Ganadería

La drástica decisión de un ganadero de raza sayaguesa: "Las vacas nos tienen en bancarrota"

Los hermanos Pordomingo, los mayores criadores de sayaguesa (en peligro de extinción), sacrifican a los sementales, acosados por la crisis y la batalla por las ayudas al fomento de la raza autóctona

Julio Pordomingo en la nave junto a uno de los sementales de raza sayaguesa que ha sacrificado.

Julio Pordomingo en la nave junto a uno de los sementales de raza sayaguesa que ha sacrificado. / LOZ

Irene Gómez

Julio Pordomingo no aguanta más. Cinco sementales de raza sayaguesa de pura sangre acaban de ir al matadero. Seguirán las vacas viejas y, si esto sigue así, «terminamos con todo». Julio y su hermano Agustín, los mayores productores de la emblemática raza en peligro de extinción, que ya criaron su padre y su abuelo en Roelos de Sayago, se ven obligados a tomar medidas drásticas. "Las vacas nos tienen en bancarrota, en estas condiciones es imposible mantener el ganado» se sincera el productor de ganadería extensiva".

El incendio del año pasado que arrasó muchas de las fincas donde pastoreaba su ganado (incluida 'la isla'), la 'descomunal' subida de precios de la paja y piensos, la sequía, once terneros perdidos desde el pasado mes de abril por el ataque del lobo y, "para rematar", una larvada batalla por los fondos de compensación destinados a razas autóctonas en peligro de extinción, que estos ganaderos van cobrando a trompicones con el enfrentamiento con la Asociación de Criadores de Bovino de Raza Sayaguesa de fondo.

Los hermanos Pordomingo acaban de conocer una sentencia por la demanda que interpusieron a la Diputación por silencio administrativo ante reclamación del pago de las subvenciones de 2021 y 2022 para el fomento de razas bovinas alistana-sanabresa y sayaguesa, y de la raza caprina agrupación de las mesetas.

Una pelea judicial solo ganada a medias. No se les reconoce el cobro de la subvención solicitada, pero la institución provincial deberá abonar los gastos del procedimiento. La Diputación lleva razón en que no presenté el certificado a tiempo, pero es que a la Asociación no le da la gana presentarlo» argumenta Julio Pordomingo, quien abandonó la directiva hace 15 años por discrepancias con algunos socios y desde entonces 'es una lucha constante'.

La drástica decisión de un ganadero

La drástica decisión de un ganadero / LOZ

'No podemos más' insiste el ganadero sayagués mientras, apesadumbrado, aparta los animales de la emblemática raza que irán al matadero. "Del convenio con la Junta para la ayuda agroambiental y climática de mantenimiento de razas autóctonas, he cobrado solo dos años. Me dicen que no he presentado el certificado; ¡pero si se lo he pedido a la asociación dos veces y no me lo dan!. Como ellos llevan el Libro Genealógico, lo controlan todo. Estamos en un callejón sin salida, no puedo seguir manteniendo las vacas para que otros se forren" expresa Pordomingo.

Ante la denegación de la ayuda, el productor sayagués dirigió el año pasado un escrito al Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de Zamora que nunca tuvo respuesta. Responsabilizaba a la Asociación de Criadores de Raza Sayaguesa, que «no me ha certificado los animales en el Libro Genealógico», de la denegación de las ayudas, a pesar de que "tengo los animales inscritos y actualizo regularmente los datos. Yo le pago a la asociación para que me de los certificados y no recibo nada. ¿Y quieren que siga manteniendo pureza?" apunta el ganadero sin disimular el hartazgo y la impotencia.

La drástica decisión de un ganadero

La drástica decisión de un ganadero / LOZ

"Somos la explotación con mayor número de animales de raza sayaguesa pura, 230 ejemplares, soy miembro fundador de la Asociación que todavía me considera socio porque mantiene a mis animales inscritos en el Libro Genealógico cobrándome las correspondientes tasas. Es decir, que mis animales cuentan para el censo y cuando necesito los certificados para solicitar las subvenciones y los fondos de compensación, no me los expiden. ¿Cómo se sostiene esto? No me voy a callar".

Esta pelea y la complicada situación que vive la ganadería extensiva han terminado por colmar la paciencia de Julio Pordomingo. «Me estoy arruinando con las vacas, con todo el dolor mando los sementales al matadero, no podemos seguir perdiendo dinero» lamenta uno de los ganaderos que más ha luchado por las vacas de la raza sayaguesa, con las que se crió desde niño y que, junto con su hermano, decidió mantener e impulsar. "Cómo no me va a dar pena".

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