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Caso Pegasus

Gobierno y Generalitat de Cataluña emprenden el deshielo pese al choque por Pegasus

Bolaños y Vilagrà pactan redactar un acuerdo marco que reglamente las relaciones institucionales de los dos ejecutivos y fije la metodología de la mesa de diálogo | Sánchez y Aragonés se reunirán "tan pronto como sus agendas lo permitan", aunque la intención es que se vean antes de las vacaciones de verano

Félix Bolaños y Laura Vilagrà se reúnen para reactivar la relación del Gobierno y la Generalitat

Félix Bolaños y Laura Vilagrà se reúnen para reactivar la relación del Gobierno y la Generalitat Agencia ATLAS / Foto: José Luis Roca

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Félix Bolaños y Laura Vilagrà se reúnen para reactivar la relación del Gobierno y la Generalitat Juanma Romero | Fidel Masreal

Gobierno y Generalitat intentan salir del bloqueo, buscar un cauce de salida pese a mantener sus radicales discrepancias sobre el 'caso Pegasus'. La fórmula por la que ambos apuestan ahora es la de reglamentar sus relaciones institucionales y establecer los pilares de la mesa de diálogo, redactar un "acuerdo marco" que se pretende que esté listo en las próximas semanas. Además, los dos presidentes, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, se verán "tan pronto como sus agendas lo permitan", aunque la intención es que ese despacho pendiente entre ambos desde mayo se produzca antes de las vacaciones de verano. Esto es, antes de agosto.

Estas fueron las dos principales conclusiones del encuentro que, por dos horas y esta vez en la Moncloa, mantuvieron el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y su homóloga catalana, la 'consellera' Laura Vilagrà. Ambos se habían reunido en el Palau de la Generalitat en abril, justo días después de que estallara el escándalo Pegasus. En aquel momento, el Govern puso empeño en visualizar la distancia y el enfado a través de la escenografía (una mesa infinita entre los dos interlocutores) y el rostro serio de la mano derecha de Pere Aragonès. Este miércoles, en cambio, se percibía una mayor distensión. La coreografía había cambiado. Cierto es que no hubo avances sustanciales de contenido. Ni concreciones. Pero sí valió a Gobierno y Govern para ganar tiempo, intentar reconducir el conflicto y mantener viva la mesa de diálogo, apuesta de legislatura de ambos socios, pese al hostigamiento de Junts.

La cita supone, para Bolaños, arrancar un "tiempo nuevo", "retomar las relaciones políticas e institucionales entre ambos gobiernos", continuar con el "horizonte de futuro y de diálogo" por el que apuesta Sánchez

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La reunión de Bolaños y Vilagrà fue "cordial, sincera y constructiva", según la definió el ministro, porque supuso arrancar un "tiempo nuevo" entre el Gobierno y la Generalitat. La cita, dijo, sirvió para "retomar las relaciones políticas e institucionales entre ambos gobiernos", continuar con el "horizonte de futuro y de diálogo" por el que apuesta Sánchez. ¿Cómo? Las dos partes comienzan a "trabajar en un acuerdo que debe servir de marco general para el diálogo y la negociación". El acuerdo, que quieren discutir "en las próximas semanas", "contendrá los principios y prioridades esenciales que deben presidir las relaciones entre el Gobierno y el Govern y la metodología de trabajo de la mesa de diálogo".

Los principios enunciados por Bolaños son los esperados: defensa "a ultranza" del diálogo y la "confianza" como método para "hablar y resolver las diferencias; considerar que Catalunya y el resto de España necesitan acuerdos y soluciones "políticas" (y no "judicialización de la política"); "pleno respeto" a los planteamientos de las partes, aunque estén muy distantes entre sí, y entrevista de los dos presidentes, Sánchez y Aragonès, "tan pronto como las agendas lo permitan". En suma, glosó el ministro, la reunión de este miércoles "inicia un horizonte de estabilidad institucional y política que mira al futuro", horizonte que se retoma con el "diálogo" como método, "seña de identidad del Gobierno".

