Comunidad Valenciana

Puig enarbola la mejora económica frente a los ataques del PP

Catalá insiste en las críticas por la ley del solo sí es sí y en vincular el caso Azud solo al PSPV en la penúltima sesión de control en Corts

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, interviene durante una sesión de control.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, interviene durante una sesión de control. / EP

Diego Aitor San José

Se llama debate parlamentario, pero por su devenir, la definición más ajustada sería la de sucesión de monólogos. La sesión de control al Consell ha dejado la exhibición de un carrusel de gráficos por parte del president Ximo Puig, a Compromís y Unides Podem tratando de marcar perfil propio (críticas a olvidos de los Gobiernos de España de PP y PSOE de los primeros; críticas a la ampliación del Puerto o reivindicación un modelo económico alternativo) y al PP blandiendo la revisión de las penas por la ley del solo sí es sí incidiendo en una brecha que del Gobierno llega hasta el Ejecutivo autonómico.

El silencio con el que empezó el pleno, en recuerdo de la presidenta del CSIF, Alicia Torres, fue precisamente lo que le achacó la síndica de los populares, María José Catalá, al jefe del Consell respecto a algunas polémicas que afectan al Ejecutivo autonómico. "Silencio ante Sánchez por el trasvase, por la financiación, por Azud y por la ley del solo sí", señaló la portavoz parlamentaria que remarcó las rebajas de penas a agresores sexuales tras la entrada en vigor de la norma. "Tan feminista que era usted y le veo muy calladito", criticó Catalá.

Puig no entró en el debate propuesto por la popular. "No pienses en un elefante rosa" y "es la economía, estúpido", dos lemas de la politología estadounidense sobre no hablar de los temas que no interesan, parecieron servir de guía al president en la tribuna. Puig se basó en la pregunta escrita registrada por el PPCV, sobre si creía que la situación política, económica y social "es la que se merecen los valencianos y las valencianas", para exponer datos de gestión del Botànic.

Afiliados a la Seguridad Social, tasa de paro, tasa de paro juvenil, inversiones extranjeras, creación de empresas, traslado de empresas entre autonomía, personas que cobran la prestación de dependencia, profesionales de la sanidad pública... "Y todo ello sin Volkswagen", desgranó Puig escudándose en coloridos gráficos de barras: en azul los datos de las épocas del PP, en rojo, los del Botànic. "Les duele en el alma la verdad", sentenció el jefe del Consell quien evidenció que la estrategia en los próximos meses para un tercer mandato será la de lucir gestión.

Y mientras Puig exhibía una ristra de logros, sus socios parlamentarios mostraron sus propios hitos y retos de cara al futuro. Quedan tres meses y medio para las elecciones y la tribuna de las Corts es un buen altavoz para marcar distancias. Desde ahí, la síndica de Compromís, Papi Robles, con una pelota de tenis de mesa en las manos, cargó contra la "partida de pin pon del bipartidismo" en Madrid que "traiciona al pueblo valenciano". Financiación, derecho civil o deuda aparecieron en los agravios señalados por Robles. "Todos vienen a pasear a sus jefes, pero no les he escuchado ninguna reivindicación ni cuando viene Feijóo ni Sánchez", dijo señalando a Catalá y Puig.

Unides Podem, a través de su síndica, Pilar Lima, también trazó sus propias reivindicaciones marcando distancias con los socialistas. Insistiendo en el cambio de modelo productivo y en hacer ciudades sostenibles, Lima destacó como ejemplo de políticas de espaldas a esta realidad, el macroproyecto Magda al que ha dado luz verde esta misma semana el Ministerio de Transición Ecológica del PSOE o la ampliación del puerto de Valencia.