Hay que remontarse a los primeros años de Podemos, a las primeras victorias electorales y sus celebraciones en frente del museo Reina Sofía de Madrid, para encontrar imágenes similares a las que ha dejado este viernes Yolanda Díaz en el estreno de Sumar. En una plaza de El Matadero abarrotada, la vicepresidenta segunda se ha comprometido a combatir la desafección política con un movimiento ciudadano que sirva para construir un "proyecto de país para la próxima década" que se traduzca en un "nuevo contrato social democrático". La también ministra de Trabajo, en una claro mensaje dirigido a los partidos de la izquierda, quiso dejar claro que todo el mundo estará invitado, aunque bajo dos condiciones: "Una enorme generosidad" y "enormes dosis de ternura".

"Nos jugamos la próxima década", advirtió Díaz en el que dijo que será de los pocos discursos que dará dentro de este proceso, ya que ella está para escuchar. Bajo esa premisa, la vicepresidenta reconoció el cansancio del electorado de izquierdas. "Sé que la política ha desconectado, que se ha quedado atrás, que pensáis que la política no sirve porque os ha dejado atrás", sentenció antes de apuntar que por ello "el reto es más importante". "Como sé que sois responsables, no hay desafección que valga -dijo levantando los aplausos del público-. Vayamos caminando juntas, sumemos para decir que el futuro lo decidimos nosotras", continuó.

Díaz, que competía a la misma hora con el concierto de Isabel Pantoja en Madrid en la fiesta del Orgullo LGTBIQ+, admitió que el momento actual no es sencillo ante la creciente inflación. En este sentido, reivindicó "que la democracia llegue a los impuestos" y la lucha por una Europa "más social e igualitaria". Además, llamó a trabajar durante el próximo año para revalidar un gobierno progresista en las urnas: "No tienen que gobernar las derechas, no tenemos que tener miedo".

El peso de la ciudadanía

Bajo un sol que elevaba los termómetros hasta los 34 grados a última hora de la tarde, varios miles de personas se han agolpado para asistir al primer acto del proceso de escucha con la sociedad con el que la también ministra de Trabajo pretende configurar un proyecto de país a lo largo de los próximos 6 meses y, después, decidir si se presenta a las elecciones generales de 2023. Díaz escogió para este estreno a siete portavoces pertenecientes a sectores de la sanidad, la educación y el ecologismo, a representantes de los trabajadores de Amazon y de los 'riders' o del mundo de los videojuegos.

A lo largo de los próximos meses, Díaz repetirá este tipo de actos, manteniendo escuchas sectoriales o más generales como la de este viernes. Además, se crearán diversos grupos temáticos compuestos por profesionales, activistas y académicos que conformarán con todas las ideas que se escuchen durante el proceso una "propuesta de contrato social para la próxima década" y que se presentará en 2023, de cara a las elecciones generales.

Sobre si será ella quien encabece el proyecto de cara a los comicios, Díaz apuntó que estará disponible si la ciudadanía se lo pide: "En este movimiento ciudadano soy una pieza más, el protagonismo es vuestro y, si vosotros queréis, yo me sumo". Hace varias semanas, la vicepresidenta dejó caer que una vez termine le proceso de escucha serán necesarias unas primarias que la legitimen como candidata.

Las relaciones

En esta línea, Díaz aseguró que Sumar "no va de partidos o de siglas", en sintonía con lo que ha defendido en los últimos meses y que ha provocado más de un momento de tensión en el seno de Unidas Podemos. "Nos quieren ver caminando juntas, no necesitamos pensar igual. De esto va sumar", reiteró más tarde la vicepresidenta.

Como pidió la propia Díaz, al acto no han asistido los máximos dirigentes de los partidos de la izquierda para evitar que el foco se desplazara del debate abierto ciudadanía a una posible imagen de suma de siglas. Pero sí que han acudido perfiles más discretos de todas las formaciones: María Teresa Pérez, dirigente de Podemos, y el cofundador del partido Juan Carlos Monedero; Sira Rego, portavoz nacional de IU; Joan Mena, Ernest Urtasu y David Cid de En Comú Podem; Enrique Santiago, secretario general del PCE; la portavoz de Más País, Esperanza Gómez y diputados autonómicos del partido de Íñigo Errejón; y varios dirigentes de Compromís.

Además, en las últimas semanas Díaz ha recibido el respaldo de todos los líderes del espacio morado, aunque en distintos grados de efusividad. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, aseguró el pasado miércoles que estarán "contribuyendo a crecer y a la unidad del espacio". Aunque en ningún momento han dejado de repetir que la vicepresidenta es su candidata para las elecciones de 2023, lo cierto es que el lugar que ocuparán en este nuevo proyecto, aún por definir, ha tensado las relaciones. Las fricciones parecen haberse rebajado en las últimas semanas gracias, en parte, a la necesidad de ofrecer un frente común ante algunos movimientos de Pedro Sánchez.

Hasta el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, que en los últimos meses ha lanzado varias pullas a la que él mismo designó como su sucesora, afirmó este jueves que estará allí donde Díaz le requiera, como "soldado" que es, y le deseó lo mejor.