"Discrepancias" intactas

Pero lo que les había llevado a Bolaños y a Vilagrà a esta cita fue el espionaje con Pegasus. El 'Catalangate'. Hubo una "explicación" de las posiciones de cada cual y se mantuvieron las "discrepancias" intactas: el ministro relató los pasos "contundentes" (e "insuficientes" para la 'consellera' de Presidència, admitió) que había dado el Ejecutivo para el esclarecimiento de los hechos. A saber, investigación en el Centro Nacional de Inteligencia, colaboración con el Defensor del Pueblo, nueva ley de secretos oficiales y un próximo proyecto de refuerzo del control judicial en los servicios de espionaje. A ello añadió la "preocupación" y solidaridad del Gobierno con aquellos que han visto "vulnerados" sus derechos. Pero la desclasificación de documentos, que pide el Govern, no se hará salvo que lo reclame un juez.

Las inversiones en Catalunya, en 2022, "se han incrementado en un 36%" y la comunidad ha recibido "2.217 millones del plan de recuperación y 1.706 millones del fondo React EU"

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Respecto a otro punto de conflicto, las inversiones, Bolaños esgrimió que, en 2022, el ritmo de ejecución de infraestructuras "se ha incrementado en un 36%" respecto a 2021, y que, en los cuatro años del Gobierno de Sánchez, Cataluña ha recibido "un 40% más de recursos que en los cuatro años anteriores de [Mariano] Rajoy". Además, la comunidad ha ingresado 2.217 millones del plan de recuperación y 1.706 millones del fondo React EU. Los Presupuestos de 2023 prevén "consolidar" esa apuesta inversora por Catalunya. Un guiño de cara a la siguiente gran negociación que quiere emprender el Ejecutivo con ERC.

A la misma hora que Bolaños describía en la Moncloa con satisfacción la apertura de este “nuevo tiempo”, su homóloga del Govern comparecía en la Delegación de la Generalitat en Madrid y trataba de poner agua al vino, si bien compraba la idea en positivo a favor de recuperar el diálogo y la confianza: “Tenemos que establecer un acuerdo marco del proceso de negociación que garantice nuevas condiciones, si se quiere retomar la relación entre gobiernos”. 

Vilagrà expuso, sí, el memorial de agravios, que no solo centró en el caso Pegasus, sino también en el déficit de las inversiones del Estado en Cataluña o la persistencia de elementos de “represión” y la necesidad de reformar el delito de sedición o el funcionamiento del Tribunal de Cuentas.

Agenda de Sánchez "muy complicada"

Pero todo ello siempre en un tono constructivo y mostrando la esperanza de que existan avances “en semanas”. Vilagrà no concretó está vez qué medidas nuevas hacen falta para que el Govern se considere satisfecho en relación al caso del espionaje —Aragonès ha hablado de que es necesaria más transparencia, garantía de no repetición y asunción de responsabilidades—, pero hizo una cerrada defensa del diálogo. Lo hizo en un mensaje de consumo interno respecto a su socios de Junts, cuyo secretario general, Jordi Turull, acusó —en una entrevista a Europa Press— a ERC de “blanquear” al Gobierno al retomar este diálogo. “¿Alguien cree que estamos aquí para blanquear la represión? A los responsables políticos nos votan para ser útiles, hacer política, no para hacer declaraciones y proclamas, estamos aquí para acabar con la represión y resolver el conflicto político por vías democráticas”, se defendió.

"A los responsables políticos nos votan para ser útiles, hacer política, no para hacer declaraciones y proclamas", dice Vilagrà para defenderse de Junts

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La ‘consellera’ también se mostró confiada en que la reunión que van a mantener ambos presidentes vendrá ya precedida de “información sobre la mesa” respecto a estas cuestiones que encallan la relación. Vilagrà se mantuvo así en la tesis del Govern de que la cita no ha de ser una mera fotografía, sino un encuentro de trabajo para desbloquear los conflictos. Entre ellos y en especial, el de Pegasus, como el más inmediato. La propia dirigente dio por hecho que la cita se celebraría antes de las vacaciones de verano. Bolaños no quiso afinar con la fecha durante su rueda de prensa —fuentes gubernamentales sí dieron por buena la aproximación de Vilagrà—, aunque sí subrayó que la intención es que no se "demore". Sánchez tiene por delante una agenda "muy complicada": la cumbre de la OTAN, la semana próxima, y el debate del estado de la nación, a mediados de julio. Pero el último Consejo de Ministros antes del parón estival se celebrará el 2 de agosto. Es decir, hay más de un mes de margen.

