Castilla y León

La estrategia de Vox rompe los planes de Feijóo al inicio del año electoral

El protocolo antiaborto reclamado por los ultras en Castilla y León opaca los fichajes y el argumentario del PP | El Gobierno ve el choque de las derechas como una "bendición" y manda un segundo requerimiento a Mañueco

Alberto Núñez Feijóo, el pasado 22 de diciembre, durante la entrevista con EL PERIÓDICO en su despacho del Senado.

Alberto Núñez Feijóo, el pasado 22 de diciembre, durante la entrevista con EL PERIÓDICO en su despacho del Senado. / DAVID CASTRO

Pilar Santos | Juan Ruiz Sierra

"Vox ha destrozado nuestra agenda", se lamenta un barón del PP. "Estamos atrapados entre ellos y el Gobierno, porque Sánchez va a alargar este asunto todo lo que pueda", señala un parlamentario conservador. El equipo de Alberto Núñez Feijóo está sufriendo estos días la primera gran embestida de Vox, que nació como escisión del PP y se ha convertido en su primer competidor electoral. El objetivo es cerrar la crisis cuanto antes.

Los ultras, que gobiernan en coalición con los populares en Castilla y León, están poniendo en un brete al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y por extensión a Feijóo, con su plan antiaborto. Vox asegura que ha pactado con Mañueco un nuevo protocolo que obliga a escuchar el latido fetal a las mujeres que quieran abortar, algo que los populares rechazan de manera rotunda al considerar que sería una "coacción" inadmisible.

La ultraderecha se apunta dos triunfos: recuperar foco y colar en el debate público el aborto

Malversación y ley del 'sí es sí'

Feijóo había organizado un inicio de año electoral con fichajes de impacto para reforzar su gancho con los votantes de centro (Íñigo de la Serna y Borja Sémper) y el debate público le ayudaba: hasta el jueves pasado, los periódicos seguían abordando las reformas legales para derogar la sedición y rebajar el delito de malversación que Sánchez ha acometido tras negociar con los independentistas catalanes y los medios también informaban ampliamente del goteo de delincuentes sexuales que están viendo mejoradas sus condenas por la ley del 'sí es sí'. La coyuntura era cómoda para que el PP intentara atraer a los socialistas desencantados con Pedro Sánchez.

Ahora, tras el anuncio, el jueves, del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), de sus planes antiaborto, el choque con el PP ha copado las portadas, ha recordado que comparte gobierno con la ultraderecha y ha permitido a Vox apuntarse dos triunfos: recuperar interés como partido (perdido con la caída en las encuestas) y colar en la actualidad el aborto, un asunto habitual en las agendas de las formaciones de ultraderecha de todo el mundo (EEUU, Hungría, Brasil...).

En el cuartel general de Feijóo se tardó en reaccionar. Mañueco no desmintió a Gallardo hasta el lunes. Los conservadores dejaron pasar el fin de semana sin aclarar si el protocolo se iba a aprobar o no y el propio líder del PP obvió el tema hasta este martes. En una entrevista en Telemadrid evitó enfrentarse a Vox y reconocer los riesgos de gobernar en coalición con la extrema derecha, algo que puede darse en decenas de ayuntamientos a partir de mayo. El político gallego trató de desviar la atención denunciando el interés que tiene el Gobierno por "montar ruido" y consideró el asunto "un burdo intento de manipulación".

La voluntad del PP es, señalan en la dirección, poner punto y final cuanto antes a este episodio. "Pero sabemos que Vox es imprevisible", admite otro presidente autonómico del partido consultado que no se atreve a descartar ningún escenario. En el equipo de Mañueco no se plantean por ahora expulsar a Vox ni tampoco convocar elecciones, porque consideran que los castellanoleoneses "no lo entenderían". Se celebraron, ya adelantadas, en febrero de 2022.

Con el objetivo de no dar más espacio ni a Vox ni al Ejecutivo central, se decidió que este martes Mañueco respondiera al primer requerimiento que la Moncloa le mandó el domingo y negó por escrito que vaya a haber ninguna "modificación en el protocolo de atención a la interrupción del embarazo".

En la Moncloa ven este choque entre Vox y PP como una "bendición". De hecho, este martes mandó otro requerimiento más para advertir a la Junta de que no tiene competencias para modificar lo que marca la ley del aborto de 2010, el paso previo antes de acudir al Tribunal Constitucional. “Lo cierto es que se han metido en un lío muy serio y que a nosotros nos viene muy bien. El PP o Vox se van a dejar pelos en la gatera. Porque esto aún puede dar más vueltas. Tienen que explicar muy bien si el protocolo se debatió en el Consejo de Gobierno de Castilla y León, si fue recogido en las actas… Esto no es una broma”, señalan fuentes de la dirección del PSOE.

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