El éxito de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, que el propio Alberto Núñez Feijóo le quiso reconocer al presidente del Gobierno públicamente, terminó para el PP el mismo jueves por la tarde, cuando las delegaciones internacionales tomaron su avión de vuelta. El primer partido de la oposición quiere pasar página cuanto antes, después de haberse visto obligado a mantener un perfil bajo durante varios días. Los populares tenían claro que mantendrían un papel institucional de apoyo al cónclave y entendían además que no era momento de elevar el nivel de crítica.

Pero en Génova aseguran que desde este mismo lunes “el debate doméstico” vuelve a estar encima de la mesa y como ya ha hecho Feijóo esta semana, la agenda económica volverá a ser la prioridad. El PP no tiene intención de dar un respiro al Gobierno y considera que la inflación (el dato adelantado de junio la sitúa en el 10,2%, superando los dos temidos dígitos por primera vez a pesar de las medidas implementadas, incluida la excepción ibérica) es el asunto que debe acaparar la actividad política.

La semana pasada el dirigente gallego viajó al País Vasco, donde se dio cita con los empresarios de esa comunidad, capitaneados por Antonio Garamendi y líderes de grandes compañías. Explicó su alternativa económica, su proyecto de bajada de impuestos y cuestionó abiertamente las medidas implementadas por Sánchez para tratar de aliviar un incremento de precios que ya es insoportable para muchas empresas y familias. En el PP consideran que el segundo decreto anticrisis (que el Ejecutivo espera aprobar en el Congreso a mediados de mes) prueba “el fracaso” acumulado por Sánchez

Justo un día después, el viernes, Feijóo se desplazó hasta Cataluña donde también se vio con Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, e hizo exactamente lo mismo. La intención del PP es ir recabando apoyos de los empresarios, especialmente en comunidades clave como son estas dos, para contraponer su modelo al de la coalición de PSOE y Unidas Podemos. La creencia extendida en el equipo del líder de la oposición es que los empresarios “cada vez confían más en él y menos en Sánchez”.

Esta semana Feijóo seguirá explotando su agenda económica y los esfuerzos populares seguirán centrados en denunciar “la falta de iniciativa y capacidad” del Ejecutivo para frenar la subida de los precios. Al ser primera semana de mes no hay actividad parlamentaria en el Congreso y, por tanto, todos los actos e intervenciones serán de partido. Eso sí, se trata de la semana previa al Debate sobre el Estado de la Nación y, por eso, el PP tiene interés en que el debate gire en torno a la economía en todo momento. 

Si algo viene repitiendo estos días Feijóo y lo hará de nuevo a lo largo de la nueva semana es “que otra política económica es posible”. El momento de una mayor complicidad con los empresarios también coincide con las declaraciones del presidente del Gobierno hace días cuando afirmó desde Moncloa que su Ejecutivo era “molesto” para los “poderes económicos”. 

El líder de la oposición ya contestó días atrás asegurando que “a quien molesto no es a esos poderes, sino a pymes, autónomos, parados y familias”. Será otro de los argumentos en los que el PP insista. La creencia en la cúpula popular es que Sánchez “ha cambiado de estrategia” tras la victoria de Juanma Moreno en Andalucía que hizo al PSOE firmar su mayor batacazo electoral en esa comunidad. 

Apoyo en el gasto militar

Sobre el otro debate del momento, las conclusiones nacionales que deja la cumbre de la OTAN y el cumplimiento de los compromisos adquiridos, el PP tampoco tiene intención de hacer especial hincapié. Es cierto que el partido de Feijóo apoya la filosofía de aumentar el gasto en defensa y seguridad, especialmente en el marco de la guerra en Ucrania. Pero, sobre todo, los populares pretenden ahondar en la división que existe en el seno del Ejecutivo y exigir a la coalición una “postura común” que se cierre en el Consejo de Ministros antes de pedir apoyo a la oposición.

Hay muchas variables. El PP apoya el aumento de presencia militar estadounidense en Rota. El acuerdo entre Joe Biden y Sánchez implica pasar de cuatro a seis buques destructores en la base naval gaditana. Pero en el grupo parlamentario que dirige Cuca Gamarra reconocen que la posición “de Estado y con altura de miras” de su partido llegará cuando lean el texto en su totalidad. La desconfianza en la oposición viene de tiempo atrás, sobre todo a raíz de que en los decretos sobre la pandemia el Gobierno aprovechara para ‘colar’ otros asuntos.

Sea como sea, el PP tiene decidido apoyar esa cuestión. Cosa distinta es el aumento en gasto militar si se articula a través de los Presupuestos Generales. Los populares pueden respaldar de manera puntual alguna parte de las cuentas públicas como hacen habitualmente en la tramitación parlamentaria, como el presupuesto relativo a Casa Real. Pero en ningún caso apoyarán el proyecto presupuestario por ese motivo. 

En todo caso, el malestar viene precisamente por la falta de información recibida (apenas una llamada de la ministra Margarita Robles a Esteban González Pons) y la sensación de que el Gobierno “arremete contra el PP siempre y después acaba mirando al primer partido de la oposición para poder aprobar asuntos que le cuesta digerir en el Consejo de Ministros”. Es la reflexión en la que coinciden muchos dirigentes y la que Feijóo seguirá utilizando estos días pidiendo “no normalizar” la disputa permanente entre PSOE y Unidas Podemos en un asunto de Estado.