“Queda mucha tela que cortar”. La frase es del diputado de EH Bildu Oskar Matute, llamado a ser una de las figuras clave de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. En una entrevista en Radio Euskadi, el pasado domingo, anticipó lo que los representantes del Gobierno, del PSOE, de Unidas Podemos y de todos los partidos con algo que decir sobre las cuentas públicas dan por hecho. Que el suspense durará hasta el último minuto. Saber negociar es saber presionar, y cuando los acuerdos no se prevén sencillos, hay que saber negociar muy bien y saber presionar muy bien.

Usar los tiempos resulta fundamental. Próximo plazo decisivo: el viernes 21 de octubre a las 14.00 horas. Entonces acabará el periodo para el registro de enmiendas a la totalidad, o lo que es lo mismo, peticiones de devolución al Gobierno del proyecto presupuestario, ya que contendría numerosas lagunas y deficiencias. Dijo Matute al respecto el pasado domingo: “Veremos si presentamos enmienda a la totalidad o no; ese escenario estará abierto hasta el último minuto”.

En las mismas andan ERC, PNV y PDeCAT, y he aquí el origen de la tensión. Estos tres grupos, más EH Bildu, tienen la llave del Congreso para que los presupuestos sigan su camino y se vayan al Senado. Son dos formaciones nacionalistas y otras dos independentistas. Dos formaciones catalanas y otras dos vascas.

Las cuatro se han puesto a negociar con el Ministerio de Hacienda y con el PSOE para, al menos, no interponer sendas peticiones de devolución de las cuentas. Deben tener cuidado los socialistas porque si uno de ellos, o varios, se decantan por el rechazo del proyecto, el riesgo de que el pleno del Congreso lo tumbe aumentará mucho. Es cierto que luego esas enmiendas, hasta el debate y la votación, se pueden retirar, pero el miedo en el cuerpo (de los miembros del Gobierno) no lo quita nadie.

Los instrumentos del Ejecutivo para salir airoso son numerosos, y es más que probable que es lo que ocurra, pero una fuente parlamentaria ya metida de lleno en las negociaciones con el PSOE indica a El Periódico de España que el escenario de los presupuestos, a martes 18 de octubre de 2022, es “muy incierto”.

Mano tendida, no todo el rato

El PNV fue crítico con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado jueves, en el debate sobre nuevas medidas energéticas. El portavoz, Aitor Esteban, pidió al mandatario más prudencia, no tantas discusiones y confrontaciones. Al diputado vasco le preocupa que este paisaje de duelo constante PSOE-PP enturbie lo que a su juicio debe ser una negociación calmada y extremadamente discreta. Los nacionalistas vascos no sueltan prenda, no dan pistas. Claro que hablan con el Gobierno, desde hace días además, y claro que han planteado contrapartidas para evitar que registre la enmienda a la totalidad. Lo que reclaman es lo que no trasciende. ¿Pueden pedir la devolución del proyecto? En el PNV no lo descartan; tampoco lo dan por seguro.

A decir verdad, es lo que dicen los otros tres grupos clave. La indefinición es fundamental. No desvelar nada en público, tampoco en privado. El presidente del PNV, Andoni Ortúzar, dijo el viernes pasado en Roma que por supuesto que tiene “mano tendida” al Gobierno para negociar, pero acto seguido advirtió: “Necesitamos que al otro lado haya voluntad política para colaborar y no para confrontar”.

El principal adversario en Euskadi del partido de Ortúzar es EH Bildu. Matute, el domingo, eludió cualquier elogio al proyecto presupuestario. No eludió, en absoluto, las demandas de sus siglas: “que el poder esté en manos de la ciudadanía y no en las del oligopolio eléctrico, la CEOE o las grandes cadenas de suministro de alimentos”. A su juicio, las cuentas deben contribuir a cerrar “la brecha de desigualdad”

“Planteamos medidas muy claras, que son las de Euskal Herria. Por ejemplo, las reivindicaciones de los pensionistas, en concreto de las viudas”, añadió Oskar Matute antes de incidir en que no han recibido del Gobierno, por el momento, “una respuesta sobre los elementos aceptados y los elementos que hay que negociar”.

Por si no queda claro que EH Bildu apurará los tiempos hasta el final, esta afirmación: “No sé qué va a hacer EH Bildu, pero sí que quiere negociar y que tiene disposición, así que veremos en función de la respuesta que nos den, qué es lo que haremos”.

ERC, experto en negociaciones extremas y en presionar hasta el final, va a vender muy caro su apoyo. La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, avisó este lunes que su formación se encuentra “muy lejos” con el “ok” a los presupuestos. Para los independentistas, la negociación no ha de versar sólo sobre las cuentas y las previsiones. También sobre otros asuntos. El año pasado, Esquerra apostó por desatascar el blindaje del catalán en las plataformas, por lo que infiltró la ley audiovisual en el entramado presupuestario. Fue un proceso muy complejo.

Este año, ERC ha reconocido que quiere avances en la reforma del delito de sedición. Preguntado el PSOE por la cuestión, este martes, la número dos del grupo parlamentario, Isaura Leal, se limitó a hacer una loa a la habilidad negociadora del Gobierno. Vilalta, 24 horas antes, no dudó en ser tajante: "Hay muchos deberes pendientes, por parte del Gobierno del Estado español, tanto en la cuestión más global para que funcione la resolución democrática del conflicto y la agenda antirrepresiva, como en el propio proyecto de Presupuestos".

Generar dudas

El cuarto partido custodio de esa llave que dé vía libre a los presupuestos es el PDeCAT, cuatro diputados. Su portavoz, Ferrán Bel, ha criticado este martes una aparente contradicción del Gobierno sobre las cuentas. Lo ha hecho tras escuchar en el Congreso a la presidenta de la AiReF, quien no ha disimulado sus dudas sobre la viabilidad del proyecto. Para el diputado catalán, es reprochable que el Ejecutivo despliegue las cuentas sobre un escenario de menos ingresos y gastos a pesar de que cree más probable que haya muchos más ingresos (fondos europeos) y más gastos. 

Así que el PDeCAT va a deliberar esta semana, hasta el viernes a las 14.00 horas, si presenta una enmienda a la totalidad o no. Este lunes, en palabras de Bel, la Ejecutiva de su partido lo descartó. Pero la decisión no es definitiva. El jueves volverán a abordar el dilema. El diputado admitió que prefiere no abortar ahora la tramitación presupuestaria. Ahora bien, acto seguido destacó que si el PDeCAT al final no presenta enmienda a la totalidad y con su voto ayuda a rechazar las que se interpongan, ni mucho menos dará un voto a favor o una abstención. No. Los catalanes negociarán duro, muy duro. Así que los Presupuestos entran ahora en zona incierta.