En medio de la polémica que estos días se cierne sobre el Congreso de los Diputados por la adecuación de las expresiones utilizadas por sus señorías en sede parlamentaria, Isabel Díaz Ayuso ha dado este miércoles un paso más en su ataque al Gobierno y ha llamado "tirano" al presidente Pedro Sánchez. Además, en contra de la decisión de la Presidencia del Congreso, ha defendido que pueda utilizarse la palabra "filoetarra" en la Cámara baja para dirigirse los socios del Gobierno.

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxel Batet, ha pedido esta semana a sus señorías del Congreso que rebajen el tono y dejen de utilizar expresiones que solo sirven para crispara el debate por considerarlas impropias de la institución a la que representan. Lo ha hecho después de sesiones parlamentarias con expresiones desagradables contra Irene Montero, y ayer mismo expulsó de la tribuna a una diputada de Vox por llamar "filoetarras" a los socios de Sánchez y este miércoles ha pedido a una diputada de Vox que a la propia ministra de Igualdad que retire una acusación contra el Partido Popular, sobre quien ha dicho que promueve la "cultura de la violación". Pero Ayuso no forma parte del Congreso así que no tiene que regirse por sus normas.

Sin embargo, entiende que tiene obligación de pronunciarse sobre lo que allí sucede "como responsable política, como parlamentaria de la Asamblea de Madrid y, sobre todo, como defensora de la Democracia". Con ese preámbulo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno y antes de resumir las medidas para frenar la huelga sanitaria, se ha lanzado a hacer una de sus críticas más duras al Gobierno hasta el momento. "Vamos camino de una dictadura, sometidos por un tirano que pone en peligro el Estado de Derecho", ha dicho, "ya no se trata de izquierda o de derecha sino de libertad. Esto ya es: o Sánchez o España".

En su opinión, es "inaceptable el abuso que el Partido Socialista y la ultraizquierda están haciendo de las instituciones". "No puedo pasar por alto lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, cuando el vicepresidente, al servicio del Gobierno y el Gobierno, al servicio de Bildu, expulsó del Pleno a una diputada por decir la palabra “filoetarra".

Ha reiterado que Sánchez quiere "cambiar España por la puerta de atrás" y ha censurado que el presidente "cree que la Ley, las instituciones y el Código Penal están a su servicio. Él decide qué delitos quedan impunes y qué delincuentes compañeros, exonerados. Él decide cómo han de organizarse los jueces. Adueñándose del Tribunal Constitucional y, por tanto, amordazando a la propia Constitución. 

"Es obligación de todos los españoles decir no al autoritarismo del Partido Socialista y la ultraizquierda. Expulsar del Congreso a una diputada que define como “filoetarra” a un partido dirigido por miembros que han pertenecido a ETA, que incluso han sido condenados por ello, inscribe a nuestra Democracia en la lista de los países que no respetan ni la libertad ni los derechos humanos. Que violan el Estado de Derecho".

Al tiempo que defendía el "el libre ejercicio de la palabra" en el Congreso, ha estimado oportuno denunciar también la suma de lo que en su opinión el Gobierno está haciendo para cercenar el Estado y "destrozar la democracia", como los nombramientos anunciados para el Tribunal Constitucional o la abolición del delito de secesión. "¿Adónde vamos? Al proceso de ruptura para imponer una república de Países Catalanes junto con las pretensiones de la izquierda abertzale de anexionar País Vasco y Navarra para seguir expandiéndose, hoy en España se señala a jueces, presentadores, artistas, periodistas, políticos, a la empresa, a la banca, las eléctricas, a los patrimonios, a la oposición y a la propiedad de millones de españoles".

En un discurso leído, la presidenta ha arremetido contra todas las decisiones y acciones del Gobierno, personalizándolas en el presidente: "Sánchez se ha convertido en el Código Penal indultando a los delincuentes; modifica los delitos para beneficiar a los suyos. Se quiere eregir, por lo tanto, en el poder judicial y, ahora, en el poder legislativo. Es inadmisible. Sánchez quiere ser poder ejecutivo, poder judicial y poder legislativo, todo en uno". Sánchez pasará a la historia, ha proseguido, como el presidente que "destrozó las instituciones, desmembró España y la entregó a sus enemigos confesos".