DIVISIÓN TOTAL

Vuelan los cuchillos en Ciudadanos: ni unidad ni marcha atrás

Ciudadanos exhibe su división en el Día de la Constitución a plena luz del día y sin disimulo

Inés Arrimadas, durante el acto institucional por el Día de la Constitución.

Inés Arrimadas, durante el acto institucional por el Día de la Constitución. / EP

Paloma Esteban

Hacía tiempo que Ciudadanos no suscitaba tanto interés en un día de los grandes en el Congreso. El 44 aniversario de la Constitución, que cada año reúne a instituciones y los principales dirigentes políticos de toda España en la Cámara Baja, llegó esta vez en mitad de una crisis interna de difícil solución para los naranjas, que mostraron su división a plena luz del día y sin disimulo. Desde el primer minuto la tensión era evidente y las pocas ganas de reconducir la situación, también.

Edmundo Bal y otros diputados como María Muñoz y Miguel Gutiérrez (en este momento uno de los veteranos de la formación) hacían corrillos desde primera hora en el patio del Congreso. Arrimadas no había llegado aún. El malestar con la presidenta por sus palabras de este lunes, exigiendo al abogado del Estado dar un paso atrás y retirar una candidatura de unidad o ella pasará a liderar otra alternativa, se notaba a leguas. En el grupo parlamentario Arrimadas solo cuenta con el apoyo cerrado del diputado malagueño Guillermo Díaz.

“¿Por qué la unidad solo pasa por ella?”, se escuchaba en el patio del Congreso. Como publicó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, el relato en Ciudadanos ha pasado a ser una batalla de primer orden. El “desafío” de Bal a ojos de la presidenta, que ve como una “traición” el anuncio de una lista liderada por él, tuvo respuesta tres días más tarde. Este lunes la dirigente jerezana compareció para enviar un mensaje nítido: no permitirá que el partido quede en manos de Bal. Está dispuesta a integrar a su número dos en el Congreso en una lista que llama de “unidad”, pero que en ningún caso podría tenerle a él como cabeza visible.

Precisamente el lunes por la tarde los dos se reunieron durante una hora en el Congreso. En el entorno de Arrimadas se lo tomaron como “un posible avance”. En el del abogado del Estado no lo ven en absoluto. Y este 6 de diciembre, las imágenes valían más que las palabras: cada uno se situó en un lado del Salón de los Pasos Perdidos (donde se cocía la recepción y los corrillos posteriores al acto institucional). No hablaron en ningún momento y se fueron cada uno por su lado sin mediar palabra. 

La realidad naranja cambia mucho en función del dirigente que hable. Algunos quieren ver opciones de un acuerdo y otros admiten que “todo ha ido demasiado lejos” y que será imposible arreglarlo sin que haya caídos por el camino.

¿La tercera vía?

El entorno de Bal siempre ha asegurado que su paso adelante se produce por dos motivos: la petición expresa de buena parte del partido y la necesidad de que se visualizara ya una alternativa a Arrimadas. La base de su candidatura (sustentada por la mayoría del grupo parlamentario) es el sentimiento “anti arrimadista” que se percibe en Ciudadanos. A pesar de que no le sentó nada bien el órdago de la líder (Bal considera que duda de su capacidad para liderar el proyecto), el abogado del Estado abre una puerta a no ser él quien encabece la lista que ha avanzado: si se encuentra “una tercera vía” que concite el máximo consenso

De nuevo, es una idea que los dos bandos comparten pero que cada uno percibe de una manera. Arrimadas asegura que ella no tenía en sus planes liderar de nuevo una candidatura y que su objetivo era pelear por una sola lista con caras nuevas y liderazgos de futuro que tomen las riendas. Más adelante, siempre con primarias, decidiría qué hacer de cara a unas elecciones generales. De entrada, según dicen en su entorno, eso es equivalente a una tercera vía. Pero insisten: sin Bal al frente. Si hay un nombre que se ha repetido en este tiempo es el del eurodiputado Adrián Vázquez, que ha manifestado su voluntad de que haya un acuerdo real y efectivo para el partido y evitar a toda costa peleas internas. 

Lo que está claro es que el tiempo se agota. Antes del 26 de diciembre las candidaturas deben presentarse. Si no hay acuerdo antes (algo que ahora mismo parece improbable) irán a las primarias, como mínimo, dos listas. La de Bal y la de Arrimadas. La líder del partido, que ahora empieza a notar una mayor presión por su enfrentamiento al portavoz, podría verse forzada a encabezar esa candidatura. Algo que no entraba en sus planes originales

Hay dirigentes que auguran una ruptura absoluta con independencia de lo que ocurra con las candidaturas. “Ya no existe la confianza. Se han traspasado líneas rojas muy importantes. Pueden fingir hasta cierto punto, pero no es recuperable”, dicen. Exdirigentes de peso del partido zanjan su tesis: “Se pelean por los restos. Es un desastre”.