La cuenta de cuántos han sido los choques, a lo largo de estos más de dos años y medio, entre PSOE y Unidas Podemos, ya se ha perdido hace tiempo. Más o menos graves, las fricciones han sido constantes. Con cada desencuentro, los dos socios han reiterado que la coalición aguantaba. Y así lo quiere el presidente. Pedro Sánchez está seguro de que el Gobierno resistirá unido hasta el final de legislatura. Por dos razones básicas, por la tarea aún por delante y porque esa permanencia es un "buen argumento" de futuro, ya que se proyecta el mensaje a los votantes progresistas de que las izquierdas saben entenderse. 

El jefe del Ejecutivo no tiene dudas de que su Ejecutivo seguirá adelante, y así lo trasladó en conversación informal a los periodistas en Mostar (Bosnia y Herzegovina), en la segunda estación de su gira por los Balcanes. Como también está convencido de que Yolanda Díaz llegará "hasta el final" con su plataforma, Sumar. Es decir, que le dará tiempo a consolidarla y concurrir con ella a las generales de 2023 en las que, si nada se tuerce, ella sería la candidata de un movimiento en el que estará Podemos, por mucho que ahora se vean las tensiones dentro de ese espacio por las disputas por las “cuotas de poder”.

Sánchez subraya que llevar la legislatura a término resolvería la “crisis de gobernabilidad” que arrancó en 2015 con la cadena de comicios, repeticiones electorales e inestabilidad

Sánchez defendió ante los informadores que es "bueno" que la coalición llegue unida hasta las generales. En primer lugar, porque el Gobierno tiene aún una tarea "por delante" en el ya escaso año y medio que queda hasta las urnas. "Tiene que ser un Gobierno fuerte y con mayoría parlamentaria para abordar la respuesta justa a los acontecimientos", abundaban después en su equipo. Pero también pesa en el presidente la convicción de que una legislatura de cuatro años, agotada a término, "acabaría con la crisis de gobernabilidad en la que el PP metió a España en 2015", año desde el que se han sucedido generales, repeticiones electorales e inestabilidad. El líder socialista también sostiene que "desde un punto de vista progresista", que "se entiendan las distintas izquierdas es un buen argumento para el futuro". 

Es decir, que el hecho de que la coalición resista, pese a sus achaques, es un aliciente para un electorado progresista más tendente a la desmovilización. En la Moncloa subrayan que no se trata de aguantar "porque sí", sino porque al Gobierno le respalda su mochila: los 150 proyectos legislativos, los dos Presupuestos del Estado consecutivos "en tiempo y forma" y las reformas "muy profundas" acometidas, como las de pensiones, la del mercado de trabajo o la del sistema educativo y la Formación Profesional. El objetivo, insisten, es "proteger a las clases medias y trabajadoras y transformar España". 

Que Sánchez confirme que su intención es llegar a las urnas de la mano de Unidas Podemos es relevante, toda vez que hasta ahora se especulaba con que, en algún momento, según se acercaran las generales, los dos socios optarían por el divorcio para marcar diferencias de cara a sus parroquias electorales, para redefinir su perfil. El secretario general del PSOE no cree que esa sea la mejor opción, porque desalentaría a sus bases, y también porque si el Ejecutivo se reedita será con la misma fórmula: la coalición, que tanto costó construir y que tantos sobresaltos ha vivido en estos casi tres años de andadura.

"Situaciones extremas"

Díaz ya ha confirmado que su plataforma no estará lista para las autonómicas y municipales de mayo. Y no ha despejado la incógnita sobre su propio futuro y sobre su movimiento, ya que primero quiere "escuchar" y después buscar el encaje de los partidos. Pero el presidente cuenta con que la vicepresidenta segunda será quien represente al espacio a la izquierda del PSOE en las legislativas previstas para diciembre de 2023. "No me cabe duda de que ella llegará a las generales", afirmaba rotundo desde Mostar.

El presidente dice "empatizar" con los morados porque “no han tenido una experiencia previa de gobierno y han sufrido una crisis de liderazgo” por la salida de Iglesias

Los socialistas son muy conscientes de que necesitan que Díaz y su proyecto, heredero de Unidas Podemos, funcione y tenga un buen desempeño en las urnas, porque una mayoría absoluta es inalcanzable para ellos ahora mismo y las únicas opciones de repetir gobierno pasan por que ninguno de los dos socios se hunda. Por eso la orden es cuidar a la vicepresidenta segunda, no asfixiarla y apostar por ella. Y también por esa razón las quejas hacia los morados son contenidas. 

Sánchez, de hecho, dice “empatizar” con Unidas Podemos, con los miembros de un Ejecutivo que está viviendo, en esta legislatura, “situaciones extremas”, primero por la pandemia y ahora por la guerra de Ucrania. Los morados “no han tenido una experiencia previa de gobierno y han sufrido una crisis de liderazgo” por la salida de Pablo Iglesias, “y eso en cualquier organización afecta”, según su análisis. El ruido que emana de la coalición “ayuda” para el desgaste del Ejecutivo, pero cree que un ciudadano medio tiene más “perspectiva a medio plazo”. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la ofrenda floral por los 23 militares españoles fallecidos en Bosnia, el pasado 30 de julio de 2022 en la plaza de España de la ciudad de Mostar, en Bosnia y Herzegovina. EFE

Dar "la vuelta a las encuestas"

En cualquier caso, el líder socialista prefiere no interferir en las cuestiones domésticas dentro de Unidas Podemos. Estima que, pese a las tensiones evidentes entre Díaz y Podemos (representado por las ministras Ione Belarra e Irene Montero), el partido fundado por Iglesias, y sobre el que sigue ejerciendo una enorme influencia, sí formará parte de Sumar. Piensa que los roces obedecen a la pugna por “cuotas de poder”, porque ahora todos los actores del espacio están viendo “cómo se ajustan las piezas” del puzle.

La jura de la Constitución por parte de la Princesa no influirá en ningún caso en la fecha de los comicios: el acto se haría de manera posterior

Sánchez es consciente de que le queda un año muy duro por delante y que el PP de Alberto Núñez Feijóo va en cabeza. Su confianza es que los ciudadanos le “acabarán conociendo” -en el Ejecutivo y en el PSOE lo ven como “un bluf”, poco consistente-, pero la labor de su partido y del Gobierno, ya lo dijo en su rueda de prensa de balance de curso, el viernes, es “dar la vuelta a las encuestas”. Según sus cálculos, la inflación irá remitiendo desde el 10,8% que marcó en julio. Y actuará como un cierto colchón para el recibo de la luz, recuerda, la excepción ibérica, ya que estará operativa durante un año. El precio medio del megavatio hora ronda los 140 euros, por los entre 400 y 500 euros que pagan Alemania, Francia o Italia. 

Las próximas generales, en cualquier caso, llegarán como máximo en diciembre de 2023. El presidente insistía este viernes en que respeta la Constitución, y esta impide claramente estirar la legislatura, llevarla a enero de 2024, porque el mandato de las actuales Cortes concluirá a los cuatro años de su elección, el 10 de noviembre de 2023, y 25 días antes quedarán disueltas si no hay anticipo. Eso implica que Congreso y Senado no estarán constituidos para cuando la princesa de Asturias cumpla 18 años, el 31 de octubre del año próximo. Sánchez apuntaba a los periodistas que no le interfiere en absoluto el acto de acatamiento de la Carta Magna de Leonor, porque puede desplazarse a comienzos de 2024 sin problemas, cuando las nuevas Cortes estén ya formadas.