28-M RADIOGRAFÍA TERRITORIAL | PRENSA IBÉRICA - GALICIA (I)

Elecciones 28-M | Galicia: las urnas evalúan el cambio de liderazgos

El presidente de la Xunta, Alfondo Rueda, y el líder del PSdeG, Valentín González Formoso, afrontan su primera reválida electoral |El PP tratará de arrebatar a los socialistas el poder urbano, ya que gobiernan en tres diputaciones y en Vigo, A Coruña, Santiago, Lugo y Ferrol

Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, y Valentín González Formoso, líder del PSdeG.

Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, y Valentín González Formoso, líder del PSdeG. / Agencias

X.A. Taboada

Las elecciones siempre marcan las carreras políticas y en Galicia también servirán de termómetro para medir el arranque de un nuevo ciclo político, dado que PP y PSOE estrenan liderazgos que tendrán su bautismo de fuego en los comicios del día 28. Alfonso Rueda tomó el relevo de Núñez Feijóo al frente del partido en Galicia hace un año y Valentín González Formoso lleva las riendas socialistas tras vencer en las primarias en octubre de 2021. Entre estos dos partidos, en 2019 se repartieron 260 alcaldías (de un total de 313). Ahora toca pasar revista en la antesala de las generales de fin de año y, sobre todo, con la vista puesta en las autonómicas de 2024. Será como una primera vuelta para estas dos formaciones y sus nuevos líderes.

El tercer partido en discordia es el BNG. Tradicionalmente su impacto en las municipales es más bien limitado, pues gobierna solo una treintena de ayuntamientos, pero es la segunda fuerza en el Parlamento con 19 escaños de 75, sacando provecho en las elecciones de 2020 de la desaparición de la izquierda rupturista en la política autonómica, refrendando lo que había pasado un año antes cuando las “mareas” perdieron el poder urbano.

El PP es la única formación que presenta candidaturas en todos los municipios y es también el que mayor número de alcaldes tiene (casi 150). Siempre ha sido hegemónico y con Rueda, que antes de presidir el PPdeG operaba en la sala de máquinas, no parece que vaya a cambiar el escenario. Pero tiene un talón de Aquiles muy definido: el voto urbano. Pese a gobernar en media Galicia, resulta que no rige en ninguna de las siete ciudades y solo ostenta el bastón de mando en una Diputación de las cuatro, la de Ourense, para lo que tuvo que entregar la alcaldía de la capital al tercer partido de la ciudad, Democracia Ourensana, a cambio de los votos necesarios para presidir la corporación provincial.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, participa en el acto de declaración del Ayuntamiento de Campo Lameiro como Capital de Turismo Rural 2023

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, participa en un acto de declaración del Ayuntamiento de Campo Lameiro como Capital de Turismo Rural 2023. / Salvador Sas

Los populares obtuvieron en 2019 el 33,34% de los votos y, aunque solo por 9.000 votos de diferencia sobre los socialistas, fueron la fuerza más votada. Rueda afronta el reto de repetir como mínimo estos resultados y, además, ganar presencia en las ciudades para que esa hegemonía en las urnas no quede coja y, en la práctica, reducida a la Galicia rural y a villas medianas. Será su primera vez como director de orquesta y también con un equipo nuevo, porque Feijóo se llevó con él a Madrid a casi todos los operarios de una maquinaria electoral que le dio cuatro mayorías absolutas en las autonómicas.

Al igual que Rueda, Formoso afronta sus primeros comicios como jefe de filas. Pero a su favor juega que el PSOE es el partido gallego con más cambios de líder y está acostumbrado a moverse con automatismos mientras se alternan sus secretarios generales. Suyo es el poder urbano, pues gobiernan en tres diputaciones y en los ayuntamientos de Vigo, A Coruña, Santiago, Lugo y Ferrol, bien con mayoría absoluta o con alianzas con otras fuerzas de izquierdas.

Con los 494.526 votos obtenidos en 2019 (el 32,73% del electorado), el desafío de Formoso es disputarle la hegemonía al PP y conservar el poder urbano, que en el caso socialista está mucho más asociado que en otros partidos a los liderazgos singulares de sus alcaldes. El 28 de mayo se pasará examen al papel de Formoso con unas consecuencias que además pueden marcar su carrera política. Es el secretario general del PSdeG, pero también candidato a la alcaldía de As Pontes y a la presidencia de la Diputación de A Coruña, por lo que un traspiés electoral le podría dejar tirado y malograr sus aspiraciones a la Xunta. No obstante, el PSdeG tiene otra carta, una especie de bicefalia, que es la recuperación para la primera fila de José Ramón Gómez Besteiro, apartado de la política hace siete años, cando era secretario general de los socialistas gallegos, por una causa judicial que finalmente se archivó. Ahora es el delegado del Gobierno y Formoso ya dijo que no competiría con él si presentaba sus credenciales para la Xunta.

O secretario xeral do PSdeG, Valentín González Formoso, atende aos medios de comunicación en Pontedeume (A Coruña).

Valentin González Formoso. / PSDEG

El BNG por supuesto que también tiene interés en las municipales, pero siendo realistas, los nacionalistas tienen el gran objetivo de revalidar su segunda posición en los comicios autonómicos del próximo año y confirmarse ya como alternativa sólida al PP en detrimento del PSOE. Y para ello, una mejora de los resultados municipales, sobre todo el urbano, sería un buen pilar en el que apoyarse para tomar impulso. Su respaldo actual es del 12,44%, lo que le permitió ganar una treintena de alcaldías. Sí, gobierna en Pontevedra, su única ciudad, y sus votos permitieron elegir alcaldes y presidentes de diputaciones de izquierdas allí donde no hay mayorías absolutas, pero en el resto de las urbes, su presencia es poco más que testimonial: un edil en Vigo, dos en A Coruña, Santiago, Ourense y Ferrol y cinco en Lugo.

La izquierda rupturista desapareció del mapa municipal en 2019 viniendo de 2015 con las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol. Ahora, además, ha perdido sus referentes políticos de antaño y, como en el resto de España, los que quedan se dividen entre los que apuestan por seguir en Podemos y los que van de la mano de Sumar pensando en las elecciones generales.