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Cataluña

ERC desvincula el nuevo 'estado mayor' del ultimátum de Junts al Govern

No puede haber coordinación estratégica mientras no demuestren un mínimo de respeto, lealtad y confianza", defiende el partido

Pere Aragonès conversa con Oriol Junqueras y Josep Gonzàlez-Cambray, en el acto convocado por Òmnium con motivo de la Diada JORDI COTRINA

"No va de eso". La cumbre entre ERC y Junts seguía su curso, el miércoles, en el Palau de Pedralbes y aquellos que seguían los acontecimientos al pie del cañón tanto en la sede de Esquerra, como en el Palau de la Generalitat, subrayaban que el debate, en aquel momento, no se centraba en cómo articular un nuevo ‘estado mayor’, aunque la posconvergencia lo priorizara. ¿De qué discutieron, por tanto? "De la fase anterior", explicaron estas fuentes. Si una de las exigencias de Junts para no romper el Govern (la única de las tres con visos de ser pactada, según los propios cálculos posconvergentes) no ocupaba el centro de la mesa es porque la dupla dirigente, Oriol Junqueras y Marta Rovira, secundados por sus lugartenientes en el partido, Pere Aragonès Marta Vilalta, habían echado el video aun más atrás.

Y es que para ERC aún no se está en el momento adecuado para discutir la creación de un espacio de coordinación entre partidos y entidades independentistas. En una línea de pensamiento muy cartesiana, aseveran que no cabe crear un espacio como este si no hay una estrategia acordada. Crear un ‘estado mayor’ para definir la estrategia, arguyen en ERC, sería, de facto sustituir las funciones del Govern y de su president que cuentan, todos, con el aval democrático de las urnas. "La coordinación no sirve de nada si no nos ponemos de acuerdo sobre qué hacer y, ahora mismo, solo hay una estrategia, la nuestra. A nadie se le ha ocurrido aún otra manera de hacer la independencia de manera democrática, pacífica, efectiva y reconocida por la comunidad internacional", defiende un republicano.

"Hasta la fecha y a la espera de mejores aportaciones", ironiza esta fuente, "solo hay una estrategia, la de buscar un referéndum pactado con el Estado. Y eso pasa, a 2022, por la mesa de diálogo. Una mesa que, en el acuerdo de Govern ambos firmantes (ERC y Junts) se comprometen a darle una oportunidad en los dos primeros años de legislatura", desarrolla, y sentencia: "El primer incumplimiento es el suyo".

Una onda expansiva

La realidad es que la crisis actual no deriva de un malentendido reciente, y eso la hace especialmente explosiva. La crisis actual es la onda expansiva de lo sucedido justo hace un año cuando, a días de la celebración de la mesa de diálogo, Junts presentó su delegación, con nombres de partido y sin consellers. Aragonès apartó toda representación del partido hasta que esta no fuera compuesta por miembros del Govern. "Negociar con Pedro Sánchez en nombre de ERC y Junts nos resta mucha fuerza democrática. Podríamos hacerlo estando Salvador Illa en el Executiu. Los representantes de ERC y Junts solo pueden hablar por sus militantes y votantes. Como miembros del Govern son los portavoces del país", señala una voz, rescatando los argumentos del 'president' de justo hace un año.

Según fuentes presentes en la cumbre del miércoles, en ningún momento ERC ofreció un intercambio basado en la vuelta de Junts (sus ‘consellers’) a la mesa de diálogo a cambio de la creación del ‘estado mayor’. Aunque sí aceptan como un desarrollo lógico que si hay una estrategia compartida se coordinen tácticamente en un foro especial. "Pero no puede haber coordinación estratégica mientras no demuestren un mínimo de respeto, lealtad y confianza", señala una relevante voz de ERC.

Sin cesiones

En Esquerra se ha asentado la sensación de que pase lo que pase será mejor que lo hay ahora, que es "insostenible". Creen a pies juntillas que hay un sector de Junts que precisa de esta oposición a ERC, dentro o fuera del Govern, para agrupar apoyos del electorado más impaciente por llegar a la independencia y, por tanto, asumen que los posconvergentes no entrarán en el marco de la mesa de diálogo. Pero la voluntad, a fecha de jueves, es no ceder. "Han tratado de externalizar sus problemas internos, sus luchas intestinas entre los exconvergentes y los activistas. No cederemos y no por una cuestión de orgullo, sino porque sería emprender un viaje a ninguna parte".

Los republicanos exhiben un pasmoso estado de tranquilidad. Porque consideran que la pelota está en el tejado de Junts (estos creen lo contrario) y porque dudan mucho de que el ultimátum se ejecute, es decir, creen que todo es todo un gran farol. ¿Hay alguna entente con otras fuerzas diseñada ya para cubrir la eventual baja de Junts? Fuentes republicanas aseveran que "siempre se trabaja en todas direcciones". Voces de los ‘comuns’ también afirman que nadie de ERC se les ha acercado siquiera para sondear una entente futura.

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