanos que transportar.
Entre las personas que van y vienen, buscaban inmigrantes magrebís, o subsaharianos, o de Oriente Medio, gente con dificultades para comunicarse por desconocimiento del idioma y con apuros para evitar controles policiales. También, migrantes que hubieran concertado el servicio antes de llegar.
El precio
Fuera de la estación, en algún lugar más discreto se acordaba el precio del servicio. Los actores del golpe policial han desvelado la tarifa más barata que exigían a los captados: de 150 a 200 euros por sacar al migrante de Barcelona y llevarlo hasta Perpignan, el principal punto de destino de la red, que ya estaba investigando la policía francesa hasta sospechar que el centro de la trama estaba en territorio español.
Un trayecto en coche de 180 kilómetros con tres pasajeros podía suponer 600 euros a la banda. La cantidad variaba al alza si el punto de partida estaba más lejos de la ciudad francesa. Este mismo sábado, un billete de autobús entre la capital catalana y la ciudad francesa no cuesta más de 17 euros.
Vigilancia de carreteras
La red no salía directamente con sus pasajeros. Antes, enviaban en coches particulares a lanzaderas para observar el camino hacia la frontera de La Jonquera (Girona). La lanzadera iba kilómetros por delante para avistar posibles controles de los Mossos d'Esquadra. Si veían algo que aconsejara cambiar el trayecto, avisaban con sus móviles.
El viaje no era tan corto en tiempo y kilómetros como recorrer el tramo final de la autopista en territorio español. Para moverse hacia Francia, la red elegía trayectos preferentes por carreteras secundarias.
Esta línea irregular "ampliaba sus beneficios" -cuenta la Policía- aprovechando el viaje de vuelta. Si en Perpignan había extranjeros sin permiso de residencia que querían volver hacia el sur, les daban el mismo servicio de entrada ilegal.
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