Génova da perfil bajo a la reunión con Sánchez el día de la Lotería de Navidad

Después de idas y venidas en torno a la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, los dos líderes se verán este viernes, 22 de diciembre, el día de la Lotería de Navidad. En Génova no esconden su nula preocupación ante el hecho de que la cita coincida con un día en el que la inmensa mayoría de ciudadanos de este país están pendientes de comprobar si han sido premiados en el sorteo o ultimando preparativos para los días festivos. Los medios de comunicación también centran casi todo su espacio en la retransmisión de este evento, que llena de alegría a miles de casas de toda España.

De hecho, en la cúpula del líder del PP reconocen todo lo contrario: no tenían ningún interés en que la fotografía con Pedro Sánchez acaparara toda la atención en el momento en el que se están poniendo en marcha los asuntos más polémicos de sus pactos con los independentistas. El calendario, además, era muy complejo para el PP. Moncloa puso encima de la mesa tres fechas: el lunes 18 ya pasó. La segunda era este viernes, cuando será; y la tercera, el 29 de diciembre. Esto es un día después de que se celebre la moción de censura en la que el PSOE entregará a EH Bildu la alcaldía de Pamplona.

Ese acontecimiento sí que tenía difícil digestión para los conservadores. La imagen de este viernes, aseguran en el entorno del PP, “le viene bien a Sánchez, pero no a nosotros”. De ahí que pongan en valor “la actitud institucional” del dirigente gallego, que retrasó la elección de la fecha, pero que terminará viéndose con el presidente del Gobierno un día después de la reunión de Sánchez con Pere Aragonès en Barcelona.

El PP llevaba días insistiendo en tener por escrito el orden del día con los temas que se tratarían. El Gobierno no le daba importancia a la petición porque son públicos desde hace casi dos semanas: la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la modificación del artículo 49 de la Constitución y la financiación autonómica. Sin embargo, en el entorno de Feijóo recalcaban la importancia de los “formalismos” a la par que reprochaban el “hartazgo” de estar enterándose de las futuras llamadas entre líderes o de los contenidos por los medios de comunicación.

Esa desconfianza ha imperado en estos días en la cúpula conservadora. Y es por eso que seguían repitiendo que querían un intercambio de papeles para que constaran los asuntos de los que hablarán. En realidad, al PP le importaba mucho que también quedaran claros los que Feijóo quiere poner encima de la mesa. En un momento en el que Sánchez entabla mesas de diálogo con los independentistas a varias bandas, incluso con un mediador internacional, y sin descartar también reuniones con Carles Puigdemont, recalcaban en el PP, “era muy importante dejar claro que no vamos a escuchar sin más”. Es decir, el líder de la oposición quería llevar su agenda propia, llena de reproches al Gobierno por sus pactos. Y así será.

En la carta en la que Feijóo se abría a reunirse este viernes, el PP ya detalló todos los asuntos por los que preguntará al presidente: la ley de amnistía, el Consejo de Estado y la Fiscalía, la despolitización de RTVE y EFE, medidas para garantizar la independencia judicial en el marco de la renovación del CGPJ y "el posicionamiento acerca de la prevaricación judicial que denuncian PSOE, Junts y ERC" en clara referencia a las comisiones sobre el 'lawfare'. También pedirá información sobre las negociaciones mantenidas en Ginebra con Junts, y otros acuerdos con ERC como la condonación de deuda y supuesta cesión del 100% de los tributos a Cataluña, además de la moción de censura en Pamplona.

Aunque los populares niegan que existiera un desgaste, la imagen que llevaba días quedando en el imaginario público era la de que el dirigente gallego se negaba a ver al presidente. De hecho, en Génova afirman que tenían claro que de este miércoles no podía pasar. Era la fecha límite porque también se celebraba el primer cara a cara de los dos líderes en el Congreso y Sánchez previsiblemente le echaría en cara el plantón.

El PP consiguió dar la vuelta al día dando su visto bueno al encuentro este viernes. Pero eso sí, movió ficha enviando por escrito su orden del día sin haber recibido la que exigía previamente a Moncloa. El mensaje de Sánchez desde la tribuna, “nos vemos donde, como y cuándo quiera” permitió al líder del PP contraatacar: “Este viernes en el Congreso”. 

En el entorno de Feijóo aseguraban que el jefe del Ejecutivo no esperaba ese movimiento y que, al final, conseguirán verse en un espacio “mucho más neutral” que el Palacio de la Moncloa, teniendo en cuenta que todos los asuntos que ambos van a abordar tendrían que tener su cauce a través de los grupos parlamentarios. La modificación del artículo 49 de la Constitución para eliminar la palabra “disminuidos” es un claro ejemplo.

Las expectativas, eso sí, son muy bajas. Ni hay clima ni parece haber opciones de entendimiento entre dos partidos que están más distanciados que nunca. Sánchez recuperó el mensaje de los pactos de Estado, buscando una centralidad que sus alianzas con los independentistas le han arrebatado. Y Feijóo trató de exhibir una imagen de institucionalidad que en los últimos días no aparecía. Pero confianza en que ambos alumbren acuerdos no hay prácticamente en ninguna de las partes.