REUNIÓN DE ALTO NIVEL

Sánchez se asegura futuros acuerdos con Marruecos tras el desaire de Mohamed VI

El primer ministro marroquí desvela en la clausura de la RAN que el rey ha estado pendiente de la cumbre y que "nos ha sugerido y pedido planes de acción concretos que se conocerán próximamente"

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz. / EP

Marisol Hernández

La tan ansiada Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos en Rabat concluye con un afianzamiento de la relación bilateral y la apertura de grandes oportunidades de negocio para las empresas españolas pero también con algunos asuntos muy relevantes aún por resolver. Los dos países se sienten ahora más próximos, pese a la polémica sobre la ausencia de Mohamed VI que no ha recibido en audiencia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque no se encuentra en estos momentos en Marruecos.

El resultado de esta cercanía es una declaración institucional de 12 páginas y 74 puntos que representa la "densidad" de esta nueva etapa y que aspira a marcar un camino conjunto en el que, según el jefe del Ejecutivo, "España y Marruecos son algo más que vecinos". Se han sentado las bases para una "asociación económica avanzada" y una interlocución política más sincera. Pero el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, reveló que están trabajando en nuevas iniciativas. Marruecos parece haberse guardado algún anuncio para cuando se produzca la visita oficial de Sánchez.

Con esta invitación, Mohamed VI compensó al presidente que no volviera a Rabat para la RAN. En el propio comunicado emitido por la Casa Real para dar a conocer la conversación telefónica que ambos mantuvieron antes de que Sánchez se desplazara a Marruecos, se aludía a "acciones concretas marcadas por la eficacia y proyectos tangibles en ámbitos estratégicos de interés común".

En la clausura de la RAN, Ajanuch reveló que Mohamed VI ha estado muy pendiente de la cumbre y que en las conversaciones con los miembros de su gobierno "nos ha sugerido y pedido planes de acción concretos que se conocerán próximamente". La diplomacia española cree que este nuevo viaje a Rabat del presidente se realizará en muy poco tiempo, "en unos meses".

Sin alusiones por escrito a Ceuta y Melilla

Las sensaciones en Moncloa sobre lo que ha supuesto la RAN son muy positivas, con un lamento incluido sobre la escasa publicidad a su envergadura económica. El Gobierno crea un fondo de 800 millones de euros en cinco años para que las empresas españolas inviertan en Marruecos y mejoren su posición ante los 45.000 millones en licitaciones hasta 2050 del reino alauí.

Pero el encuentro se cierra con una reiteración en la declaración institucional del apoyo del Gobierno al plan de autonomía marroquí y ninguna mención al compromiso alcanzado por los dos países de evitar "todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía".

Este acuerdo fue destacado por el jefe del Ejecutivo en su discurso de arranque de la RAN y tiene la doble lectura de que España no se pronunciará sobre el Sáhara en sentido contrario a los intereses del reino alauí y, de manera recíproca, Marruecos no lo hará sobre Ceuta y Melilla.

Las palabras del presidente se verbalizaron tras un encuentro en el Palacio Real con el primer ministro marroquí y sus respectivos ministros de Exteriores, José Manuel Albares y Nasser Bourita, que retrasó una hora el comienzo de la RAN. Pero después no han tenido refrendo en el documento final. Aunque el jefe del Ejecutivo no citó a las dos ciudades autónomas, la apelación a la soberanía, delante de su homólogo marroquí, es un hecho que tiene en sí mismo un valor y se habría visto reforzado con la plasmación por escrito de la voluntad de que ni en "los discursos" ni en la "práctica política" se aluda a cuestiones territoriales.

Para España, las manifestaciones del presidente suponen un intento de blindar Ceuta y Melilla de la reivindicación marroquí. Esto no significa que Marruecos deje de ver las dos ciudades autónomas como partes de su país o cese en la reclamación de recuperar esos territorios, pero al menos es, según se desprendía de las palabras de Sánchez, no lo va a hacer públicamente ni lo va a impulsar en su acción de Gobierno.

Sin fecha para abrir las aduanas

El texto que cierra la RAN tampoco ofrece novedades sobre la apertura de las aduanas en Ceuta y Melilla. "Las dos partes reiteran su compromiso con la plena normalización de la circulación de personas y mercancías de manera ordenada, incluyendo los dispositivos adecuados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo", señala, para añadir sólo que continuarán en fase de pruebas.

España esperaba en este asunto algo más de concreción y el propio presidente había dicho por la mañana que "vamos a garantizar juntos que estas aduanas sigan abriéndose de manera ordenada y progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y mercancías, tal y como acordamos el año pasado", aseguró, en referencia a la declaración del pasado 7 de abril, que supone el primer documento de esta nueva etapa entre España y Marruecos.

Según fuentes españolas, la "voluntad" era abrirlas con un calendario concreto. Aunque después precisaron que Marruecos, que lo está poniendo fácil, no quiere dar una fecha por cuestiones "de seguridad". En Ceuta nunca ha existido aduana y en Melilla está clausurada desde hace cinco años. Esto, apuntan las mismas fuentes, "no se hace de la noche a la mañana". Se ha avanzado e incluso a finales de enero ha habido pruebas piloto, pero el Gobierno había transmitido que podrían estar operativas a principios de año. 

La cuestión de las aduanas es muy relevante para España. Para el Ejecutivo es uno de los hitos de la declaración conjunta del pasado 7 de abril porque considera que supone un reconocimiento implícito a la españolidad de Ceuta y Melilla. "Sólo se tienen acuerdos comerciales con terceros países", subrayan.

La declaración institucional recoge también una referencia a "la protección y garantía de los derechos humanos como base esencial para la convivencia democrática, el Estado de Derecho y el buen gobierno". Ambos países acuerdan reforzar su cooperación en este ámbito en la nueva etapa de las relaciones bilaterales. Un compromiso llamativo después de que el PSOE no quisiera condenar hace dos semanas una resolución del Parlamento Europeo sobre la situación de los Derechos Humanos en Marruecos y el hostigamiento a periodistas. Además el reino alauí se compromete a  "intensificar" el retorno de migrantes en situación irregular" y fortalecer" la lucha contra el terrorismo internacional.