Defensa

Muere el Jefe de Estado Mayor de la Armada, Antonio Martorell

"Es un día muy triste para el Ministerio de Defensa, para la Armada y para todas las Fuerzas Armadas", afirma el Ministerio de Defensa

El Almirante General Antonio Martorell Lacave.

El Almirante General Antonio Martorell Lacave. / EP

Juan José Fernández

La consternación reina este viernes en la Armada y en el Estado Mayor de la Defensa tras haber trascendido el fallecimiento del Almirante General Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA).

Antonio Martorell Lacave ha muerto este viernes en Madrid a los 62 años de edad, después de una prolongada y discreta lucha contra el cáncer.

"Es un día muy triste para el Ministerio de Defensa, para la Armada y para todas las Fuerzas Armadas", ha expresado el Ministerio en un comunicado urgente. La misma fuente ha informado de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho llegar a sus familiares y allegados sus condolencias.

Una capilla ardiente se ha instalado en el Cuartel General de la Armada, en Madrid. En la misma ciudad, para este sábado ha organizado Defensa las honras fúnebres, que tendrán lugar a las 19:00 en la Agrupación de Infantería de Marina.

Dos frentes

Martorell era AJEMA desde el 9 de febrero de 2021, fecha en la que la ministra Robles firmó su nombramiento en el Boletín Oficial del Estado. Una parte de su mandato al frente de la Armada lo libró peleando en dos frentes: uno de ellos, el túnel de precariedad presupuestaria militar que venía afectando en especial a la flota desde la crisis financiera de 2008, y al que empezaba a verle luz de salida. El otro fue su enfermedad, de la que se venía tratando sin dejar de trabajar, y que conocían pocos compañeros suyos.

Entre ellos, un amigo íntimo: el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el colega algo mayor que él que le dio el relevo en el cargo de AJEMA hace dos años y que, relatan a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, algunos cercanos, estaba muy al tanto de la dramática pelea que por su salud libraba Martorell.

No obstante, el jefe de la Armada no había perdido la esperanza. No hacía mucho que se había comprado una casa en Ferrol, en la que planeaba vivir cuando le llegara el retiro. En esa ciudad gallega pasó parte de su niñez.

"Éxito de Estado"

El último mes y medio, el del agravamiento final de su salud, se notaba en los despachos del Cuartel General de la Armada una suerte de bajada de tensión que en la tarde de este viernes se explican quienes han confirmado por fin la razón de la ausencia del jefe, su estado terminal.

En ese hermoso palacio, en el madrileño paseo del Prado, haciendo casi esquina con la Cibeles, abre sus puertas un museo naval famoso por sus maquetas históricas, del que Martorell estaba muy orgulloso.

Ha querido la casualidad que el AJEMA, de formación especialista en armas submarinas, haya fallecido sin poder disfrutar del todo de la última buena noticia de su sector. Solo 48 horas antes de su muerte el prototipo de submarino S-81 Isaac Peral había completado con éxito su primera inmersión estática en aguas de Cartagena.

El proyecto de un submarino de última generación totalmente español atraía buena parte de su atención. Solía decir Martorell que el éxito en este proyecto, con el que España se convierte en uno de los únicos siete países del mundo capaces de diseñar y fabricar autónomamente un submarino, "es un éxito de Estado".

A la cúspide

Uno de sus compañeros en la cúpula de la Armada recuerda a Antonio Martorell como un "adicto a su trabajo y adicto a su familia".

El AJEMA tenía apellido catalán, pero nació en Bilbao el 22 de agosto de 1960. Fue hijo de otro marino, Gabriel Martorell González-Madroño, igualmente vasco, contralmirante e ingeniero naval que dirigió el astillero de Bazán en Ferrol.

Ingresado en la Escuela Naval en 1979, Antonio Martorell obtuvo su despacho de alférez de Navío en 1984. Pasó el arranque de su carrera a bordo de buques especializados en la lucha contra las minas. De hecho, el dragaminas Miño y el cazaminas Turia fueron los primeros que mandó, hasta pasar a ser el comandante de la I Escuadrilla de Medidas Contra Minas.

Con Martorell desaparece uno de los decanos de los "mandos a flote" de la Armada. Pisó más el puente de mando que el despacho; le gustaba más el primero que el segundo, y el más grande timón que tuvo entre manos fue el del buque de asalto anfibio Castilla.

Como vicealmirante, Martorell fue comandante, entre marzo y octubre de 2019, de la Operación Atalanta, que la Unión Europea despliega para proteger de los piratas el tráfico marítimo en el Índico. Antes había tenido ya una extensa experiencia internacional, que incluye el mando en Nápoles de la Sección de Ejercicios del Cuartel General Conjunto de la OTAN.

En mayo de 2020 ascendió y fue nombrado Almirante de la Flota, camino ya de la cúspide de la Armada.