Juicio del Alvia

Un perito judicial: “Estaba claro que un despiste humano se iba a producir”

Lamela, que analizó si el material rodante influyó en las causas del accidente, sostiene que lo adecuado sería contar con un segundo nivel de protección para corregir fallos

José Manuel Lamela, a la derecha, a su llegada a la sede judicial.

José Manuel Lamela, a la derecha, a su llegada a la sede judicial. / Xoán Álvarez

X. A. Taboada

José Manuel Lamela estrenó este miércoles la ronda de los peritos judiciales que comparecerán en el caso del Alvia. Él es el primero de los tres que testificarán, un ingeniero industrial propuesto por la Xunta de entre sus empleados públicos que, como reconoció, en su trabajo no se dedica a nada que tenga relación con el sector ferroviario. Para él, la causa del accidente fue el exceso de velocidad y, en su opinión, se debería haber implantado “un segundo nivel de protección” porque, como repitió varias veces, el error humano “siempre” se va producir a lo largo del tiempo.

“Hay que tener en cuenta que un ser humano, antes o después, va a cometer fallos, porque es lunes, porque es viernes, por el hijo, por la mujer...”, dijo en un primer momento a preguntas del abogado de la plataforma de las víctimas para luego, en el turno del letrado del maquinista, insistir: “Está claro que el despiste, o se le llame como quiera, se va a producir. Despistes de estos en el tiempo los va a haber, de ahí los escalones de protección para prevenirlos”.

Como perito judicial, los informes de Lamela durante la fase de instrucción se circunscribieron a comprobar si el material rodante de Renfe tuvo alguna incidencia en el siniestro del Alvia, en el que murieron 80 personas y otras 145 resultaron heridas. Como consecuencia del accidente, están procesados el maquinista, Francisco Garzón, y el que fuera director de la Seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte.

En sus informes no detectó “en principio” nada que tuviese anomalías relevantes en lo relativo a la causa del siniestro. Hubo alguna pequeña irregularidad que fue subsanada” en el material rodante que, ratificó de nuevo este miércoles, no influyó en el siniestro.

Segundo nivel de protección

A su entender, el exceso de velocidad con el que el maquinista tomó la curva fue lo que originó el descarrilamiento, pero habría sido “adecuado”, en su opinión, que existiese “un segundo nivel de protección”, para evitar que la tragedia se produjese en caso de “error” o “despiste” humano que precisamente provocase llegar a la curva a más velocidad de la fijada. Pero no fue capaz, porque se escapa de su ámbito de actuación ni es experto, de indicar concretamente qué segunda barrera habría que instalar o implantar en la línea Santiago-Ourense, que inicialmente estaba prevista en alta velocida pura de punto a punto y con un sistema de seguridad, el ERTMS, que cubría íntegramente el trayecto.

Eso sí, enfatizó que el tren debía reducir de 200 a 80 kilómetros por hora para entrar en la curva de Angrois y que la frenada tenía que iniciarse unos cuatro kilómetros antes, de ahí lo “adecuado” de contar con una medida de protección.

El perito asumió como válido un informe encargado al Centro de Investigación en Tecnologías Ferroviarias (Citef) en el que se sostiene que el Alvia no volcaría si circulara por la curva a menos de 156 kilómetros por hora, lo cual da un margen del doble de velocidad para pasar por Angrois.

La abogada del Estado Adela Álvarez, que ejerce la defensa de Adif, quiso saber si precisamente este holgado margen en la curva no constituía una segunda barrera de protección, más allá del factor humano. “No lo es”, contestó Lamela.

También a preguntas de la letrada del Estado, el perito indicó que el maquinista debería haber empezado a frenar otros seis segundos antes de donde lo hizo, ya que eso le permitiría entrar en Angrois a 155 km/h. “Pero la curva estaba limitada a 80, no a 155”, precisó.

"Nada normativo"

Su recomendación de una segunda barrera, según indicó varias veces, la traslada a modo de “reflexión”, puesto que no es experto en esta materia. No obstante, como ingeniero sí se ha referido a estudios, por ejemplo en el ámbito de la energía nuclear, que dicen que la probabilidad de error con el tiempo es “altísima”, por lo que recomiendan “segundos o terceros niveles de protección” para el caso de “despiste” o “error” del humano.

En cualquier caso, esta idea no la ampara “en nada normativo” puesto que no profundizó en ello, y apuntó a que se le pregunte a los otros peritos judiciales, que declaran este jueves y el próximo martes.

Más adelante, el letrado que ejerce la defensa del maquinista hizo referencia a que el pedal del hombre muerto protege la posibilidad de que falle el factor humano en el convoy. “La responsabilidad sobre esa frenada recae únicamente sobre el maquinista y eso desde el punto de vista de la seguridad parece que era un pelín... pero ya le digo que no...”, contestó en otro momento al representante de la plataforma de víctimas.

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