Izquierdas

Ada Colau trabaja por una 'entente cordiale' entre Podemos y Yolanda Díaz antes de las municipales

El objetivo no es un acuerdo electoral antes de mayo, sino acercar las posiciones para evitar el choque de trenes en campaña

Ione Belarra, Ada Colau y Yolanda Díaz.

Ione Belarra, Ada Colau y Yolanda Díaz. / EFE

Ana Cabanillas

Ada Colau mueve ficha para que Podemos y Yolanda Díaz sellen un acuerdo de paz antes de las elecciones municipales de mayo. La alcaldesa de Barcelona y líder de los comuns ha emergido como una suerte de mediadora entre el partido y la vicepresidenta segunda del Gobierno. El objetivo es evitar un choque de trenes que comprometa las candidaturas de izquierda en los comicios de primavera y ponga en riesgo su reelección al frente del Ayuntamiento, el principal bastión municipalista que conserva el espacio confederal. 

La alcaldesa ha sido la principal valedora de Yolanda Díaz desde su lanzamiento como candidata del espacio y fue una de las protagonistas del primer acto de Valencia, celebrado meses antes de existir siquiera la marca Sumar. Colau es una de las pocas dirigentes que se ha mantenido al frente de la oleada de los llamados ‘ayuntamientos del cambio’ que tuvo lugar en 2015.

Su figura ha logrado trascender el ámbito meramente local, y ahora juega un papel clave en el escenario nacional, no sólo para las izquierdas sino para el futuro del actual Gobierno de coalición, cuya reedición está condicionada a que Díaz y Podemos concurran juntos bajo una misma candidatura. 

Y los últimos meses han sido aciagos para este objetivo. Las tensiones no han hecho más que crecer entre la vicepresidenta segunda y el partido morado, con Pablo Iglesias marcando el paso en sus filas. La gestión dentro del propio Gobierno, donde Díaz y las ministras de Podemos actúan de manera independiente, ha llevado a fuertes choques en el espacio confederal. Una ruptura que en 2022 se hizo visible en asuntos de calado como el envío de armas a Ucrania, el aumento del gasto en Defensa, el acuerdo sobre el CGPJ o el acuerdo fallido de las izquierdas en Andalucía, que marcó un punto de inflexión en el deterioro de la relación. Los envites de Iglesias contra Díaz a primeros de noviembre llevaron la tensión a cotas hasta entonces desconocidas. 

En este escenario, desde el propio grupo confederal admiten ya que es “muy probable” que Podemos y Díaz acaben tomando caminos distintos de cara a las generales. La vicepresidenta todavía no ha anunciado oficialmente su candidatura, pero sí ha adelantado que no lanzará su proyecto hasta después de las municipales y autonómicas del 28 de mayo. Tampoco hará campaña salvo en aquellos lugares donde haya acuerdos amplios entre distintas fuerzas, y sólo comenzará a tejer pactos para las generales después de mayo, pese a las presiones de Podemos para adelantar sus planes y convertir su candidatura en una negociación bilateral entre Díaz y el partido

Las “gestiones” de Colau

El distanciamiento total entre Díaz y Podemos amenaza con estallar antes de la primera cita con las urnas, y Colau quiere evitar que las consecuencias del terremoto mermen las posibilidades de la izquierda. La alcaldesa de Barcelona se ha empleado a fondo para “tranquilizar a los distintos espacios y destensar la situación”, según fuentes conocedoras, y trata de acercar posiciones entre los morados y la vicepresidenta.

La comunicación es fluida con ambas partes, y en esta labor se ayuda de la coordinadora de los comunes, Candela López, que mantiene un canal de comunicación abierto con la Secretaría de Organización de Podemos. Unas “gestiones para tratar de apaciguar”, según lo definen otras fuentes, para intentar asegurar una convivencia pacífica durante la campaña electoral de primavera, donde la izquierda se juega plazas tan importantes como la Alcaldía de Barcelona, la de Valencia o el Gobierno del Botànic. 

