Parque Nacional

Matalascañas triplica a Huelva en verano y se bebe Doñana en el peor momento

Surgida en los años del desarrollismo de la dictadura franquista, desde el principio abrió sondeos para abastecer a su población fuertemente estacionalizada

Una vista de la costa de Matalascañas.

Una vista de la costa de Matalascañas. / Shutterstock

Isabel Morillo

"Se sabe perfectamente lo que hay que hacer desde hace 30 años pero nadie le ha puesto el cascabel al gato”". Juanjo Carmona, abogado y consultor ambiental de WWF, habla así de Matalascañas, un núcleo turístico que en 2023 sigue bebiendo directamente de las lagunas del Parque Nacional de Doñana. Con todas las letras, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se refirió a este municipio turístico, a cien kilómetros por carretera de Sevilla, poco más de una hora, que depende del ayuntamiento de Almonte y que en las semanas puntas del verano puede alcanzar los 300.000 habitantes.

Esta semana, la comisaría europea de Medio Ambiente, tras la reunión con la Junta de Andalucía, no solo alertó de la proposición de ley que tramitan PP y Vox en el Parlamento andaluz con un contundente rechazo a esa medida, también se quejó de que las actuaciones que se están adoptando desde el Gobierno de la nación para cumplir la sentencia europea “no son suficientes”. Matalascañas está detrás de esa queja.

Ya hubo un informe de WWF a finales de los 80, el llamado informe Hollis, que alertaba de lo que suponía que Matalascañas, como ocurría entonces con muchísimos pueblos de Huelva, bebiera directamente de las lagunas y el acuífero de Doñana. Ahora mismo otro pueblo, Hinojos, sigue abasteciéndose por pozos del subsuelo del Parque Natural. También parte de Almonte, lo que terminará con los 5 hectómetros cúbicos del trasvase Tinto-Odiel-Piedras que llegarán consignados para abastecimiento humano.

Aquel informe de 1988 redactó 40 conclusiones y 23 recomendaciones y ya advirtió de un grave problema en 30 años si no se acababa con el “robo del agua”. Avisaba también de los problemas del abastecimiento de agua a Matalascañas: “Todo el agua procede de pozos perforados en las dunas directamente contiguas al Parque Nacional”. Toda el agua, incluso la que durante años regó un gran campo de golf clausurado en 2016, reabierto por el ayuntamiento de Almonte en una operación que llegó a los tribunales para salir absuelta y que fracasó por la evidencia de que no había aguas regeneradas para mantener los 'green'.

Cinco sondeos

Este núcleo turístico no extrae una cantidad elevada, comparado con lo que supone la agricultura intensiva de los frutos rojos. Tiene concedidos 2,75 hectómetros cúbicos al año y se extraen anualmente unos 2,2 hectómetros cúbicos para abastecer a una población estacional de 160.000 habitantes, que los fines de semana puede llegar a 300.000. Ahora mismo se nutre de cinco sondeos con profundidades entre 152 y 182 metros. El proyecto de obras en marcha por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para salvaguardar Doñana clausura dos sondeos en el extremo oriental de Matalascañas y los sustituye por otros dos en el extremo más occidental, para favorecer la recuperación de las lagunas más castigadas. Las obras cuestan 1,2 millones de euros de los 356,2 millones consignados por el Ministerio para la Transición Ecológica dentro del Marco de Actuaciones de Doñana.

El problema está en cómo se produce ese consumo. De golpe y en el momento más sensible para las lagunas, en pleno verano, en los meses en los que hay más problemas hídricos. De hecho, los expertos de la Estación Biológica de Doñana, del CSIC, aseguran que en días de gran afluencia de veraneantes es fácil observar cuando Matalascañas se levanta y miles de veraneantes tiran a la vez de la cadena del váter porque el agua desciende en las lagunas más sobreexplotadas.

En tiempos de Franco

Hoy en día sería impensable que Matalascañas, con grandes hoteles y macrourbanizaciones, estuviera plantado donde está, a escasos metros del corazón del Parque Natural. En los años 70 la visión era otra. El proyecto fue construir un nuevo Benidorm o Torremolinos, pensando en los turistas internacionales, en un resort de lujo a las puertas de una naturaleza única. La idea no funcionó. Fue en el año 1974, cuando se asfaltó la carretera que llega a esta playa cuando el proyecto turístico tornó en un municipio de veraneo principalmente para los sevillanos.

Antes, algunas familias privilegiadas ya disfrutaron de la maravilla de un Parque Natural para veranear. Se construían una choza, un pozo y pasaban allí los meses más calurosos. Con la carretera, las chozas cambiaron a edificios de ladrillo, urbanizaciones de pequeños adosados y hoteles de lujo a apenas una hora de Sevilla. Ahora, durante los meses de verano, la población flotante llega a las 300.000 personas, el doble que Huelva capital. Sería la tercera ciudad andaluza, por detrás de Sevilla y Málaga y en población como Córdoba, por delante de capitales como Granada, Almería, Cádiz y Jaén y de grandes ciudades como Jerez de la Frontera, Dos Hermanas o Algeciras. “Una auténtica barbaridad, extrayendo agua de Doñana”, advierte Carmona, de WWF.

La gran obra pendiente

El cierre de unos pozos y el cambio por otros es una opción sobre la mesa para reparar las lagunas pero no es una solución definitiva, alertan los ecologistas. El Ministerio para la Transición Ecológica prevé la clausura de pozos en Matalascañas que serán sustituidos por aguas superficiales de la Estación de Tratamiento de Aguas (ETAP) de Moguer. La gran infraestructura pendiente debería procurar un abastecimiento de agua por canalizaciones y tuberías y la manera más directa es traer el agua desde otro núcleo turístico, Mazagón, en línea directa, por la carretera, a unos 23 kilómetros. Los ecologistas ven motivos de sobra para que se declare de emergencia, el Gobierno se niega. Consideran que con la sentencia de junio de 2021 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la mano y el peligro de que en plena sequía miles de personas se queden sin agua hay motivos de sobra para acelerar esta infraestructura. Otra obra clave, el proyecto de ampliación de la Estación Depuradora (EDAR) de Matalascañas se encuentra actualmente en “realización del estudio de alternativas” con su finalización prevista en 2027.

El 24 de junio de 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenciaba: “El Reino de España ha incumplido sus obligaciones” al “no haber tenido en cuenta (en el Plan Hidrológico 2015-2021) las extracciones de agua ilegales y las extracciones de agua para el abastecimiento urbano (del núcleo turístico de Matalascañas) en la estimación de las extracciones de la comarca de Doñana” y “al no haber previsto (…) ninguna medida para evitar la alteración de los tipos de hábitats protegidos (…)”.

Matalascañas surgió en los años del desarrollismo de la dictadura franquista, fomentada como Centro de Interés Turístico Nacional y desde el principio abrió sondeos para abastecer a su población fuertemente estacionalizada. Esos pozos fueron afectando a las aguas subterráneas que alimentan “las lagunas peridunares de Doñana, uno de sus grandes valores”. “El pasado verano se secaba Santa Olalla, la mayor de ellas, considerada laguna permanente”, recuerda la organización ecologista Greenpeace.