El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha suspendido la agenda de actos que tenía prevista para este miércoles, después de que anoche sus socios en el Govern, JxCat, dieran una vuelta de tuerca más a la crisis de la coalición y amenazaran con pedirle que se someta a una cuestión de confianza.

Aragonès tenía previsto desplazarse esta mañana a Gurb (Barcelona), donde junto al conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, iba a participar en la colocación de la primera piedra del nuevo edificio del instituto de este municipio, y por la tarde tenía que visitar el Ayuntamiento de Berga (Barcelona).

Sin embargo, el terremoto político provocado anoche por la amenaza de JxCat, que pone en jaque la continuidad de la coalición con ERC, ha llevado a Aragonès a suspender su agenda para la jornada de hoy, en la que, según fuentes de su entorno, tiene previsto mantener diversas reuniones en el Palau de la Generalitat.

Plantear una cuestión de confianza al president supone "retirar la confianza al Govern y al president", interpretan las fuentes consultadas, que subrayan que Aragonès no tiene intención de presentar una cuestión de confianza para evaluar si sigue contando con una mayoría de apoyos en el Parlament.

Esta mañana, en declaraciones a Catalunya Ràdio, el presidente del grupo de JxCat en el Parlament, Albert Batet, ha afirmado que someter a Aragonès a una cuestión de confianza puede ser una "oportunidad" para dar "más estabilidad" al Govern.

Batet ha recordado que en 2016 el expresidente catalán Carles Puigdemont se sometió a una cuestión de confianza y salió de ahí reforzado, planteando un referéndum para otoño de 2017.

"Estamos ante una nueva oportunidad para tener más estabilidad y más fuerza. La buena política también requiere aprovechar estas oportunidades", ha afirmado.