La alcaldesa de Barcelona, una de las pocas políticas activas que fue testigo del alumbramiento de Podemos, quiere aprovechar el “peso simbólico” que ostenta para sellar una suerte de ‘entente cordiale’ en la izquierda. Colau mantiene una buena relación tanto con Díaz como con la secretaria general del partido, Ione Belarra, y “mantiene interlocución” con Irene Montero y con Pablo Iglesias, sin que la beligerancia existente en estos últimos meses haya roto por completo los puentes. 

No es casual que la alcaldesa, a través de sus redes sociales, se esfuerce por agradecer públicamente los logros políticos de unos y otros; así, felicitó expresamente a Irene Montero después de aprobar la Ley Trans, e hizo lo propio con Díaz después de aprobarse el decreto anticrisis la semana pasada.

De Podemos, es con Belarra con quien mantiene comunicación fluida y con quien se coordina especialmente por temas concretos, como los relativos a la ley de vivienda -una materia donde la alcaldesa de Barcelona fue pionera-,la negociación de los Presupuestos Generales del Estado o el último decreto anticrisis, con la prórroga de la congelación de alquileres durante seis meses.

A consultas de este periódico, desde el equipo de prensa de Colau aseguran que la dirigente no ha mediado "en ningún asunto interno", aunque admiten que "lo que sí ha hecho estos días es participar activamente en las conversaciones sobre el decreto del alquiler". En estas conversaciones, según ha podido saber este medio, llegó a negociar también con el ala socialista del Gobierno.

La alcaldesa llegó a difundir un vídeo en redes dirigiéndose al presidente del Gobierno para presionar para la aprobación de esta medida. Un desembarco en toda regla en asuntos de ámbito nacional con un reto: acercar posiciones y “que las dos partes -Yolanda Díaz y Podemos- no pierdan la interlocución”, aunque sea a través de terceras personas. 

La estrategia de conciliación, pese a ser encabezada por Colau, forma parte de la línea estratégica de los comuns, que tiene como un mandato político acercar posiciones entre los distintos actores o, al menos por el momento, desinflamar la herida abierta e intentar recomponer relaciones, porque “sin recomponer esas relaciones es difícil ampliar el espacio”

La voluntad, señalan fuentes bien situadas, no es tanto cerrar un acuerdo electoral entre Podemos y Díaz antes de las municipales, al considerar que “no es posible” debido a los plazos y al mal momento que atraviesa la relación y después de que la vicepresidenta haya transmitido a sus afines su intención de no tener una “participación directa” en la campaña electoral de mayo. Una intención que mantiene pese a las presiones de Podemos por involucrarle en esos actos. 

Imagen de unidad, pero sin visos de pacto

La pacificación de la izquierda allanaría la reedición de Colau al frente del Ayuntamiento de Barcelona, que ahora mismo está en un alambre por el desgaste propio del Gobierno y después de que los principales partidos hayan lanzado a sus candidatos: Jaume Collboni (PSC), Ernest Maragall (ERC) o el ex alcalde de Barcelona Xavier Trias (Junts).

Pero el acercamiento que aspira a lograr Colau no sólo está dirigido a Barcelona. Cataluña es precisamente uno de los feudos donde más encauzados están los acuerdos. En mayo del año pasado, los comunes y Podem Catalunya sellaron un pacto para concurrir juntos a nivel municipal en todos los ayuntamientos bajo las siglas de ‘En Comú Podem’. La relación parece engrasada entre ambas fuerzas, y esa es la imagen que también se querrá trasladar a nivel nacional. 

La primera ‘foto’ de unidad quiere exhibirse en el acto de Sumar organizado por Yolanda Díaz el próximo sábado 14 de enero en Barcelona, en el que también participará Ada Colau, y donde se trabaja para que también haya figuras de Podem Catalunya que participen en el encuentro, aunque tratando de evitar que se convierta en un “acto de partidos”. La representación de la dirección morada aún no está cerrada.