Entrevista
Artur Mas: "Junts debe llegar a acuerdos con el Govern de Salvador Illa"

F. NADEU / M. TUDELA
Júlia Regué | Carlota Camps
Artur Mas (Barcelona, 1956) recibe a EL PERIÓDICO en su oficina de expresident de la Generalitat cuando se celebran 10 años de la consulta del 9-N. Alejado de la dinámica interna los partidos y sin previsión de afiliarse a Junts próximamente, hace autocrítica por el estado del independentismo, sitúa la financiación como la principal reclamación a conquistar y habla tanto del fugaz regreso de Carles Puigdemont en agosto como de la disolución de Convergència.
-En su despacho luce una foto suya votando en la consulta del 9-N. ¿Cómo ve al independentismo una década después?
-Hemos pasado momentos mejores. En vez de consolidar la posición o seguir creciendo, ha pasado exactamente lo contrario: hemos perdido posiciones y estamos en una situación descendente. No sé si hemos tocado fondo o no, cada uno tiene que hacer su juicio. El mío es que, ya que tenemos un periodo suficientemente largo de tiempo como para analizar y aprender, cojamos lo que nos hizo crecer e intentemos dejar a un lado lo que nos hizo bajar.
-¿Se arrepiente de algo?
-Yo necesitaba más liderazgo para canalizar bien este proceso, pero, en vez de ganar diputados, los perdimos. Seguimos liderando, pero no con la fuerza necesaria. No lo atribuyo solo a errores propios, que seguramente los hubo, sino a la 'operación Cataluña', una operación desde el corazón del Estado para destruirnos. Mi error imputable es que quizá fuimos más deprisa de lo que hacía falta. Se ha demostrado que se requería una administración de los tiempos distinta, pero fue así por la pérdida de peso electoral.
Mi error imputable es que quizá fuimos más deprisa de lo que hacía falta [para hacer la independencia]
-¿Echa en falta esta autocrítica en otros líderes independentistas?
-Creo que, en parte, la han hecho. ERC, más que autocrítica, lo que ha hecho es un cambio de estrategia total y absoluta. Han pasado de ser los más exigentes y radicales, los que te consideraban tibio o incluso traidor, a decir 'nos tenemos que entender con Madrid' y 'todo esto necesita mucho más tiempo'. La CUP ha caído en el pozo de la historia y no sabe cómo salir. Y en Junts, escuchando a Puigdemont, no sé si hay autocrítica, pero, como mínimo, hay una reflexión sobre la realidad. El tema es si el bando de Madrid ha hecho autocrítica. Constato que no.
La CUP ha caído en el pozo de la historia y no sabe cómo salir
-Puigdemont vuelve a tener el mando de Junts y Junqueras quiere volver a recuperar el de ERC. ¿Se puede reimpulsar el 'procés' con los mismos liderazgos?
-Con las mismas personas se puede hacer, si demuestran que lo saben hacer. Estos últimos años llevarían a pensar que no, pero los primeros años llevarían a pensar que sí. Tanto Puigdemont como Junqueras fueron receptores de Junts pel Sí. Junqueras ayudó a hacerlo a regañadientes, pero estaba, y Puigdemont, que se lo encontró, lo valora. Cuando yo doy el paso al lado, dejo sobre la mesa esta experiencia [Junts pel Sí] que contenía liderazgos reconocidos y respetados, una hoja de ruta convenida entre todos -salvo la CUP- y un objetivo compartido. Esto es mucho si lo comparamos con lo que hay ahora.
-Junts se ha sumado a la estrategia de negociación en Madrid que emprendió ERC.
-Lo que intentó hacer ERC se parecía más a lo que hacía Convergència y Junts entiende que, por la aritmética que hay en Madrid, no se puede quedar al margen. No somos independientes en este momento y el país sigue existiendo y se tiene que defender cada día y en todas partes. Yo celebro y aplaudo que Junts tenga una fuerte implicación en la política española, que no quiere decir arrodillarse ante nadie.
Aplaudo que Junts tenga una fuerte implicación en la política española
-¿Qué papel debe jugar Junts respecto al Govern de Illa?
-Tiene que ser la alternativa, encontrar aquel punto de equilibrio que es hacer oposición y, a la vez, llegar a acuerdos con el Govern de Illa en beneficio del país.
