Análisis

El exmarido de Corinna asegura que su exesposa y Juan Carlos I acordaron repartirse los 65 millones y que ella "se quedó con toda la pasta"

El empresario británico Philip Adkins ofrece su versión, con el consentimiento del emérito desde Abu Dabi, en el nuevo documental que emite la plataforma SkyShowtime sobre la donación irrevocable de los fondos procedentes del rey saudí Abdulazziz en 2008

Philip Adkins, Corinna, Juan Carlos I.

Philip Adkins, Corinna, Juan Carlos I.

Ernesto Ekaizer

Philip Adkins es el primer marido de Corinna Larsen. Es un empresario británico que tuvo con ella una hija que vive en Estados Unidos, Anastasia. Y tiene un papel relevante como contrapunto a las afirmaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein sobre los hechos que condujeron a la donación irrevocable de 100 millones de dólares (64,8 millones de euros) que Juan Carlos I, entonces rey de España, hizo en los primeros días de junio de 2012 en Suiza.

Adkins era conocido por su animadversión hacia su exesposa, pero lo cierto es que la acompañó a ella y a Alexander (hijo del segundo matrimonio de Corinna con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein) en el safari que el entonces rey les ofreció en abril de 2012 en Bostuana. Es la primera vez que Adkins revela lo que sabe del pacto de los 65 millones de euros, según una información confirmada por EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica.

La documentación sobre ese pacto es un documento elaborado por el abogado del entonces rey en Ginebra (Suiza), Dante Canonica. Se trata de una donación irrevocable sin contrapartidas ni condiciones por parte de la persona que recibe la donación, es decir, Corinna. Fue esta información y los documentos que la respaldan una parte del material que obtuvo el fiscal Yves Bertossa al practicar una entrada y registro en las oficinas de Rhône Gestión, en Ginebra, hacia el 15 de agosto de 2018, y descubrió que el rey saudí Abdulazziz había transferido a una fundación de Juan Carlos I llamada Lucum, de Panamá, los 100 millones de dólares (64,8 millones de euros).

Llamada ante las cámaras

Philip Adkins accedió a la propuesta de ser entrevistado por el equipo de Christian Beetz, Anne von Petersdorf, Georg Tschurtschenthaler, todos de la productora, Gebrüder Beetz Filmproduktion, y al periodista español afincado en Palma de Mallorca, Pedro Barbadillo.

Durante la entrevista el equipo de investigación quiso comprobar el alcance de la relación entre Adkins -que ha adelantado pagos de facturas de hotel de Juan Carlos I durante un viaje a Los Ángeles- y el exmarido de Corinna accedió. Llamó delante de las cámaras al teléfono móvil del emérito en Abu Dabi, y Juan Carlos I contestó la llamada. Adkins explicó a su amigo que el equipo quería comprobar hasta que punto era cierto que solían hablar casi todos los días. Juan Carlos I asintió con risas y le siguió el juego. “Ya sabes como son estos alemanes”, le espetó Adkins (Corinna zu Sayn-Wittgenstein nació en Frankfurt). De modo que cuando acabó el diálogo entre Adkins y Juan Carlos I, inmortalizado ante las cámaras, siguió el rodaje de la entrevista.

El desayuno de Adkins

Adkins, vestido con una chaqueta americana y vaqueros, hizo el siguiente relato: “Corinna tenía un gran interés por el dinero y ella es muy, muy inteligente. Me sorprendió cuando me demandó por nuestro divorcio. Yo estaba en un hotel Hyatt esperando al servicio de habitaciones. Golpearon la puerta a las ocho de la mañana y pensé que llegaba el desayuno. Pero era un abogado. Lo que me servía eran los papeles del divorcio. Me quedé frío. Pregunté a Corinna después qué quería. 'Dame un millón de libras esterlinas', me dijo. Me gusta pensar que fue así como ella comenzó. Cobró el cheque y despegó".

Pero fue más concreto sobre el pacto de los 100 millones de dólares (64,8 millones de euros): "Se hizo un acuerdo entre Corinna y el rey. El rey saudí hizo un regalo de mucho dinero a Juan Carlos I, pero Corinna tuvo la idea de que podía ayudar y que se podía crear una estructura financiera para proteger el capital del rey, como si fuese una herencia para futuros gastos de la Casa de Su Majestad el Rey. Entonces, ¿qué pasó con el dinero? Porque el dinero estaba allí. Los hechos son que ella se terminó llevando la pasta. Y los hechos son que le había prometido al rey que la mitad de la suma [32,4 millones de euros] sería para él. Este fue el acuerdo que ella propuso".

Adkins quería puntualizar que su declaración era por así decir oficial (acababa de conseguir ante la cámara el beneplácito y el reconocimiento de su amistad con Juan Carlos I). Y señaló: “Me siento feliz de decir esto en público para que se conozca". 

Con todo, las aclaraciones del amigo de Juan Carlos I dan lugar a una interesante pregunta: ¿por qué si se trataba de un regalo del rey saudí -el llamado 'pure gift', un regalo sin contrapartidas- tenía Juan Carlos I que compartir con Corinna la mitad, nada menos que 32,4 millones de euros? ¿O es que Corinna había tenido alguna intervención para que el rey saudí hiciese ese regalo? Porque si se trataba, como sostuvo Juan Carlos I, ante los ejecutivos del banco Mirabaud, de un regalo “entre hermanos”, ¿que pintaba Corinna?

El puzle de los 64,8 millones de euros se parece cada vez más a un cubo de Rubik. En esta transferencia financiera los colores han sido sustituidos por las mentiras de todos los participantes.

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