El rey Felipe VI ha puesto este martes de relieve la amenaza que supone para Europa la inestabilidad procedente de los vecinos del este y del sur en un contexto mundial donde los acontecimientos son cada vez más imprevisibles.

Durante su intervención en el Foro Público organizado en el contexto de la Cumbre de la OTAN que se celebra a en Madrid por cuatro institutos destacados de la sociedad civil internacional (Real Instituto Elcano, la German Marshall Fund, el Munich Security Conference y el Atlantic Council) el monarca ha subrayado también que la guerra en Ucrania ha cuestionado muchos de los supuestos que han marcado las relaciones internacionales en las últimas décadas. 

“Hoy, mientras Europa trata de lograr la estabilidad política, la prosperidad económica y el bienestar social, el continente se enfrenta a la amenaza de una vecindad cada vez más inestable, tanto en el este como en el sur, y al complejo reto de un mundo imprevisible”, ha destacado.

Tras señalar que la guerra en Ucrania está cuestionando muchos de los supuestos que han prevalecido en Europa y en Occidente durante más de tres décadas, ha animado a que la cumbre de Madrid que arranca mañana sea una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la Alianza, “en lo que parece ser un punto de inflexión en la historia”.

“Hace apenas veinte años, nos felicitábamos por el hecho de que Europa nunca había sido tan segura, próspera o libre. Desde entonces, sin embargo, muchas de nuestras ideas o predicciones posteriores a la Guerra Fría parecen haberse evaporado. Y muchas de nuestras esperanzas han quedado, por el momento, relegadas al ámbito de los ideales un tanto utópicos”, ha subrayado.

En la misma línea, ha puesto de relieve que “la antigua lucha mundial entre tiranía y democracia es más relevante que nunca”. “La competencia entre las grandes potencias es ubicua. La guerra sigue. Todo ello debería recordarnos la necesidad fundamental de preservar la Alianza Atlántica, una familia de naciones a la que España se unió hace 40 años”.

El contexto actual subraya, a su juicio, la relevancia de la OTAN como “una alianza que ofrece una disuasión creíble frente a cualquier amenaza a la seguridad de sus miembros, en Europa y América del Norte, venga de donde venga”. También la importancia de la fuerza militar en general y de la OTAN como vehículo para la innovación militar y tecnológica, uno de los fundamentos básicos de nuestra seguridad.

El difícil contexto actual nos recuerda también, ha proseguido Felipe VI, que la OTAN es una "comunidad política". “Más que nunca, la Alianza está demostrando su valor como faro de libertad para todos nuestros amigos y socios más allá de Europa y Norteamérica”. Así, aunque sea esencialmente una organización euroatlántica, sus valores son "ampliamente compartidos" de forma universal.

La unidad y la libertad son valiosos activos estratégicos en un mundo marcado por el regreso de la competencia entre grandes potencias y una renovada lucha entre democracia y autocracia; tendencias que no se limitan al espacio euroatlántico”, ha añadido.

En este contexto, si bien la región euroatlántica seguirá siendo una de las principales preocupaciones de la OTAN, el crecimiento económico mundial, la carrera militar y la rivalidad tecnológica desplaza el centro de atención hacia la región del Indo-Pacífico.