Para la mesa de diálogo sí que no hay una previsión temporal. Bolaños defendió que es "tan importante" el contenido de lo que allí se hable como la "metodología de trabajo". Lo cierto es que es una especie de vuelta a la casilla de salida. El foro entre gobiernos solo se ha reunido dos veces. La primera, en la Moncloa, cuando aún Quim Torra el 'president', en febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia, y la segunda, el pasado septiembre en Barcelona, en el Palau, ya con Aragonès al frente del Govern. No ha habido avances, aunque sí una distensión política.

Como era esperable, la lectura del encuentro en la Moncloa difería según las partes. Más optimista Bolaños, más cauta Vilagrà. Para el ministro, la entrevista era un ejemplo de "política útil" comienza "un tiempo de diálogo y acuerdo, que continúa durante toda la legislatura y debe seguir continuando, porque es la manera de resolver los problemas", y porque la "tensión insoportable" que se produjo entre Cataluña y el resto de España en 2017 y 2019 "no debe repetirse". Hay que "recomponer" lo que "durante una década se separó", insistió. Para la 'consellera', “no hay motivos para hablar de normalización, primero tienen que darse condiciones previas y garantías, y retomar un diálogo fluido y honesto”. De lo que no se habló, según el relato del ministro, es de la relación parlamentaria (ERC es socio clave en el Congreso), porque se abordaron los lazos "entre gobiernos". De este modo, el Ejecutivo continuará trabajando "con normalidad y a diario" con los grupos para sacar adelante cada iniciativa.

Movimientos antes de la cita

Como era esperable, la lectura del encuentro en la Moncloa difería según las partes. Más optimista Bolaños, más cauta Vilagrà. Para el ministro, la entrevista era un ejemplo de "política útil". Comienza, aseveró, "un tiempo de diálogo y acuerdo, que continúa durante toda la legislatura y debe seguir continuando, porque es la manera de resolver los problemas", y porque la "tensión insoportable" que se produjo entre Catalunya y el resto de España en 2017 y 2019 "no debe repetirse". Hay que "recomponer" lo que "durante una década se separó", insistió.

El ministro describe la cita en la Moncloa como un ejemplo de "política útil", mientras que, para la 'consellera', "no hay motivos para hablar de normalización"

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Para la 'consellera', “no hay motivos para hablar de normalización, primero tienen que darse condiciones previas y garantías, y retomar un diálogo fluido y honesto”. De lo que no se habló, según el relato del ministro, es de la relación parlamentaria (ERC es socio clave en el Congreso), porque se abordaron los lazos "entre gobiernos". De este modo, el Ejecutivo continuará trabajando "con normalidad y a diario" con los grupos para sacar adelante cada iniciativa.

Fuentes conocedoras de la reunión apuntaron que mientras el Gobierno mostró su intención de agotar la legislatura, la 'consellera' apuntó que para ERC es necesario que se produzcan movimientos en el terreno de la desjudicialización, y que se lleven a cabo antes de la cita entre ambos presidentes.

Bolaños y Vilagrà celebrarán una siguiente reunión en las próximas semanas. Las relaciones de los dos gobiernos no se han destensado por completo, pero tampoco se han atirantado. Es un "paso más", valoraban desde el Ejecutivo. Paso que enseguida fue criticado por Junts, socio de ERC en el Govern: "No nos representáis, no representáis al conjunto del Govern y no representáis a la mayoría del país. Menos partido y más país. Basta", espetó en Twitter Francesc de Dalmases, vicepresidente de Junts.

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