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Un final feliz

PSOE y Podemos: de la amenaza de ruptura a la reconciliación en el Congreso

Una enmienda en la ley de comunicación audiovisual llevó a los partidos de la coalición a romper la disciplina de voto | Los socialistas han rechazado las seis proposiciones de ley que los morados han llevado a debate al Pleno

El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ante Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Congreso.

Un poco más tarde que los niños, pero, finalmente, las vacaciones ya han llegado para los políticos. Al menos, para los que están en primera línea. Este jueves se celebró el último pleno en el Senado de este periodo de sesiones que arrancó en febrero. Seis meses que han dado para mucho -menos de lo esperado para algunos, eso sí- y que le han servido a los dos partidos del Gobierno para discrepar, coincidir, aplaudirse mutuamente y bloquearse alguna que otra iniciativa legislativa. La Cámara Baja ha sido el principal escenario de los rifirrafes de socialistas y morados y, también, a última hora, de un reencuentro para cerrar este curso parlamentario.

Si la amenaza de ruptura en la coalición -tantas veces mentada- ha tenido algún atisbo de realidad ha sido, en la gran mayoría de las ocasiones, por los encontronazos que PSOE y Unidas Podemos han protagonizado por los pasillos del Congreso, debatido en las comisiones y aireado desde la tribuna de oradores. La cuestión del Sáhara Occidental o la Ley de Comunicación Audiovisual, entre otros, han logrado estirar al máximo las costuras de la alianza que, después, han necesitado más de punto de sutura.

Sin embargo, si este periodo de sesiones fuera un cuento, se podría decir que ha tenido un final inesperado y (bastante) feliz para los socios de la coalición. La intervención de Pedro Sánchez en el debate del estado de la nación sirvió para que los morados se reconciliaran con el presidente del Gobierno. Las medidas anunciadas por el jefe del Ejecutivo -los impuestos a la banca y las eléctricas y la gratuidad de los abonos de Renfe- sirvieron para calmar a los morados, fortalecer la coalición y recuperar el pulso al bloque progresista.

Un choque tras otro

Pero hasta llegar aquí, los aliados han parecido en más de un momento contrincantes. Uno de los choques más sonados arrancó en marzo a costa del giro de Sánchez respecto al Sáhara Occidental, al reconocer la propuesta autonomista de Marruecos sobre este territorio. Unidas Podemos se sumó a las críticas de todos los grupos dentro y fuera del Hemiciclo y llegó a presentar una proposición no de ley para ratificar la necesidad de apoyar las resoluciones de Naciones Unidas en este asunto. La iniciativa decayó ante la incapacidad de alcanzar un acuerdo con los socialistas.

No fue este el único roce. Ni el más sonado. Apenas unas semanas después, la coalición vivió un momento inédito en los dos años y medio de legislatura: Unidas Podemos se abstuvo en la votación de la Ley de Comunicación Audiovisual, emanada del propio Consejo de Ministros, rompiendo por primera vez la disciplina de voto. La razón fue una enmienda introducida por el PSOE de manera subrepticia que beneficiaba a las grandes corporaciones televisivas.

Otra enmienda del PSOE, en este caso para endurecer los delitos de proxenetismo y tercería locativa, puso en peligro la ley del 'solo sí es sí'. Los socialistas acabaron por retirarla, ante el miedo de que la norma terminara cayendo. Días después presentaron la misma enmienda convertida en un proyecto de ley que fracturó a Unidas Podemos. Podemos e IU votaron a favor de debatirla y los diputados de En Comú Podem votaron en contra tras recibir libertad de voto.

Frenar a los morados

Y dónde más se ha notado las diferencias entre ambos socios ha sido en las proposiciones de ley presentadas por Unidas Podemos. El PSOE ha votado en este periodo de sesiones en contra de todas las iniciativas legislativas que los morados han llevado a la Cámara Baja. Seis, en total. Los socialistas han impedido que se debatiera en el Congreso la creación de un impuesto a las grandes empresas, la puesta en marcha de una empresa pública de energía, una nueva ley de minas, una propuesta para que los colegios concertados pasen al circuito público, una reforma del reglamento del Congreso para poder usar las lenguas cooficiales y una iniciativa para regular el precio de la vivienda impulsada por colectivos sociales.

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