-¿Debería implicarse en el pacto por un nuevo modelo de financiación?
-Sí. Como el tema del referéndum ya prácticamente nadie lo pone sobre la mesa, queda este gran tema, que es muy transversal dentro de la sociedad catalana. Ahora le llaman financiación singular, nosotros le llamábamos pacto fiscal y, en el fondo, es algún tipo de concierto económico. Junts tiene que tener aquí un papel destacado, es más, yo recomendaría a Junts que lo lidere, igual que lideró la amnistía.
Junts debe liderar la nueva financiación de Catalunya
-¿Lo reflejado en el pacto PSC-ERC es un concierto económico equiparable al del País Vasco?
-Hablando en plata, la música del pacto suena bien, pero no conocemos la letra final. Hay que ver si al final salimos del régimen común, si la Agència Tributaria de Catalunya recauda y gestiona todos los impuestos, si el Parlament los puede modificar -como hacen vascos y navarros-, y el nivel de dinero que puede llegar a significar todo esto. No solo es un tema de dinero, también es de poderes.
-¿Ve posible un entendimiento entre Junts y el PP?
-No, porque está Vox y porque el PP actúa como actúa desde hace muchos años. Pero esto no significa que tengas que apoyar al Gobierno a ciegas, porque entonces eres prisionero y nunca te darán nada.
Analizándolo hoy, probablemente no era necesario disolver Convergència
-¿Fue un error disolver Convergència?
-Analizándolo hoy, probablemente la conclusión es que no era necesario. La confesión de Pujol era un misil en la línea de flotación del partido. Queríamos salvar el proyecto convergente, el partido era una herramienta. Después hemos sabido que detrás de la confesión había una operación de Estado para destruir al president Pujol y a Convergència. Si lo hubiésemos sabido, quizás se hubiera podido actuar diferente.
-Dijo que se haría militante de Junts, pero que esperaba a Pujol.
-Tiene sentido hacerlo conjuntamente, pero no es ninguna urgencia. Me siento cómodo en esta posición más institucional y alejada de los partidos. Cuando Junts me pide algún tipo de apoyo o implicación, lo hago. Si un día me hago militante, solo o acompañado, seré uno más de la base.
-El 8 de agosto estaba en Arc de Triomf apoyando a Puigdemont. ¿Fue un error no entrar en el Parlament?
-No lo juzgaré. No compartía que regresara antes de que la ley de amnistía le fuera plenamente aplicable y se lo hice saber en su momento. Mi único propósito fue realizar un acto de solidaridad con él. No quiero juzgar si esto se hizo de una manera u otra, o si era necesario o no.
No compartía que Puigdemont regresara antes de que la ley de amnistía le fuera plenamente aplicable
-¿Se hirió la credibilidad de los Mossos?
-Que no salió bien desde este punto de vista, para los Mossos, es evidente.
-PSOE y Junts negocian el traspaso de competencias en inmigración. ¿Cuáles deberían ser las políticas a seguir?
-La clave está en un binomio: control mucho más estricto en la llegada, no puede ser tan laxo; y, una vez aquí, los mismos derechos y deberes. Más rigor en la entrada y mejor selección y adecuación a las necesidades del país; pero, una vez dentro, no los tendremos aquí como parias. Esto no es una puerta abierta para que venga quien quiera. No hay ni un solo país que funcione con la puerta abierta, como si fuera una ONG. Requiere un mínimo de orden y rigor.
Ni un solo país funciona con la puerta abierta, como si fuera una ONG
-¿Uno de los deberes es saber catalán para obtener un permiso de trabajo?
-Depende de donde trabajes. Si es una administración pública o dentro de algún sitio que está subvencionado, el catalán es un requisito fundamental y debe cumplirse. Tiene que haber un conocimiento de los marcos legales de país y un conocimiento de las lenguas oficiales. No creo que tengas que venderlo como una imposición.
-¿Qué política debe seguir Junts con Aliança Catalana?
-Nos guste o no, a mí no me gusta, tiene representación parlamentaria. Yo diría que se tiene que poder hablar y llegar a pocos acuerdos. No me gusta el concepto 'cordón sanitario'.
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