Elecciones en 2023

El PSOE, obligado a calentar el año por la desmovilización de sus votantes: el 35% no decidirá hasta la campaña

El último CIS apunta a que los electores socialistas son los que más tarde tomarán la decisión de a quién van a votar frente a los de Vox y PP, que muestran menos dudas

Una mujer, en Barcelona, observa las papeletas de voto, en las últimas elecciones generales.

Una mujer, en Barcelona, observa las papeletas de voto, en las últimas elecciones generales. / Ferran Nadeu

Marisol Hernández

El CIS ha puesto cifras a la incertidumbre sobre el voto que anida en los votantes del ala izquierda. Quienes en 2019 apoyaron a los dos partidos del Gobierno de coalición son los que menos claro tienen que harán en las próximas elecciones, Aún no lo han decidido. Y, en el caso del PSOEhasta un 35% no lo dilucidará hasta el comienzo de la campaña electoral.

La desmovilización de su electorado es una de las grandes preocupaciones de Ferraz, que se arrastra desde las elecciones de Madrid. Ya en los meses previos detectaron un cansancio entre los suyos por el impacto de la pandemia, los efectos económicos y sociales del coronavirus y el ruido constante en el seno de la coalición.

Esa sensación de hastío no ha cambiado y las consecuencias de la guerra y la escalada en los precios la han hecho incluso más profunda. El aparato del partido se estrelló contra ella en las elecciones andaluzas y sigue muy presente en este largo año electoral.

La traducción de parte de esa desazón es que el sólo el 64,4% de los votantes socialistas reconoce que decide su voto mucho antes de la campaña electoral frente a la premura que exhiben quienes respaldan a Vox (74,7%) o al PP (71,9%).

La inseguridad que provocó la gran crisis de 2008 cambió los hábitos de consumo de los españoles, que dejaron de hacer previsiones a largo plazo para tomar decisiones en el último momento. Esto también afectó al voto. Cada vez más ciudadanos escogen la papeleta sólo unos días antes de las elecciones.

Según el último CIS, el 10,4% al comienzo de la campaña electoral, el 16,1% durante la última semana, el 3,8% en la jornada de reflexión y el 3,9% el mismo día de las elecciones. Algo que no sucedía en la España tranquila del bipartidismo y que convierte los 15 días finales en un momento crucial. Pero, aunque los datos hablan por sí mismos, en el caso de los socialistas y también de Unidas Podemos la incertidumbre que atenaza a sus votantes es mayor.

Hay mayor definición en el lado derecho que en el izquierdo. Los que más retrasan su voto son antiguos electores del PSOE. Hasta un 35% no lo resolverá hasta que empiece la campaña y en adelante.

La cifra es más baja para el PP. Un 25,9% reconoce que demorará hasta entonces su decisión. Quienes menos dispuestos están a esperar para definirse son los votantes de Vox. Sólo un 22.2% lo hará al filo de las elecciones.

Baja fidelidad

La incertidumbre del votante del PSOE también se evidencia en el porcentaje de personas que aseguran que volverán a apoyar las siglas socialistas, un 66,1%, una fidelidad menor que la tiene el PP, 79,2, que además logra la doble ventaja de recibir votantes del PSOE (8,8%, más de 600.000 en voto estimado) y de Vox (un 23%, casi uno de cada cuatro).

Por todo ello la campaña socialista, con mítines de Pedro Sánchez todos los fines de semana, se ha puesto tan pronto en marcha. Para ayudar desde el plano nacional en las autonómicas y municipales de mayo y para engrasar el partido de cara a las generales. Aunque tanto en Ferraz como en los territorios se muestran muy confiados en que sus barones revalidarán sus gobiernos, con las únicas dudas de La Rioja y Baleares, los sondeos privados dan por delante a Feijóo en España y sólo el CIS coloca a Sánchez por delante.